AxSí denuncia que haya colegios San Fernando pendientes aún del mantenimiento de las zonas verdes - San Fernando - Noticias, última hora, vídeos y fotos de San Fernando Ver
Un estudio propone que la variabilidad genética del VIF puede conducir al fracaso diagnóstico

Un estudio propone que la variabilidad genética del VIF puede conducir al fracaso diagnóstico

Descubrieron que VIF identificado en un felino “difería de todos los subtipos conocidos actualmente; y el bajo porcentaje de identidad sugiere que podría pertenecer a un subtipo viral no reportado”
Gato vete
En el estudio se incluyeron cincuenta gatos que dieron positivo por la presencia de anticuerpos anti-VIF.

El virus de la inmunodeficiencia felina (VIF) es un lentivirus de ARN perteneciente a la familia Retroviridae, que causa una infección persistente de por vida y es responsable del síndrome de inmunodeficiencia felina en gatos domésticos. El ADN proviral se integra al genoma del huésped, afectando la funcionalidad de los linfocitos diana. Esto puede conducir a una desregulación inmunológica progresiva.


La inmunopatología progresiva predispone a enfermedades secundarias graves y potencialmente letales. En concreto, los signos clínicos más comunes incluyen anorexia, fiebre, linfadenopatía, gingivoestomatitis, trastornos hematológicos, inflamaciones crónicas secundarias y neoplasias.


La infección por VIF es endémica en la población de gatos domésticos en todo el mundo, pero se reconocen varios subtipos virales genética y antigénicamente distinguibles que muestran una distribución geográfica variable. Actualmente existen siete subtipos de VIF reconocidos según la diversidad de las regiones hipervariables V3-V5 del gen env: A, B, C, D, E, F y U-NZenv. Además, se han identificado y clasificado varias secuencias recombinantes, por ejemplo, entre los subtipos A y B, los subtipos B y D, y los subtipos A y C. Hasta la fecha, se encuentran disponibles en la literatura pocos estudios más antiguos que evalúen la propagación de los diferentes subtipos de VIF en gatos en Italia, y el subtipo B fue en gran medida prevalente.


RESULTADOS FALSOS POSITIVOS Y FALSOS NEGATIVOS


La prevención y el control de la enfermedad causada por el VIF se basa principalmente en la identificación y el aislamiento de sujetos infectados mediante pruebas en el lugar de atención para detectar anticuerpos anti-VIF. Sin embargo, en las pruebas serológicas en el lugar de atención, pueden producirse resultados falsos positivos y falsos negativos. También deben utilizarse pruebas directas, como ensayos moleculares, para diagnosticar la infección por virus de la inmunodeficiencia felina.


En particular, el ADN proviral es detectable en los linfocitos de sangre periférica dos semanas después de la infección y, como los gatos permanecen infectados de por vida, sigue siendo potencialmente detectable hasta la muerte. Además, para estos ensayos, es posible que se obtengan resultados falsos negativos debido a la baja cantidad de provirus circulante. Además, la extrema variabilidad genética del VIF reduce la sensibilidad de las pruebas.


El estudio de la epidemiología molecular de este virus en diferentes áreas geográficas es de suma importancia para establecer estrategias de diagnóstico basadas en la detección de ácidos nucleicos virales influenciados por la diversidad genética entre subtipos locales. Estas dificultades relacionadas con la alta variabilidad genómica del virus de la inmunodeficiencia felina pusieron de relieve la necesidad de enfoques de diagnóstico integrales, que incluyan pruebas tanto serológicas como moleculares.


Por ello, un trabajo realizado en Italia se ha propuesto evaluar la diversidad genética del VIF en el norte de Italia mediante la detección de ADN proviral en muestras de sangre de gatos seropositivos y la caracterización genética de los virus identificados.


