La leishmaniosis canina (CanL) es una enfermedad causada en España por el protozoo Leishmania infantum. Los perros constituyen el principal reservorio de este parásito. Aunque se ha descrito transmisión vertical y horizontal ocasional, el principal modo de transmisión en Europa es la picadura de una hembra infectada de flebótomos ( Phlebotomus perniciosus y P. ariasi ).
Tradicionalmente, la distribución geográfica de los flebótomos se había estimado entre las latitudes 50° norte y 40° sur. Sin embargo, la distribución se ha expandido más allá de estas latitudes.
En este contexto, el noroeste de España se consideraba tradicionalmente una región libre de leishmaniosis, presumiblemente porque su clima frío y lluvioso limita la presencia de flebótomos. Sin embargo, a principios de los años 90 se notificaron dos casos de leishmaniosis canina aparentemente autóctona en Galicia. Además, un estudio de seroprevalencia realizado a principios de los años 2000 en Valdeorras (Ourense) cambió la percepción de la enfermedad en esta zona, considerándose a partir de entonces hiperendémica para la infección por L. infantum.
La prevalencia de la infección por L. infantum notificada en Galicia oscila entre el 2,5 % y el 7,5 %, mientras que en Ourense se ha encontrado que es mayor, del 7,5 % al 35,6 % dependiendo de los estudios y su metodología. Ourense presenta un clima supramediterráneo particular, que lo distingue de otras regiones cercanas del norte de España pertenecientes a la zona bioclimática templada, donde la prevalencia de la infección por L. infantum es menor.
Las principales especies de flebótomos vectores de L. infantum descritas en estas áreas son Phlebotomus perniciosus y P. ariasi. Phlebotomus ariasi es menos abundante y se encuentra en regiones más localizadas debido a su preferencia por climas más fríos, húmedos y montañosos, así como por altitudes mayores. Phlebotomus perniciosus está más extendido porque se ve menos afectado por las condiciones climáticas. Prefiere ambientes más secos y cálidos y se encuentra a altitudes menores que P. ariasi. Tanto P. perniciosus como P. ariasi han sido descritos previamente en la provincia de Ourense.
Se considera que la temporada de flebótomos en España comienza a principios de mayo, aunque en algunas regiones se ha reportado ya en abril, y finaliza entre finales de octubre y noviembre, con su máxima actividad entre julio y septiembre. Está determinada por las condiciones climáticas de la región, como la temperatura, la humedad relativa y la velocidad del viento. Cualquier cambio en el medio ambiente altera el equilibrio ecológico y el contexto en el que los parásitos y vectores se reproducen y transmiten enfermedades.
Las principales medidas para la prevención de la infección por L. infantum incluyen el uso de ectoparasiticidas como estrategia más efectiva, acompañado de la vacunación de perros sanos seronegativos contra L. infantum para prevenir el desarrollo de la enfermedad y reducir el riesgo de transmisión.
ESTUDIO DURANTE UN PERIODO DE 20 AÑOS
El objetivo de un estudio realizado por Patricia Olmeda, David Díaz-Regañón, Alejandra Villaescusa, Inmaculada Amusategui, Fernando Rodríguez Franco, Mercedes García-Sancho, Daniel Martín-Fraile y Ángel Sainz, la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid; Miguel A. Tesouro, de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de León; y Adolfo García y Francisco Herrero, de 'Servicios Veterinarios del Sil' (Ourense), fue evaluar la evolución del porcentaje de nuevos casos anuales de infección por L. infantum durante un período de 20 años (2003-2023) en el área de Valdeorras. Además, considerando la multitud de factores que influyen en la presencia de infección por L. infantum en un área determinada, se propusieron determinar la posible influencia de ciertas variables climáticas y medidas preventivas implementadas a lo largo del tiempo en esta incidencia de infección por L. infantum. Plantearon la hipótesis de que el porcentaje de nuevos casos detectados en esta área ha disminuido durante el período de 20 años. Además, sugirieron que las variables climáticas que potencialmente podrían afectar al vector y su hábitat, junto con las medidas preventivas implementadas, son factores interrelacionados que podrían influir potencialmente en la incidencia de la infección por L. infantum.
Se realizaron pruebas de anticuerpos por inmunofluorescencia indirecta en muestras de suero recogidas de perros que acudieron a la clínica veterinaria 'Servicios Veterinarios de Sil' (Valdeorras, noroeste de España) entre mayo de 2003 y abril de 2023 para detectar la exposición a L. infantum. El porcentaje de nuevos casos de infección por L. infantum se calculó desde mayo de un año hasta abril del año siguiente. Se registraron las condiciones climáticas de la región, las ventas globales de ectoparasiticidas y el número de vacunas contra L. infantum administradas en la clínica veterinaria desde 2003 hasta 2022. Se realizaron análisis estadísticos para determinar las asociaciones entre estos factores y el porcentaje de nuevos casos de infección por L. infantum.
