La Universidad de Borgoña, Francia, ha publicado un informe sobre la salud de los veterinarios franceses. Los investigadores han realizado una comparación entre los datos que se publicaron en mayo del año 2022 y los publicado a final de 2023. De esta forma, gracias a estos meses de diferencia entre las dos encuestas, se ha podido realizar un estudio longitudinal, cuyo objetivo es discernir los procesos que contribuyen al deterioro de la salud de los veterinarios del país galo.
Se mantuvieron para este estudio cuatro criterios de salud principales: agotamiento, trastornos del sueño, trastornos somáticos y pensamientos suicidas. En este sentido, el objetivo del estudio es poner de relieve las variables que permiten predecir estos criterios.
Para entender mejor el análisis, los investigadores han explicado cado uno de estos factores. El agotamiento, o burnout, es un síndrome psicológico que incluye tres dimensiones: agotamiento emocional, cinismo y eficiencia profesional. Por su parte, los trastornos del sueño derivan de distintas causas, “pero nuestro estilo de vida y nuestras condiciones laborales son los principales contribuyentes”. En cuanto a los trastornos somáticos, hay una clara vinculación con los trastornos psicológicos: “el agotamiento causa síntomas somáticos y se ha demostrado que los síntomas somáticos están asociados con un aumento de las ideas e intentos de suicidio”, explican. Finalmente, los pensamientos suicidas se refieren a un conjunto de preocupaciones relacionadas con la muerte y el suicidio (están relacionados con los suicidios, aunque no necesariamente conducen a ellos). Con respecto a este último punto, aclaran que la profesión veterinaria experimenta una alta tasa de suicidio.
Los análisis revelan fuertes correlaciones en las variables de salud entre la primera encuesta (T1) y la segunda (T2) en el caso de burnout, síntomas somáticos, trastornos del sueño e ideas suicidas. Y es que los veterinarios con peor salud en la encuesta T1 siguen siendo los que tienen peor salud varios meses después, y viceversa para aquellos que tenían buena salud. Esto, principalmente, refleja el aspecto crónico de los problemas de salud entre los veterinarios.
INFLUENCIA VARIABLES DEMOGRÁFICAS EN LA SALUD DE LOS VETERINARIOS
Así, el documento analiza también la influencia de las variables sociodemográficas en la salud laboral. Entre los puntos a destacar, se encuentra el hecho de que las mujeres tienen peor salud que los hombres y, concretamente, presentan un agotamiento emocional significativamente mayor que los hombres. De igual forma, los trastornos somáticos y los trastornos del sueño están más presentes en mujeres que en hombres. Sin embargo, recalcan que, en la mayoría de los criterios considerados, estas diferencias también se observan en la población general o en otros grupos profesionales.
Por otra parte, los jóvenes tienen puntuaciones más altas de burnout, especialmente de agotamiento emocional, si se compara con las personas mayores, lo que contradice un sesgo según el cual los más jóvenes están menos involucrados en su profesión. Asimismo, las personas que viven en pareja parecen más protegidas del agotamiento emocional, pero este caso se da principalmente en los hombres.
En cuanto a las categorías de la práctica profesional, la especialidad de “animales de compañía” es la que cuenta con más veterinarios, aunque presenta peor salud según muchos criterios, como agotamiento emocional, trastornos del sueño e ideas suicidas. En cambio, en el extremo opuesto, la especialidad “rural” tiene el mejor perfil de salud.
INFLUENCIA DE LA CARGA DE TRABAJO
Los autores del estudio explican que la ampliación del horario reduce el tiempo disponible para los seres queridos, se acompaña de un estilo de vida deficiente y aumenta la fatiga y el estrés, al mismo tiempo que reduce el tiempo de recuperación. Si bien, indican que "los estudios disponibles no conducen a conclusiones indiscutibles, por lo que se requiere tener cautela a la hora de interpretar los resultados". Para esta investigación, además del horario, se ha tenido en cuenta la amplitud de la agenda semanal, el número de guardias de fin de semana y guardias nocturnas, y el número de clientes recibidos diariamente.
Por un lado, el informe recoge que el rango temporal está vinculado al pensamiento suicida, lo que refleja el aspecto patogénico de esta variable. “Pero no está relacionado con el agotamiento, los trastornos somáticos o los trastornos del sueño. Sin embargo, el estudio de esta variable presenta todo un conjunto de dificultades”, recalcan.
El número de noches de guardia al mes representa un factor de estrés especialmente importante, no obstante los datos cuantitativos no lo respaldan. De hecho, según recoge la encuesta, el número mensual de turnos nocturnos sólo se asocia con trastornos del sueño. El informe resalta que los turnos de fin de semana también impactan negativamente en todas las variables de salud, pero solo entre las mujeres.
