Expertos analizan los efectos perniciosos de la “castración indiscriminada” y proponen nuevas soluciones

La Asociación Mundial de Veterinaria de Pequeños Animales (WSAVA) publicó recientemente las directrices para el control de la reproducción en perros y gatos con el objetivo de ayudar en la toma de decisiones de los veterinarios, salvaguardando siempre el bienestar animal y apoyando el vínculo entre humanos y animales de compañía.

Para que los veterinarios pudiesen resolver sus dudas sobre estas nuevas directrices, Virbac, líder del mercado en reproducción de pequeños animales, organizó un seminario presencial en Barcelona a principios de julio con la participación de varios expertos.

Diario Veterinario ha tenido la oportunidad de entrevistar a tres de los ponentes de este evento: Xiomara Lucas, diplomada por el Colegio Europeo de Reproducción Animal y jefa del Servicio de Reproducción y Obstetricia en Pequeños Animales del Hospital Clínico Veterinario UMU; Montserrat Rivera, diplomada por el Colegio Europeo de Reproducción Animal en el área de pequeños animales y responsable del Servicio de Reproducción del Hospital Clínico Veterinario de la UAB; y Xavier Manteca, diplomado por el Colegio Europeo de Bienestar Animal y Medicina del Comportamiento y catedrático de la Facultad de Veterinaria de la UAB.

PAPEL DE LAS HORMONAS SEXUALES
 

Además de influir en el sistema reproductor, las hormonas sexuales juegan un papel esencial en la correcta función de otros sistemas del animal. “En medicina humana ya existe una especialidad llamada neuroendocrinología que estudia la relación entre el sistema nervioso central, el sistema endocrino (incluyendo las hormonas sexuales) y el sistema inmunitario, por lo que cualquier alteración en alguno de estos sistemas, provoca un desequilibrio que puede afectar al resto”, comenta Xiomara Lucas a modo de introducción.

Cabe destacar que esta relación también se evidencia en los estudios realizados desde la medicina veterinaria, que apuntan a que la carencia o exceso de hormonas, provoca alteraciones y/o patologías. Sobre este punto, Montserrat Rivera explica que desde hace tiempo se sabe “que la castración provoca el aumento de peso y una mayor incidencia de incontinencia urinaria, sobre todo en las hembras”.

Por su parte, Xavier Manteca, cuya especialización radica en el comportamiento, enfatiza en que “las hormonas, por una parte, facilitan la expresión de la conducta sexual y, en segundo lugar, facilitan la expresión de conductas que se conocen de forma genérica como conductas sexualmente dimórficas y que incluyen, por ejemplo, el marcaje con orina o, en algunos casos, la forma en que el animal utiliza el espacio, entre otras”. Asimismo, tienen también un efecto sobre la conducta de alimentación, indica el experto.

¿CUÁNDO ESTERILIZAR?
 

Desde hace años, se había generalizado la recomendación de la castración quirúrgica (gonadectomía) en prácticamente todos los casos. Sin embargo, una castración inadecuada conlleva “efectos perniciosos”, tal y como explica la doctora Rivera. De hecho, los tres expertos concuerdan en que la esterilización y/o la castración debe recomendarse en función de cada paciente.

Entrando más en detalles, Xiomara Lucas establece cuatro factores esenciales a la hora de tomar una decisión sobre si realizar una castración o esterilización: el motivo por el que se quiere realizar la intervención, la raza del animal, su edad y el fin que tiene dicho animal. “En muchas ocasiones, los propietarios requieren dicho procedimiento porque les han dicho que tienen que hacerlo, sin saber verdaderamente el porqué. Es importante recordar que actualmente existen países en Europa donde la castración electiva no está permitida, realizándose únicamente cuando el perro presenta una patología que requiere de dicha intervención y, curiosamente, en dichos países, la tasa de abandono de animales es de las más bajas de Europa”, asegura la veterinaria.