UN NUEVO SUBTIPO VIRAL


En el estudio se incluyeron cincuenta gatos que dieron positivo por la presencia de anticuerpos anti-VIF entre 2018 y 2021 en un VTH en el norte de Italia. Los sujetos inscritos eran en su mayoría gatos machos domésticos de pelo corto, con una edad media de 8 años y 10 meses. Tres de ellos dieron positivo en los antígenos de la leucemia felina. El 66 % gatos se agruparon en el grupo de gatos sintomáticos (SC) y el 34 % se agruparon en el grupo de sintomáticos (AC). No se encontró asociación estadística con respecto a la presencia de signos clínicos o anomalías clínico-patológicas atribuibles a la infección por virus de la inmunodeficiencia felina y los datos de señalización, excepto la edad, que fue significativamente mayor para los gatos sintomáticos.


Se intentó la detección del ADN proviral del VIF en muestras de sangre entera de gatos seropositivos mediante el uso de distintas técnicas. Se confirmó que cuarenta y ocho gatos eran positivos y se caracterizaron varios subtipos de VIF. “Estos resultados sugieren, en primera instancia, que la prueba ELISA rápida para la detección de anticuerpos anti-VIF puede haber producido resultados falsos positivos en dos gatos, o que estas muestras pueden haber tenido bajas cantidades de ADN debido al tiempo y la degradación por almacenamiento”.


Por otro lado, la mayoría de los virus secuenciados en el estudio pertenecían al subtipo B del VIF, lo que corrobora datos epidemiológicos italianos previos. De manera diferente, el virus de la inmunodeficiencia felina identificado en un gato se agrupó filogenéticamente con los virus del subtipo A. “Hasta donde sabemos, el subtipo A nunca se ha informado en Italia”, comentaron.


Igualmente, agregan que el VIF identificado en un felino “difería de todos los subtipos conocidos actualmente; y el bajo porcentaje de identidad sugiere que podría pertenecer a un subtipo viral no reportado”. La identificación de un subtipo adicional de VIF enfatiza la diversidad del VIF y la plasticidad de su genoma a la hora de generar nuevas variantes. Además, “la recombinación entre diferentes subtipos puede desarrollarse en áreas donde está presente más de un subtipo, con el potencial de crear nuevas variantes transmisibles con nuevas propiedades patogénicas”.


POSIBLES FRACASOS EN EL DIAGNÓSTICO


Esta información “es fundamental para disponer de métodos de diagnóstico adecuados y desarrollar una vacuna”. Es decir, consideran que “se debe garantizar una evaluación cuidadosa del desempeño de las pruebas de diagnóstico para evitar la subestimación de los casos de infección y la ineficacia de los planes de prevención y control de esta enfermedad”.


En resumen, el estudio confirma la necesidad de un enfoque integrado que adopte diferentes pruebas moleculares para detectar con precisión el ADN proviral del VIF en gatos seropositivos infectados por virus genéticamente distinguibles. Este enfoque de diagnóstico integral “es esencial para monitorear adecuadamente la situación epidemiológica del virus de la inmunodeficiencia felinamantener la salud felina y mitigar el riesgo de diseminación viral dentro de la población felina”.


Asimismo, “se revelaron diferentes subtipos de VIF que circulan en el norte de Italia, principalmente el subtipo B pero también el subtipo A, este último nunca antes informado”. También se identificó un nuevo taxón, que puede representar un subtipo adicional de VIF. Ante el hallazgo, remarcan la necesidad de “adquirir información sobre la epidemiología del territorio y la evolución viral de los subtipos circulantes es fundamental para el desarrollo y uso de métodos de diagnóstico y control adecuados”.


En este sentido, “la variabilidad genética entre los virus VIF que surgieron en este estudio puede conducir al posible fracaso diagnóstico de las pruebas moleculares”. Por ello, recomiendan una nueva estrategia diagnóstica, que adopte diferentes pruebas moleculares y secuenciación, para monitorear la evolución y propagación del virus de la inmunodeficiencia felina.

   Estudian el potencial de un nutracéutico para tratar la inmunodeficiencia humana y felina
   Investigan la relación entre inmunodeficiencia y leishmania felina en España e Italia
   La prevención es la clave frente al virus de la leucemia felina
   Una nueva cepa de coronavirus recombinante tras el brote de PIF en los gatos en Chipre

Archivo