El conjunto de datos utilizado en este estudio comprende mediciones diarias de precipitación (mm), temperatura (°C) y humedad relativa (%) que abarcan el período de 2003 a 2022 en Valdeorras. Estos datos fueron obtenidos de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET).
Se evaluaron un total de 2909 perros y se realizaron 3785 pruebas entre mayo de 2003 y abril de 2023. El porcentaje medio de nuevos casos seropositivos durante el período de 20 años estudiado fue de 21,65 ± 10,8 %, con un descenso desde el principio hasta el final del período estudiado. El porcentaje fue significativamente mayor entre mayo de 2003 y abril de 2008 en comparación con los otros períodos. Descubrieron también que hubo una correlación positiva entre el porcentaje de nuevos casos de infección por L. infantum y la humedad relativa máxima en invierno. Por el contrario, hubo una correlación negativa entre el porcentaje de nuevos casos y las ventas de ectoparasiticidas y la vacunación contra L. infantum.
Este estudio, hasta donde saben los autores, es una de las evaluaciones más largas de la evolución de la infección por L. infantum en una localización fija y su asociación con factores externos, como las condiciones climáticas y las medidas preventivas. Así, los resultados confirman que Valdeorras “es una zona de alto riesgo para la infección por L. infantum”.
IMPORTANCIA DE CREAR CONCIENCIA ENTRE LOS DUEÑOS
Los autores han explicado como el mayor porcentaje de nuevos casos seropositivos observados durante el lustro inicial (mayo de 2003 a abril de 2008, 35,3 %) puede atribuirse a la limitada conciencia y comprensión de CanL entre los dueños de mascotas y los veterinarios dentro de la región en ese momento. Esta falta de conocimiento “podría haber resultado en una menor realización de pruebas de la enfermedad durante los controles de salud de rutina”.
En consecuencia, “se estaban realizando pruebas a menos animales y, de los analizados, se habría encontrado que una mayor proporción era seropositiva para la infección por L. infantum”. No obstante, “a medida que CanL ganó mayor atención dentro de la comunidad veterinaria en esta área, los profesionales probablemente aumentaron su enfoque en el diagnóstico temprano y la prevención, así como en la sensibilización entre los dueños de perros”. Este cambio de enfoque “podría ser teóricamente una de las razones que explica la disminución en el número de nuevos casos positivos a lo largo del tiempo, a pesar de la presencia de condiciones climáticas potencialmente favorables para el desarrollo de los vectores”, explican.
En resumen, “los clínicos deben conocer la infección por L. infantum, su etiopatogenia y las estrategias para controlar la enfermedad”. La importancia de que los veterinarios conciencien a los propietarios de perros sobre la gravedad de la enfermedad y la necesidad de medidas preventivas para proteger tanto a las mascotas como a la salud pública “es una piedra angular en el manejo de esta enfermedad parasitaria transmitida por vectores”.
MEDIDAS DE PROTECCIÓN FRENTE A LA LEISHMANIA
Conscientes de la importancia de los tratamientos antiparasitarios para proteger a las mascotas y a las personas de la enfermedad, son varias las empresas que ponen a disposición de veterinarios y dueños una amplia gama de productos.
MSD Animal Health recomienda Scalibor®, el collar para perros de actividad repelente frente al flebotomo con una eficacia de hasta el 98 % durante 12 meses.
Asimismo, Virbac ha desarrollado Effitix®, un antiparasitario externo para perros que se aplica mediante pipetas muy fáciles de usar que marcan la diferencia, porque “mientras otras pipetas actúan durante 3 semanas, Effitix® ofrece cuatro semanas de protección frente a los principales parásitos”, explican desde la compañía. En formato collar cuentan con Prevendog®, que protege al perro frente a las picaduras de flebotomos (12 meses), mosquitos (6 meses) y garrapatas (6 meses).
Advantix®, de Elanco, es un antiparasitario externo para perros formulado con dos sustancias activas, imidacloprid y permetrina, que actúan de forma combinada proporcionando una amplia cobertura frente a pulgas, garrapatas, flebótomos, mosquitos, piojos y moscas de los establos. Este tratamiento mensual fácil de aplicar, protege a perros a partir de 1,5kg y a cachorros a partir de las siete semanas de edad. Elanco cuenta también con Seresto®, el collar que libera de pulgas, garrapatas y reduce el riesgo de leishmaniosis canina hasta 8 meses, gracias a su tecnología de liberación de principios activos.
Boehringer Ingelheim ofrece, por su parte, Frontline Tri-Act, una combinación de fipronil (6,76 mg/ kg) y permetrina (50,48 mg/kg), y está indicado para el tratamiento y prevención de pulgas y garrapatas, así como para repeler y matar insectos voladores como flebótomos, mosquitos y moscas de los establos.