Por otra parte, Montserrat Rivera advierte que todos los veterinarios, incluidos los generalistas, deberían recibir una formación adecuada sobre este tema, ya que “raramente un tutor va a recurrir a un especialista para decidir si castra o no a su mascota”. En este sentido, aunque el cambio es lento, se requiere “ofrecer formación a los clínicos por parte de especialistas” para inculcar el nuevo paradigma que se aleja de la castración rutinaria.

Si bien, Xavier Manteca agrega que “si la castración o la esterilización tiene como objetivo corregir o modificar un problema de conducta”, esa valoración debería hacerla un veterinario especialista en comportamiento”.

CASTRACIÓN Y COMPORTAMIENTO AGRESIVO
 

Xavier Manteca, además, lamenta los mantras de la “castración indiscriminada” para solucionar los problemas de agresividad: “Es cierto también que, hasta hace relativamente poco, la evidencia científica de que disponíamos apuntaba a que la castración podría resolver buena parte de los problemas de conducta agresiva. Hoy sabemos que no es así y la tarea que nos queda por hacer es transferir ese conocimiento a todos los colegas veterinarios”.

Pero, además de que la castración quirúrgica no resuelve la mayoría de los problemas de agresividad, también es importante recalcar otras consecuencias. “Sabemos también que la castración quirúrgica, al causar un aumento de la LH (hormona luteinizante), puede favorecer conductas asociadas al miedo”, enfatiza el veterinario.

EDAD DE CASTRACIÓN
 

Hay que destacar el hecho de que nuevos estudios hayan desmentido los paradigmas iniciales que aclamaban que “la gonadectomía o castración quirúrgica permanente, realizada antes de que el animal alcanzara la pubertad, era inocua”, señala la doctora Lucas. Ante las nuevas evidencias, actualmente “se reconoce que la castración puede tener efectos negativos sobre la salud del animal, pero que dicho efecto será menor cuanto más tarde se realice esta y que dependerá de la raza”, agrega.

Siguiendo esta misma línea, Xavier Manteca recalca que “la evidencia de que disponemos actualmente, que hace referencia a la castración quirúrgica, es que cuanto más temprano se realice, mayor es el riesgo de que aparezcan efectos negativos determinados relacionados con la conducta, especialmente que aumenten las conductas asociadas al miedo”.

Por su parte, Montserrat Rivera matiza que tanto la edad como la raza “son cruciales para tomar la decisión de cuándo castrar a un animal”. Esto se debe a que “un perro de raza pequeña adquirirá su peso adulto y su madurez sexual, y con ello su madurez física, muchísimo antes que un perro de raza gigante”, lo que impide establecer una misma edad para todos los perros. De todas formas, la veterinaria añade que “la castración precoz es un error” y que no es recomendable castrar antes del primer celo.

ESTERILIZACIÓN REVERSIBLE, IRREVERSIBLE O CASTRACIÓN
 

Xiomara Lucas recuerda que existen procedimientos de esterilización reversibles, pero también irreversibles, siendo la característica común en ambos casos que, al no retirarse las gónadas, no se da el incremento significativo de la LH.

“Estos procedimientos serían métodos válidos cuando el motivo principal es evitar gestaciones no deseadas”, pero “en casos de animales con presencia de ciertas alteraciones o patologías que indiquen la necesidad de suprimir de forma definitiva las hormonas sexuales, estaría indicaba la castración quirúrgica”, entendiendo castración como eliminación de las gónadas. Este sería el caso de perras con pseudogestaciones constantes que además pertenezcan a una raza predispuesta a tumores de mama.

Además de para evitar las gestaciones no deseadas, Rivera agrega que, concretamente, “la esterilización reversible, o farmacológica, es una gran herramienta clínica y una muy buena alternativa a la cirugía”. Esta sería aplicable en cualquier situación clínica en la que necesitemos frenar la producción de hormonas esteroideas de origen gonadal, por lo tanto, “la lista es bastante larga”. Asimismo, concuerda en que “la cirugía va a ser imprescindible” en algunos casos, como el de la presencia de tumores testiculares u ováricos”.

