Según el informe de evaluación de la amenaza del virus Oropouche (OROV) publicado hoy por el ECDC, en junio y julio de 2024 se notificaron por primera vez 19 casos importados de la enfermedad por OROV en países de la Unión Europea (UE), España (12), Italia (5) y Alemania (2), todos ellos relacionados con viajes a Cuba o Brasil. Desde enero de 2024 se han notificado más de 8 000 casos en América del Sur, América Central y el Caribe.
El OROV se transmite principalmente por el mosquito Culicoides paraensis, que está ampliamente distribuido en América, pero no en Europa. Varias especies de mosquitos también son posibles vectores del virus.
El riesgo de infección por OROV para los ciudadanos que viajan o residen en zonas epidémicas de América del Sur, América Central y el Caribe se evalúa actualmente como moderado. Sin embargo, el riesgo aumenta para quienes visitan zonas muy afectadas, en particular en los estados del norte de Brasil o la región amazónica, y/o para quienes no toman medidas de protección personal adecuadas.
El riesgo de exposición humana al OROV en la UE/EEE se considera muy bajo, a pesar de la probable importación de más casos de enfermedad por OROV, ya que los vectores competentes no existen en Europa continental.
La enfermedad de OROV puede manifestarse como una enfermedad febril aguda con dolor de cabeza, náuseas, vómitos, dolores musculares y articulares y, en ocasiones, síntomas más graves. El pronóstico de recuperación es bueno y los desenlaces fatales son extremadamente raros. No existen vacunas para prevenir la enfermedad de OROV ni medicamentos específicos para tratarla.
Las medidas de protección personal para reducir el riesgo de picaduras incluyen el uso de repelente, el uso de camisas de manga larga y pantalones largos, y el uso de mosquiteros de malla fina tratados con insecticidas durante el descanso. Estas medidas son esenciales para brindar protección contra las picaduras en habitaciones que no estén adecuadamente protegidas (con mosquiteros de malla fina en puertas y ventanas) o que no tengan aire acondicionado, y durante las actividades al aire libre.
Para la detección temprana de casos asociados a viajes, es esencial que los profesionales sanitarios conozcan mejor a los viajeros que regresan de zonas con transmisión activa de OROV, junto con una capacidad de diagnóstico de laboratorio adecuada.