Un equipo de estudiantes y científicos de veterinaria de la Universidad Federal de Santa Catarina, en Brasil, en colaboración con el Centro de Innovación y Desarrollo del Cannabis, también en Brasil, descubrió que la administración oral de aceite de cannabis a perros puede reducir los síntomas del lupus eritematoso discoide (DLE por sus siglas en inglés), un trastorno de la piel canino de origen autoinmune.
En su estudio, publicado en la revista Frontiers in Veterinary Science, el grupo probó la eficacia del aceite de cannabis con un perro que padecía DLE después de que los tratamientos tradicionales no consiguieran mejoras.
DLE es un trastorno que afecta la piel de la nariz y las orejas de los perros. Se caracteriza por inflamación, pérdida de cabello y pigmento, enrojecimiento y, a veces, úlceras con costras. Actualmente, se trata administrando corticosteroides a los perros, medicamentos que calman la inflamación, los mismos tipos de fármacos que se administran a los humanos con tipos similares de problemas de la piel.
En este nuevo estudio, un perro de raza mixta de dos años que padecía DLE no respondía al tratamiento estándar, por lo que el equipo de investigación intentó un nuevo enfoque: administrarle aceite de cannabis.
Investigaciones anteriores han demostrado que diferentes tipos de aceite de cannabis pueden reducir la inflamación tanto en perros como en humanos sin algún efecto secundario perjudicial. Por lo tanto, en este caso, se consideró seguro tratar al perro con una mezcla de aceites.
Los aceites de cannabis suelen ser de dos tipos diferentes: los basados en cannabidiol (CBD) y los basados en tetrahidrocannabinol (THC); ambos tienen efectos antiinflamatorios. Este último es el responsable del "subidón" asociado al consumo o fumar cannabis.
Debido a que el aceite de cannabis no se había utilizado antes para tratar el DLE, los investigadores probaron una variedad de aceites con diferentes niveles de CBD, THC o ambos. Finalmente descubrieron que una mezcla de 3 a 1 de CBD y THC funcionaba mejor.
Inicialmente, al perro se le dio una sola gota por vía oral una vez al día durante tres días para comprobar si había reacciones negativas. Al no encontrar ninguno, le dieron una gota al día durante varias semanas y encontraron signos de desaparición del DLE. Después de un año, todos los síntomas desaparecieron. Para evitar nuevos brotes, el perro recibió dosis más pequeñas de forma recurrente. Los investigadores no informan de más recurrencias.