Brucella ceti es una bacteria marina que causa enfermedades neurológicas, reproductivas y esqueléticas en cetáceos en libertad. Además de presentar potencial zoonótico, también resulta de importancia para los animales salvajes. Por ejemplo, la neurobrucelosis en cetáceos, causada por Brucella ceti, es una causa relevante de muerte en delfines listados del mar Mediterráneo.
A lo largo de los años, la búsqueda de un método de diagnóstico fiable para detectar anticuerpos e inferir el nivel de infección, ya que las pruebas serológicas no se utilizan como técnica rutinaria para el diagnóstico de esta infección.
Un trabajo realizado por Laura Martino, María Cuvertoret, Sarah Wilkinson, Alberto Allepuz, Alberto Perlas, Lola Pérez y Mariano Domingo de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Autónoma de Barcelona, y Lilianne Ganges del Centro de Investigación en Sanidad Animal (IRTA – CreSA), ha descrito los hallazgos patológicos de nueve cetáceos varados en libertad diagnosticados con enfermedad o infección por Brucella.
Los hallazgos descritos por los investigadores incluyeron discoespondilitis focal y meningitis no supurativa, coroiditis y radiculitis. Adicionalmente, se realizó un estudio serológico exploratorio en sesenta y seis sueros congelados recolectados en el período 2012-2022 de cincuenta y siete delfines listados, cinco delfines de Risso (Grampus griseus), dos delfines mulares comunes (Tursiops truncatus), un delfín común (Delphinus delphis) y un calderón común (Globicephala melas) para comparar los niveles de anticuerpos en animales infectados con Brucella (n = 8) y no infectados (n = 58), clasificados por causa de muerte, sexo, clase de edad y estado de infección por morbilivirus de cetáceos (CeMV).
Los autores plantearon la hipótesis de que la infección activa en casos de neurobrucelosis provocaría una respuesta humoral más fuerte y detectable en comparación con las infecciones subclínicas.
Realizaron una prueba ELISA utilizando diluciones seriadas de suero para cada muestra, considerando un porcentaje de inhibición de ≥40 % como positivo. Se determinó arbitrariamente un título de 1:160 como el umbral de seropositividad.
Las especies seropositivas incluyeron delfines listados y delfines de Risso. La seroprevalencia fue mayor en animales con neurobrucelosis (87,5 %) en comparación con la seroprevalencia general (31,8 %) y con otras causas de muerte, lo que indica, probablemente, una alta sensibilidad pero baja especificidad para la neurobrucelosis.
Por otro lado, los animales con CeMV crónico parecieron tener seroprevalencias más altas, así como los juveniles, que también tuvieron una prevalencia de enfermedad más alta.
Estos resultados indican, comentan los autores, que los anticuerpos no son decisivos contra la brucelosis clínica, “aunque pueden indicar un estado de portador, y que el CeMV puede influir en la epidemiología de Brucella”. A su vez, "proporciona la primera estimación de seroprevalencia en esta área y reafirma la circulación activa de Brucella en cetáceos salvajes".
Por ello, consideran que “se requieren más investigaciones para dilucidar la epidemiología y la patogénesis y para resolver la complicada interacción huésped-patógeno en las especies de Brucella”.