Revisan el manejo del dolor neuropático felino: el tratamiento debe contemplar el aspecto emocional

El dolor crónico es una preocupación importante para el bienestar de los gatos, y el dolor neuropático, que surge del procesamiento aberrante de señales sensoriales dentro del sistema nervioso, es una subcategoría de este tipo de dolor. Para comprender esta afección y cómo la farmacoterapia multimodal desempeña un papel central en el alivio del malestar, es fundamental profundizar en la anatomía de la nocicepción y la percepción del dolor. Además, existe una interacción intrincada entre la salud emocional y el dolor crónico en los gatos, y comprender y abordar los factores emocionales que contribuyen a la percepción del dolor, y viceversa, es esencial para una atención integral.

Se sospecha dolor neuropático si hay una sensación anormal en el área de distribución del dolor, junto con una respuesta positiva al tratamiento de prueba con fármacos eficaces para el dolor neuropático. Idealmente, esta sospecha clínica estaría respaldada por la confirmación de una lesión en esta neurolocalización mediante modalidades de diagnóstico como la resonancia magnética y la neuroelectrofisiología.

Alternativamente, puede haber antecedentes de traumatismo conocido en esa zona. Se pueden emplear una variedad de terapias, incluidos fármacos analgésicos, antiinflamatorios y adyuvantes, y neuromodulación, para abordar diferentes facetas de las vías del dolor.

Un artículo de revisión realizado en el Rino Unido se ha centrado en la identificación y el tratamiento del dolor neuropático en gatos. En el texto se incluyen casos y se presenta un algoritmo de tratamiento estructurado para guiar a los veterinarios en la adaptación de las intervenciones.

RELACIÓN ENTRE DOLOR Y COGNICIÓN

El dolor neuropático, detalla el trabajo, “es una subcategoría del dolor crónico que es consecuencia de un daño o disfunción del sistema nervioso”. Se caracteriza por dolor espontáneo, mayor sensibilidad al tacto, lo que los humanos describen como sensaciones anormales, como hormigueo, ardor o descargas eléctricas.

El autor ha repasado los fundamentos anatómicos y fisiológico del dolor neuropático, explicando que el dolor no es sólo una experiencia sensorial y emocional desagradable, sino algo que requiere una respuesta conductual ante el peligro para el tejido corporal. “Debido a las implicaciones para la supervivencia, el dolor exige la atención del cerebro, afectando otros procesos corticales, así como otros sistemas del cuerpo, incluido el sistema inmunológico, el eje hipotálamo-pituitario-suprarrenal, el sistema nervioso simpático y el sistema reproductivo”. En consecuencia, el dolor afecta la cognición y viceversa.

En cuanto al diagnóstico, el trabajo señala que confirmar un diagnóstico de dolor neuropático, es decir, dolor que se origina en el sistema nervioso, “es un desafío” y requiere demostrar que la distribución del dolor corresponde a un área de sensación anormal (p. ej., sensibilidad al tacto disminuida o aumentada).

Así, lo ideal “es demostrar que la distribución del dolor corresponde a una lesión o enfermedad subyacente del sistema somatosensorial”. En algunos casos, puede haber una lesión histórica conocida (p. ej., cirugía previa). En otros, se requieren pruebas de diagnóstico adicionales para confirmar una neuropatía periférica.

Una respuesta positiva al tratamiento de prueba con fármacos eficaces para el dolor neuropático también puede utilizarse para respaldar un diagnóstico tentativo. Sin embargo, los autores lo recomiendan con precaución porque muchos medicamentos que son útiles para tratar el dolor neuropático también pueden afectar el estado emocional (por ejemplo, los gabapentinoides). Por tanto, una respuesta positiva a estos fármacos no "prueba" un diagnóstico de dolor neuropático. Sin embargo, dado que un estado emocional negativo puede influir en el dolor, se puede argumentar que la calidad de vida del gato mejora de todos modos.

MANEJO DEL DOLOR NEUROPÁTICO

La mayoría de los tratamientos farmacológicos, comentan, están dirigidos a objetivos periféricos, espinales y del tronco encefálico, y descuidan un área fundamental en la percepción del dolor. En medicina humana, “se reconoce cada vez más que el tratamiento exitoso del dolor crónico emplea un enfoque más holístico que incluye terapia cognitivo conductual, fisioterapia y técnicas de neuromodulación”. En los gatos, el manejo del dolor también “debe centrarse en abordar el aspecto emocional”.

El tratamiento del dolor neuropático depende de la etiología, y se reconoce que los seres humanos responden mejor a la terapia multimodal. Este enfoque multimodal es necesario porque los agentes individuales tienen poco éxito. Además, recuerdan que “es importante abordar la causa subyacente del dolor neuropático y, además, considerar el impacto de la salud emocional en el dolor crónico”.

En este sentido, explican que “muchos de los agentes mencionados en este artículo son adyuvantes, es decir, medicamentos que no están diseñados principalmente para aliviar el dolor, sino que se usan junto con medicamentos para aliviar el dolor primario (p. ej., opioides). o medicamentos antiinflamatorios no esteroideos [AINE]) para mejorar su eficacia o abordar aspectos específicos del dolor o su manejo”.

El trabajo ha analizado la eficacia, dosis, seguridad y efectos adversos, de un gran abanico de fármacos, desde productos más naturales, como el aceite de CBD, hasta medicamentos más potentes, como derivados opioides, corticoides, o antidepresivos. Igualmente, han elaborado un algoritmo de tratamiento enfocado a ofrecer soluciones prácticas.

En resumen, desentrañar las complejidades del dolor neuropático felino exige comprender la nocicepción, la percepción del dolor y la salud emocional, junto con la aplicación de intervenciones multimodales personalizadas. “El campo dinámico del manejo del dolor veterinario está evolucionando, enfatizando la necesidad apremiante de investigación sostenida y esfuerzos colaborativos”, comentan. Así, “al mejorar nuestro conocimiento y perfeccionar las estrategias de tratamiento, allanamos el camino para elevar la calidad de vida de los gatos con esta afección potencialmente limitante”.