Alertan de la exposición accidental en mascotas a medicamentos hormonales tópicos para humanos

El primer informe que captó la atención de la veterinaria alemana Ann Neubert involucraba a cuatro cachorros: las tres hembras tenían vulvas agrandadas, mientras que el macho tenía glándulas mamarias inflamadas. Todo apuntaba a que la causa se debía a la exposición a un medicamento que contenía la hormona sexual estrógeno.

Como veterinaria de la Oficina Federal de Protección al Consumidor y Seguridad Alimentaria de Alemania, Neubert rápidamente captó las implicaciones clínicas. Si estos perros accidentalmente hubieran entrado en contacto con la terapia hormonal transdérmal de su dueño, razón por la que habrían mostrado efectos obvios, lo mismo podría estar ocurriendo con otros animales domésticos e, incluso, con niños.

"Podemos ver a nuestras mascotas como una especie de indicador de lo que puede pasar con nuestros hijos", advierte Neubert. "Hoy, las mascotas y los niños son tratados como similares. Así que es muy importante tener en mente ese riesgo de exposición", subraya.

Para documentar el fenómeno y crear conciencia entre los veterinarios de su país, Neubert y algunos colegas de profesión compilaron una serie de hallazgos en un estudio que se suma a un creciente, aunque todavía escaso, conjunto de investigaciones sobre los productos hormonales aplicados en la piel en forma de pomada, gel o aerosol, generalmente estradiol (una forma de estrógeno), para la menopausia (y mujeres posmenopáusicas), al igual que testosterona para los hombres.

LOS GATOS SON ESPECIALMENTE SUSCEPTIBLES

Se considera que los perros más pequeños son más susceptibles a este problema, ya que es más probable que estén expuestos a una dosis más grande en relación con su tamaño. Sin embargo, Neubert recuerda que los perros grandes también pueden verse afectados.

Y es que, entre los informes que revisaron los investigadores, se encontraban casos que involucraban a razas de perros grandes. De todas formas, los perros pequeños y de pelo corto estuvieron representados con mayor frecuencia, siendo las razas más comunes las siguientes: chihuahua, galgo italiano, pug, perro salchicha, basenji y boston terrier.

En total, los investigadores alemanes examinaron los casos de 42 perros. Entre ellos, los signos clínicos de exposición más comunes fueron vulvas hinchadas y caída del cabello.

Por otra parte, también se informó sobre los casos de 13 gatos. Neubert señala que los datos sobre felinos son reveladores, ya que se descubrió que los signos clínicos de exposición eran comúnmente conductuales y más graves que en los perros, lo que a veces conducía a finales letales.

Un caso felino bastante grave fue el que publicaron unos investigadores de Suecia en octubre de 2022. Según comentaban, una gata se vio afectada aproximadamente dos semanas después de que la propietaria comenzara a usar un aerosol hormonal para los síntomas de menopausia. La mascota, una esfinge esterilizada de tres años y medio, comenzó a actuar como si estuviera en celo.

Pero, además, un segundo gato de la casa, esta vez un esfinge macho castrado de dos años y medio, también comenzó a comportarse de manera diferente. "Los signos informados incluyeron ansiedad, mayores signos de territorialismo y mayor interés sexual en la gata", comentaron los autores.

Creyendo que la gata castrada había conservado restos de ovarios, su veterinario le recetó el medicamento deslorelina, una hormona sexual sintética, para contrarrestar los efectos. Pero, un mes después, el animal estaba peor. "Los signos progresaron hasta incluir vocalizaciones fuertes, micción territorial inusual fuera de la caja de arena, hiporexia [una disminución prolongada del apetito], insomnio y comportamientos 'psicóticos' anormales”, explicaron.

Posteriormente, se le administró el fármaco gabapentina, que actúa sobre el sistema nervioso. Un mes después, "su estado de salud general se había deteriorado". Igualmente le administraron la hormona progesterona, pero su salud empeoró. Ante este panorama, le hicieron una cirugía exploratoria, pero el cirujano no encontró restos de ovario. La propietaria, finalmente, decidió sacrificar al gato debido a su mala salud y sus constantes y exagerados signos de celo.

Más tarde, la mujer adoptó un gatito sphynx macho no castrado de 12 semanas. Pronto notó que las glándulas mamarias del gatito estaban agrandadas y, después de un examen veterinario, se encontró que el gatito también tenía testículos inusualmente pequeños. Fue entonces cuando identificaron la terapia hormonal de la propietaria como una causa sospechosa de los problemas de sus gatos. Tras abandonar la terapia, el gatito fue tratado con el esteroide aglepristona y, en una semana, ambos gatos machos habían mejorado y, finalmente, se recuperaron completamente.

Otro caso reportado por los investigadores suecos involucró a dos gatas, inusualmente pequeñas para su raza, que dieron a luz a camadas con gatitos atrofiados e, incluso, muertos. Además, en otro de los casos descritos, otra gata dio a luz a una gatito con miocele, patas malformadas y parálisis. Así, según cuenta Neubert, los signos clínicos en las madres gatas y sus crías también podrían explicarse por otras causas, incluidos otros tipos de exposición ambiental, infecciones, anomalías genéticas y mala nutrición.

DIFUSIÓN

Neubert y sus colegas emitieron un boletín de seguridad, publicado por el Instituto Federal de Medicamentos y Dispositivos Médicos en junio de 2022, para crear conciencia pública sobre la exposición accidental a hormonas sexuales tópicas. En este informe, ofrecieron una descripción general del problema, incluidas estadísticas que muestran un claro aumento del uso de dichos medicamentos en la medicina humana.

El boletín afirma que las prescripciones de testosterona aumentaron en Alemania de 6 millones de dosis diarias en 2004 a 27,6 millones en 2019. Por su parte, para el estrógeno transdérmico, las dosis diarias definidas aumentaron un 8,1 % en 2020 en comparación con un año antes.

Asimismo, el documento enumera una serie de casos notificados en la literatura científica o en la base de datos de farmacovigilancia de niños, desde bebés hasta 8 años, que han estado expuestos a productos de estrógeno o testosterona utilizados por adultos de sus familias. Los síntomas de los niños incluían mamas en ciernes, pubertad prematura, precocidad sexual, virilización, pigmentación de la piel y edad ósea prematura.

Por otra parte, Neubert cree que los casos de exposición secundaria probablemente sean mucho más altos de lo que reflejan las estadísticas. "Como ocurre con cualquier dato de farmacovigilancia, se puede sospechar una alta tasa de subregistro y, por lo tanto, los casos conocidos sólo representan la punta del iceberg", recalca.

Una vez que los médicos están en alerta del problema, abordarlo es fácil, sugieren los expertos en su artículo. "Una anamnesis exhaustiva es un método de diagnóstico económico y comparativamente sencillo", escriben refiriéndose a la anamnesis del paciente. Y añaden que "otros métodos de diagnóstico, como la citología vaginal o prepucial, la biopsia de piel, los análisis hormonales y las imágenes, pueden confirmar la sospecha o utilizarse para descartar diagnósticos diferenciales como la castración incompleta o quistes o tumores productores de hormonas". Además, insisten en que el tratamiento es igualmente simple, ya que "la terapia consiste en evitar la exposición".