Las emociones positivas pueden reducir la susceptibilidad a enfermedades en humanos, y la evidencia emergente sugiere efectos similares en animales de granja. Debido a que el comportamiento de juego puede apoyar un estado emocional positivo en los cerdos, un estudio realizado en Canadá ha investigado si criar los cerdos con oportunidades de juego intermitentes regulares mejora la resiliencia a la enfermedad cuando se desafían con el virus del síndrome reproductivo y respiratorio porcino (PRRSV).
Las camadas se asignaron a tratamientos de juego (PLY; n = 5 camadas) o control (CON; n = 4 camadas) al nacer. En PLY, el juego se promovió con espacio adicional y elementos de enriquecimiento durante tres horas diarias a partir de los cinco días de edad. Al destete, se seleccionaron 28 cerdos (14 por cada tratamiento) para un desafío de enfermedad, según el peso, el sexo y la cerda.
Los cerdos fueron transportados a una instalación de contención de enfermedades y se inocularon con PRRSV. Se recogieron lesiones cutáneas, sangre, temperatura rectal, signos clínicos, peso corporal y comportamiento antes y después de la inoculación.
Las oportunidades de juego para el grupo PLY continuaron cada dos días hasta la eutanasia de todos los cerdos a los 65 ± 2 días después del parto. Los investigadores descubrieron que los cerdos PLY exhibieron menos lesiones cutáneas después del transporte y durante toda la infección en comparación con CON. Aunque la carga viral no difirió entre los tratamientos, “los cerdos PLY tuvieron una menor probabilidad de experimentar dificultad respiratoria moderada y grave, con una duración más corta”.
Por otro lado, el grupo PLY también tuvo un mejor desempeño durante toda la infección, mostrando mayor ganancia de peso diaria y mayor eficiencia alimentaria. A su vez, la respuesta inmune también difirió. Los cerdos PLY tuvieron menos monocitos después de la infección que CON, con niveles que volvieron a la línea base a los 21 días tras la exposición al virus, mientras que los niveles CON superaron la línea base. Los recuentos de linfocitos tendieron a ser más bajos en PLY que en CON, y los glóbulos blancos y los neutrófilos también fueron más bajos.
Los cerdos PLY continuaron jugando durante la infección, “demostrando menos comportamiento de enfermedad y enfatizando las propiedades gratificantes del juego”.
“Los resultados sugieren que los cerdos PLY se vieron menos afectados por el PRRSV y desarrollaron una mayor resiliencia al PRRSV en comparación con los CON”, apuntan.
Este estudio demuestra, por lo tanto, que criar cerdos en un entorno que favorezca experiencias positivas mediante la provisión de oportunidades de juego puede mejorar la resiliencia frente a los desafíos comunes de la producción moderna, lo que “subraya el valor del bienestar positivo en la cría intensiva de cerdos”.