México es un país rico en especies de aves. De hecho, se estima que hay entre 1060 y 1107 especies, pero el 65 % de ellas está en algún grado de vulnerabilidad y el 17 % en alta vulnerabilidad, afirma el académico de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia (FMVZ) de la UNAM, Fahd Henrry Carmona Torres.
“Tenemos que maravillarnos de estos animales y hacer esfuerzos para su conservación. Muchos de ellos estuvieron aquí antes que nosotros y debemos trabajar para que permanezcan”, subraya el experto universitario con motivo del Día Mundial de las Aves Migratorias, que se conmemora el segundo sábado de mayo y el segundo sábado de octubre, efeméride que coincide con las dos grandes migraciones de aves en el mundo.
Asimismo, explica que del total de estas especies que hay en el territorio, el 70 % son residentes y el 30 % migratorias, y de estas últimas hay las que migran en primavera y otras en otoño. Además, están las aves transitorias -que sólo pasan por el país- y otras que tienen una permanencia accidental.
Estos animales, señala, “necesitan de nuestro apoyo, pues hacen largos viajes en busca de lugares para alimentarse, aparearse, cuidar a sus crías y, posteriormente, regresar a su lugar de descanso. Para ello requieren hacer escalas en sitios con los recursos necesarios para reabastecerse, descansar y luego continuar su recorrido”.
Cabe destacar que, este año, el tema de la efeméride es Protege a los insectos, protege a las aves, con el que se busca llamar la atención respecto a la importancia que los artrópodos tienen para mantener la riqueza y diversidad de las aves, las cuales también son “controles naturales” de estos.
De igual forma, sirve para concientizar sobre el abuso que se hace de pesticidas y herbicidas, no sólo en los campos de cultivo, sino también en las zonas urbanas, en los hogares, añade el experto en fauna silvestre.
Las aves, detalla, se alimentan de muchos derivados de las plantas, como el néctar, las flores, semillas y frutos, así como de diversos animales, entre ellos los insectos y artrópodos. “Si no hay insectos, no hay aves. Si no hay aves, algunas especies de insectos o artrópodos pueden llegar a convertirse en plagas y afectar las producciones y a los humanos”, advierte.
El maestro en Ciencias destaca que urge conservar las múltiples especies de aves y trabajar para que México se mantenga entre el décimo y el onceavo país a nivel mundial con mayor cantidad.
Indica asimismo que estos animales llegan a sus hábitats en una época del año en que también hay mayores recursos para sus depredadores naturales. A ellos se suman nuevos depredadores, que son introducidos por los humanos, como pueden ser los animales domésticos que se convierten en ferales.
Por ejemplo, en Estados Unidos se estima que hay alrededor de 200 millones de gatos y unos 80 millones están bajo custodia de las personas, pero 120 millones son ferales y se alimentan de otras especies.
“También debemos considerar la liberación accidental o intencional de aves exóticas, como los pericos monje, las cuales generan graves problemas considerando la competencia por recursos alimenticios como la posible introducción de enfermedades que pueden afectar a las aves silvestres nativas”, apunta.
Carmona Torres comenta que varios autores plantean que, más que la pérdida de especies, lo que ocurre es la disminución de abundancia de las poblaciones, lo que ocasiona reducción de la variabilidad genética y, con ello, dificulta mantenerse a lo largo del tiempo.
“En nuestra nación ha habido especies que se han extinguido. Entre las más importantes está el pájaro carpintero imperial, que se distribuía en el norte, y desapareció por afectaciones a su hábitat y por costumbres de la población que, se reporta, llegaba a alimentarse de ellos”, comenta.
Algunos tipos de palomas también se han visto dañadas, porque se han cazado en cantidades altas. “En algunos lugares las ratas son una amenaza porque se comen a los polluelos, las ardillas se comen los huevos o a los polluelos; o compiten directamente con el alimento disponible para las aves”, menciona.
El experto de la UNAM recuerda que esta efeméride se estableció en 2006 por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y a solicitud de organizaciones sociales enfocadas a la conservación de las aves migratorias y animales silvestres migratorios.
Por otra parte, manifiesta que México es un sitio privilegiado para su residencia y paso. En este sentido, el país tiene cuatro rutas migratorias: la del Pacífico, la del Centro del país, la ruta del Mississippi que baja por el Golfo de México, y la del Atlántico.
“Ver circular muchas aves por esas corrientes de viento es un espectáculo bastante interesante. Yo invitaría a todas las personas que tengan oportunidad de verlo, a que lo disfruten. Son animales de gran belleza y si lo pensamos desde el punto de vista de sus cantos, de su parte estética, deberíamos maravillarnos todos los días”, insiste.
El experto universitario rememora que cada año, al celebrar el Día Mundial de las Aves Migratorias, se pone énfasis en alguna problemática. En 2020 se resaltó que estas especies conectan al mundo. Al año siguiente se manejó el lema Canta como ave para resaltar los sonidos que emiten y que podemos percibir en estas épocas.
En 2022 se insistió en la contaminación lumínica que se ha incrementado en diversos lugares, afectando su migración. Finalmente, el año pasado se remarcó la importancia del agua, tanto para las aves acuáticas como para las migratorias.