El primero de mayo se conmemora el Día Mundial de la Enfermedad de Lyme, una zoonosis extendida por todo el mundo, producida por una bacteria transmitida por la picadura de garrapatas infectadas. Actualmente se considera una enfermedad emergente en Europa.
Se estima que, en un porcentaje elevado de personas, la infección se desarrolla de forma asintomática y autolimitada, por lo que no requieren tratamiento al no presentar síntomas clínicos. Estos se caracterizan por un cuadro clínico multisistémico progresivo que incluye manifestaciones precoces dermatológicas y tardías de tipo reumático, neurológico y cardíaco.
En España, el mayor riesgo de adquirir la enfermedad de Lyme se produce en primavera y en verano, coincidiendo con las fases más activas del insecto vector al aumentar las temperaturas, si bien pueden encontrarse activas a lo largo de todo el año.
La picadura es indolora y puede pasar inadvertida. La infección es más probable cuanto mayor tiempo permanece la garrapata adherida a la piel, por lo que si se retira pronto se reduce notablemente el riesgo de contagio.
MEDIDAS PREVENTIVAS
Las recomendaciones están especialmente destinadas a personas en contacto con estos insectos por su actividad laboral en el medio natural o relacionada con animales, o si practican deporte, senderismo, caza, u otras actividades al aire libre o en contacto con la naturaleza.
La mejor forma de prevenir la enfermedad es evitar la picadura de las garrapatas siguiendo algunas recomendaciones en las salidas al campo. Entre ellas se encuentran utilizar manga larga y pantalón largo, evitar las sandalias o calzado abierto y usar siempre botas cerradas con calcetines, procurando que cubran la parte inferior de los pantalones.
Es preferible usar ropa de color claro, ya que de esta forma será más fácil comprobar si hay alguna garrapata sobre ella. En el campo, caminar si es posible por la zona central de los caminos y evitar el contacto con la vegetación circundante y evitar sentarse en el suelo, o quedarse parado mucho tiempo en las zonas con vegetación, además de utilizar repelentes autorizados tanto para las personas como para las mascotas.
La garrapata retirada con pinzas debería guardarse para su estudio en el caso de que se desarrollen manifestaciones clínicas.