Las garrapatas, como ectoparásitos hematófagos, pueden manipular los procesos inmunológicos y metabólicos del hospedador, causando alergias asociadas a las picaduras por garrapatas como es el síndrome de alfa-Gal. Las picaduras de las garrapatas pueden provocar en el ser humano una sensibilización inicial frente al alfa-Gal presente en moléculas de su saliva, lo que conduce a la producción de anticuerpos del tipo inmunoglobulina E (IgE) y al desarrollo del síndrome de alfa-Gal, consistente en una reacción alérgica al ingerir carne roja (como carne de vaca, cerdo o cordero) o productos derivados de estos animales.
Las glicoproteínas y los glicolípidos con galactosa-alfa-1-3-galactosa (alfa-Gal) son las moléculas alergénicas con mayor respaldo científico en su asociación con el síndrome de alfa-Gal. No obstante, las proteínas y los lípidos sin modificaciones de alfa-Gal también pueden contribuir a las alergias salivales de las garrapatas y estar vinculados con el síndrome de alfa-Gal.
Por ello, científicos del Grupo de Investigación en Sanidad y Biotecnología (SaBio) del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC – CSIC, UCLM, JCCM) han caracterizado el efecto de las proteínas salivales de garrapatas desglucosiladas (sin alfa-Gal) y sin lípidos en peces cebra alimentados con comida formulada con carne de mamífero mediante un análisis proteómico cuantitativo de muestras intestinales. También efecturaron la caracterización y anotaciones funcionales de los lípidos salivales de garrapatas con baja representación de glicolípidos a través de un análisis lipidómico.
Flujo de trabajo experimental ejecutado para el analisis del proteoma y lipidoma con bajo contenido en alfa-Gal de la saliva de garrapata en el modelo del síndrome de alfa-Gal del pez cebra.
Los resultados mostraron que el tratamiento con saliva y la fracción de proteína salival desglucosilada (sin alfa-Gal) provocaron un cambio significativo en la alimentación de los peces cebra, volviéndose anormal o nula. Además, el tratamiento con esta fracción afectó múltiples vías metabólicas, como la respuesta de defensa frente a patógenos y el metabolismo de las proteínas, lo cual se correlacionó con la alimentación anormal o nula.
El análisis lipidómico amplió la base de datos sobre estas moléculas e identificó 23 clases de lípidos con baja representación de glicolípidos (0.70% de los lípidos identificados). La clase de lípidos con mayor representación fue la fosfatidilcolina (PC; 26.66%) y, para los glicolípidos, correspondió al diacilglicerol (DG; 0.48%). El análisis de anticuerpos frente a la PC reveló que los individuos picados por garrapatas eran más propensos a producir anticuerpos PC-IgG. Estos hallazgos determinan que estos anticuerpos pueden ser un potencial biomarcador de las picaduras de garrapata.
Por otro lado, los niveles de DG fueron significativamente superiores en las glándulas salivales de las garrapatas en comparación con la saliva de garrapata y las distintas fracciones salivales. Estos resultados respaldan un posible papel de las proteínas y lípidos salivales de garrapata sin modificaciones de alfa-Gal en el síndrome de alfa-Gal.