El 29 de junio de 2014 el grupo terrorista yihadista Estado Islámico (ISIS/EI) proclamó el Califato de Siria e Iraq, con capital en la ciudad siria de Raqa, llegando a controlar un territorio de 88 000 kilómetros cuadrados. Fue derrotado en 2019 por la intervención militar al alimón de Estados Unidos, guerrilleros kurdos peshmerga y Fuerzas Democráticas Sirias.
La caída del autoproclamado Califato supuso el desplazamiento de las franquicias terroristas de Al Qaeda e ISIS hacia el Sahel en el África Subsahariana y Golfo de Guinea, teniendo como nuevo objetivo estados fallidos de fronteras permeables, y aprovechando la menor presencia de actores otrora influyentes, como una Francia sumida en un proceso de descolonización histórico.
El aumento de la actividad yihadista y del número de desplazados en la denominada Triple Frontera, situada entre Mali, Burkina Faso y Níger, y en la Cuenca del Lago Chad, que abarca los territorios nacionales de Nigeria, Níger, Chad y Camerún, suponen una amenaza para el control de los microorganismos patógenos presentes en el continente africano, verdadero laboratorio natural que España tiene de vecino.
Las fiebres hemorrágicas víricas (FHV) son un grupo de enfermedades causadas por virus pertenecientes a distintas familias. Sus características epidemiológicas (reservorios, distribución, transmisión, sintomatología) varían según el agente etiológico en cuestión, pero todos tienen capacidad de producir un cuadro agudo grave de fiebre hemorrágica con fracaso multiorgánico que con frecuencia evoluciona rápidamente a la muerte. Estos virus son de particular importancia en salud pública por su capacidad de propagación y de producir cuadros graves, y la dificultad para su identificación y tratamiento. Como ejemplo podemos citar el virus del Ébola, virus de Marburg, fiebre de Lassa, y fiebre de Crimea-Congo. Estas enfermedades están presentes en África, bien como endemismos o en forma de epidemias y para la mayoría de ellas no existe vacuna disponible ni tratamiento específico.
Una de las características del fenómeno de la Globalización es que comparte casi todo, lo bueno y lo malo. La inmediatez de los viajes internacionales y del transporte de mercancías y animales, supone un mayor riesgo de importación de patógenos desde áreas endémicas a áreas libres de ellos.
Factores como la presencia de FHV endémicas en el Sahel y Golfo de Guinea, junto al creciente deterioro de las condiciones de seguridad y los desplazamientos de población asociados, a causa del terrorismo yihadista, la insurgencia, el crimen organizado, los conflictos étnicos y los desastres naturales provocan que brotes de estas enfermedades no puedan ser resueltos bajo los auspicios de la Organización Mundial de la Salud y su Reglamento Sanitario Internacional, convirtiéndose en emergencias de salud pública.
España, por su situación geográfica es puerta de entrada y en ocasiones destino final del fenómeno migratorio procedente de África en sus diferentes rutas (atlántica, mediterráneo central y mediterráneo oriental), lo que podría facilitar la llegada de patógenos emergentes, entre ellos los virus que causan FHV.
¿Hemos aprendido algo del “inofensivo” coronavirus? ¿Estamos preparados?
Quiero pensar que sí.