Todos estamos seguros de que habrá una nueva pandemia, pero nadie sabe cuándo ni dónde, ni tampoco cuál será el agente causal. Cuando se habla de la enfermedad X se piensa, sobre todo, en un virus. Los expertos dirigen su atención especialmente hacia aquellos que usan ARN como material genético debido a su mayor capacidad para mutar y adaptarse a nuevos hospedadores.
Tal y como se están desarrollando los hechos, quizá lo más fácil sea pensar que el próximo virus pandémico será un virus zoonótico (aquellos que provienen de reservorios animales, silvestres o domésticos). Las cifras son estremecedoras y se estima que hay más de 300.000 virus que circulan en mamíferos silvestres. Los roedores y sobre todo los murciélagos albergan un sinfín de ellos.
Posiblemente, el virus zoonótico que en la actualidad esté haciendo más méritos para postularse como principal candidato a encabezar la siguiente pandemia sea el de la gripe aviar. La regla básica para que este virus salte a la especie humana pasa por colonizar sus células y después tener la capacidad de transmitirse entre personas. El primer paso ya lo ha dado y ha saltado de aves a gatos, visones, hurones, focas, leones marinos y vacas. En estas últimas ha conseguido también la competencia de transmisión y ya son muchos los estados de Estados Unidos que sufren el problema. El verano pasado, la Organización Mundial de la Salud informó que se había producido un brote de gripe aviar H5N1 en gatos domésticos. Treinta y cuatro gatos en ocho provincias de Polonia dieron positivo para el virus A (H5N1) de la gripe aviar. Muchos de los gatos infectados presentaron signos neurológicos (parálisis, convulsiones…) y enfermaron gravemente o murieron. Afortunadamente, el riesgo para las personas que convivan con gatos o para los veterinarios que los atiendan se sitúa entre bajo y nulo.
La candidatura del virus de la gripe aviar como potencial virus pandémico se ve reforzada por el hecho de que posee la capacidad de ser transmitido por la vía aerógena (además de otras vías), tal y como ocurrió con el SARS-CoV-2. Se dice que el paso y adaptación a mamíferos es la antesala para infectar a los humanos. Aunque el hombre también ha sucumbido a sus garras, de momento no se ha reportado transmisión entre humanos, pero el riesgo es más que real. La gripe aviar es una enfermedad muy adaptada a aves y salta con dificultad a las personas. Desde 2021 ha habido 19 casos humanos (6 muertes) a pesar de la intensa circulación del virus por animales a nivel global. Los casos de transmisión a humanos siempre se han producido por contacto intenso con aves de corral infectadas salvo los casos de Chile y Texas. La enorme incidencia en aves y mamíferos a nivel global aumenta el riesgo de “spillover” a los humanos. Afortunadamente, no se han detectado mutaciones asociadas a resistencias a antivirales, ni mutaciones relacionadas con adaptación a receptores humanos ni capacidad de transmitirse vía aerógena entre personas afectadas.
Hay que decir alto y claro que NO estamos preparados inmunológicamente frente a la aparición de un virus de gripe aviar A H5 o A H7. Sin embargo, las vacunas estacionales actuales, gracias a la respuesta heterotípica, nos pueden ayudar a mitigar el impacto inicial. Pero esta contramedida debe ser rápidamente complementada por el uso de vacunas prepandémicas o vacunas específicas para el subtipo que emerja. Las vacunas contra la gripe pandémica deben desarrollarse específicamente contra el subtipo del virus que causa la pandemia. Debido a que este subtipo no se conoce antes de que la propia pandemia sea inminente, las vacunas sólo se pueden terminar de preparar una vez que la pandemia ha comenzado.
Recientemente se han desarrollado unas Jornadas sobre “Influenza Aviar altamente patógena y potencial pandémico”, en la ciudad de Badajoz los días 10 y 11 de mayo, organizadas por el Colegio Oficial de Veterinarios, donde se han reunido los profesionales más cualificados de toda España tanto a nivel de medicina humana como de veterinaria. En el transcurso de estas, se han generado muchas y valiosas conclusiones sobre la realidad y manejo de esta creciente amenaza sanitaria. En dichas Jornadas ha quedado patente que la comunidad sanitaria debe intensificar sus esfuerzos para concienciar a la sociedad sobre la importancia de la vacunación y los verdaderos riesgos de la gripe, una enfermedad cuya gravedad a menudo se subestima. De la misma manera, la vacunación masiva contra la gripe estacional puede ser un recurso crucial en un escenario de pandemia provocada por el virus de la influenza aviar, preparando y fortaleciendo la respuesta inmunitaria de la población frente a variantes virales similares.
Es crucial reforzar los lazos de comunicación entre agencias regionales y nacionales para salvaguardar la salud animal y alimentaria. La creciente preocupación por las zoonosis en un contexto globalizado exige una revisión y fortalecimiento de las políticas One Health de salud pública a nivel mundial, para adaptarlas eficazmente a este desafío emergente.
Finalmente, resulta fundamental recalcar la gravedad y el riesgo potencial que representa la influenza aviar para la salud global. La colaboración internacional, la investigación continua y una adecuada educación de la sociedad son esenciales para prevenir y responder eficazmente a los brotes, protegiendo así la salud pública a nivel mundial. Instamos a la sociedad a tomar conciencia de la seriedad de esta amenaza y a apoyar las medidas de vigilancia y control que pueden salvar vidas y prevenir futuras pandemias.