ENFERMEDADES ASOCIADAS A LA CASTRACIÓN
 

Montserrat Rivera comenta que hay algunas enfermedades asociadas a la castración quirúrgica o gonadectomía. Por un lado, se pueden observar mayores índices de obesidad, incontinencia urinaria, problemas articulares y neoplasias. “Otras condiciones clínicas que pueden aparecer están relacionadas al desarrollo perineal/vulvar”, explica antes de añadir que, en cuanto a las patologías asociadas a la no castración, “obviamente tenemos los tumores de gónadas en el macho y en la hembra, así como piometras en el caso de la hembra”.

La doctora Lucas resalta que, aunque “la castración quirúrgica tras el fin de la pubertad en los perros evita o disminuye considerablemente el riesgo de tener la mayoría de las patologías reproductivas” (como piometras, tumores de mama o alteraciones de la próstata), hay que tener en cuenta que estas no son frecuentes en todas las razas y que, además, muchas de ellas, “gracias a la mejora considerable de los métodos de diagnóstico, los planes de prevención y el desarrollo de novedosos tratamientos médicos, pueden detectarse y tratarse de forma precoz”.

Asimismo, explica que “la castración incrementa el riesgo de padecer ciertas patologías menos frecuentes y, aunque la incidencia global de dichas patologías podríamos pensar que es baja, esto no quita que no las debamos tener en cuenta, sobre todo cuando se trata de razas predispuestas per se a tener dichas alteraciones”. Entre las más frecuentemente señaladas, se puede indicar ciertas alteraciones musculoesqueléticas, como la displasia de codo, cadera o rotura del ligamento cruzado anterior, mayor riesgo a padecer ciertos tumores, como mastocitomas, osteosarcomas, hemangiosarcomas, linfomas, tumores de células transicionales o tumores prostáticos, además de hipotiroidismo, hipoadrenocorticismo o alteraciones del sistema inmune y comportamentales. “Lo más importante a destacar sobre las causas que provocan este mayor riesgo es el efecto de la LH sobre estos sistemas u órganos, ya que en la mayoría de ellos se ha comprobado científicamente la existencia de receptores a esta hormona que estarían sobre estimulados en los animales castrados”, recuerda la veterinaria.

SUPRELORIN, UNA NUEVA ALTERNATIVA PARA LOS VETERINARIOS
 

Actualmente, el mercado ofrece soluciones de esterilización adicionales para satisfacer mejor las necesidades específicas de cada animal y las expectativas de la sociedad, como es el caso del implante anticonceptivo Suprelorin de Virbac, que se inserta de forma subcutánea en los pliegues de piel ubicados entre el cuello y la región lumbar.

Este implante de liberación sostenida contiene un agonista de la hormona liberadora de gonadotropina, deslorelina. A este respecto, la doctora Lucas explica que la deslorelina es un superagonista de la Gn-RH. “Su uso como método de esterilización reversible en el perro, entre otros, esta generalizado y avalado por multitud de estudios científicos”, recalca.

En este sentido, Rivera enfatiza en que es “un fármaco que ofrece todas las ventajas de la castración sin los inconvenientes asociados a una mayor producción de LH por parte de la hipófisis”. Asimismo, Xiomara Lucas añade que Suprelorin “reduce significativamente la producción de testosterona en el macho, pero no incrementa las concentraciones de LH, por lo que no se incrementa el riesgo de padecer ciertas patologías como en el caso de la castración”.

Finalmente, Xavier Manteca destaca que otra de las ventajas es que “te permite comprobar los efectos de eliminar los esteroides sexuales y ver si, en el caso concreto que te ocupa, esa eliminación de esteroides sexuales sirve o no sirve”.