Un aspecto reseñable entre las dos encuestas que deja huellas significativas entre los veterinarios fue el número de clientes que recibieron, "una de las posibles hipótesis es el impacto de los comportamientos descorteses de los clientes". En el informe reflejan que los clientes "no sólo no muestran gratitud, sino que faltan el respeto a los veterinarios. De hecho, muchos veterinarios temen el ciberacoso en internet". Algunos de los testimonios recogidos apuntan que “el problema es gestionar a los dueños, sobre todo sus caprichos, sus estados de ánimo, sus irrespetuosos comentarios”, o “la presión del éxito, del juicio, de los costes mínimos, ejercida por el propietario, así como el hecho de que creen que pagando pueden tener nuestro tiempo y poder hablar con nosotros como quieran”.
INFLUENCIA DE LOS ESTRESORES PERCIBIDOS EN LA SALUD
En la primera publicación, se identificaron ocho categorías de estresores profesionales que enfrentan los veterinarios: carga de trabajo y la conciliación entre el trabajo y la vida personal; negligencia y maltrato de clientes hacia los animales; carga emocional ante la angustia; problemas financieros; conflictos y tensiones con compañeros; miedo a cometer errores; miedo a lesionarse; e interrupciones durante su actividad.
Tras la segunda encuesta, se concluye que la carga de trabajo percibida, con sus efectos en la vida privada, parece ser un factor estresante importante. Asimismo, entre las fuentes de tensión también se encuentran los conflictos con los compañeros, el miedo a cometer errores y salir herido, o los problemas económicos. Por su parte, el presentismo laboral se asocia con agotamiento, trastornos del sueño, síntomas somáticos e ideas suicidas.
TEORÍAS DEL PENSAMIENTO SUICIDA
El estudio se basa en dos teorías sobre el pensamiento suicidio. La teoría interpersonal del suicidio, que se centra en la pertenencia frustrada y la percepción de ser una carga, y la derrota y atrapamiento (modelo de Gilbert y Allen). Los autores de este estudio han observado fuertes correlaciones entre las variables de los dos modelos teóricos y la idea suicida. “Esto sugiere que las variables de los dos modelos (pertenencia frustrada, sentimiento de ser una carga y sentimiento de derrota y atrapamiento) están fuertemente asociadas con la idea suicida”, comentan.
Estas variables explican el 29 % de la varianza en la idea suicida en la segunda encuesta comparando con el primer estudio, por lo que surge la siguiente pregunta: ¿Cuáles son las variables que generan el sentimiento de pertenencia frustrada, de ser una carga o incluso de estar atrapado?
En este sentido, quienes vivían en pareja, por ejemplo, presentaban menor cansancio emocional. Sin embargo, se sentían más como una carga con respecto a los que vivían solos. Conviene recalcar que la sensación de ser una carga es una de las variables más asociadas a la idea suicida en el segundo estudio.
En cuanto a las características objetivas del trabajo, las horas de trabajo semanales predicen la sensación de ser una carga para quienes les rodean. “Una vez más vemos que el número de clientes atendidos por día y el presentismo tienen efectos deletéreos y estas variables se asocian con la pertenencia frustrada, el sentimiento de derrota y el de estar atrapado. Además, el número de clientes se asocia con la sensación de ser una carga”, destacan.
Por otro lado, los veterinarios de la especialidad “animales de compañía” tienen puntuaciones más altas que sus colegas de otras especialidades en las variables de sentimiento de derrota y sensación de estar atrapado. Suelen tener puntuaciones significativamente más altas también en pertenencia frustrada y, en comparación con otras, sufren más agotamiento emocional, trastornos del sueño e ideas suicidas.
Igualmente, hay tres categorías de factores estresantes que emergen con un peso relativo significativo sobre las variables de suicidio varios meses después: problemas financieros, carga de trabajo y su interferencia en el equilibrio entre vida personal y laboral, además de miedo a cometer errores.
El informe señala que la carga de trabajo, las preocupaciones financieras, los conflictos con los colegas y el miedo a lesionarse tienen un gran impacto en la salud y el suicidio de los veterinarios. Por otra parte, las conclusiones advierten que tener dependencia del trabajo, una adicción que ya se observó en el primer informe y que caracteriza a un alto porcentaje de veterinarios, predice un riesgo de mala salud física y psicológica y un riesgo de suicidio. Esta adicción al trabajo está más presente entre las mujeres y entre los más jóvenes.