Investigadores mexicanos revisan la situación y perspectivas del cáncer de mama canino desde el One Health

El 19 de octubre se conmemora mundialmente el Día Internacional del Cáncer de Mama, con el objetivo de concienciar y sensibilizar a las personas de todo el mundo sobre la importancia de la prevención y la detección temprana de cualquier signo relacionado con esta enfermedad.

Los tumores mamarios, que afectan a numerosas especies de mamíferos, son la neoplasia más común diagnosticada en perras y mujeres, y se consideran un problema importante de salud pública. Conocer mejor la presentación y progresión del cáncer de mama en diferentes especies es esencial para comprender mejor la patogénesis de esta compleja enfermedad. Además de ser centinelas del medio ambiente y del estilo de vida humano, los perros se consideran modelos de estudio para el desarrollo de nuevos fármacos o terapias y para ensayos clínicos.

Una revisión reciente publicada por científicos de México y Portugal ha sido describir el estado de conocimiento del cáncer de mama canino y proporcionar una actualización sobre el estado actual de su epidemiología, aspectos clínicos y moleculares, así como opciones de diagnóstico y tratamiento. Los autores también han identificado desafíos y áreas de oportunidad para ayudar a mejorar los resultados de los perros con tumores mamarios.

TUMORES MAMARIOS CANINOS

Los tumores mamarios caninos son una afección muy frecuente en comparación con otros tipos de cáncer. Representan el 50-70 % de todas las neoplasias diagnosticadas en perras no esterilizadas, afectando principalmente a caninos mayores de 7 años. Aparecen como nódulos de diferentes tamaños y suelen estar bien definidos. El régimen de tratamiento y pronóstico del paciente se puede establecer según las características físicas, localización, clasificación histológica y molecular del tumor.

La incidencia de tumores mamarios caninos varía dependiendo de la ubicación geográfica del estudio, y también se ve afectada por la edad, exposición hormonal, raza y características moleculares de la perra, entre otros factores.

Esta variación, según consideran los autores, se puede atribuir a varios factores, siendo la cultura de esterilización uno de ellos. La esterilización suele realizarse como medida de control de la población canina. Sin embargo, “la castración a edades tempranas también previene el desarrollo de tumores mamarios en la perra ya que los estrógenos y la progesterona producidos por los ovarios son mitógenos para el epitelio mamario y pueden estimular la proliferación y el crecimiento de conductos y lóbulos”.

En Europa, la tasa de incidencia más alta de carcinoma mamario se ha identificado en el sur, donde la castración no se realiza de forma rutinaria. En otros países, incluidos México, “existen pocas publicaciones sobre la incidencia de tumores mamarios, y la mayoría se basan en tamaños de muestra pequeños analizados en universidades, debido a la falta de registros oficiales de población canina”.

En cuanto a los tumores mamarios malignos diagnosticados con mayor frecuencia, las estadísticas varían de un país a otro. Además, la mayoría de los estudios que informaron la incidencia de tumores mamarios caninos no se realizaron durante el mismo período de tiempo; por lo tanto, no se puede hacer una comparación directa. En México, “el carcinoma simple, el carcinoma complejo y el carcinoma mixto son los más prevalentes”, comentan.

Por lo tanto, “se requieren más estudios que incluyan otras poblaciones caninas en diferentes países para determinar si estas estadísticas se aplican a la población canina en general e identificar mejor los factores de riesgo y el pronóstico”.

ESTADIFICACIÓN Y PRONÓSTICO

Los tumores mamarios se estadifican utilizando el sistema de tumores, ganglios linfáticos y metástasis (TNM), establecido por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Según este sistema, el paciente se coloca en una de cinco etapas clínicas según el tamaño del tumor, el estado de los ganglios linfáticos y la presencia de metástasis. Los estadios I a III se asignan a pacientes no metastásicos (dependiendo del tamaño de su tumor), mientras que las metástasis en los ganglios linfáticos se clasifican como IV independientemente del tamaño del tumor, y las metástasis a distancia se clasifican como estadio V.

En este sentido, “un estudio retrospectivo de una serie de casos de 79 perras con tumores mamarios malignos demostró que los pacientes con tumores en estadios clínicos IV y V, tienen una supervivencia postoperatoria de 6 meses, a diferencia de los pacientes en estadios clínicos tempranos (I, II o III) que sobreviven más de 2 años”.

Sin embargo, esto también podría verse afectado por el tipo de tumor diagnosticado por histopatología y el tratamiento utilizado.

En cuanto a la terapia, los autores comentan que “el tratamiento de elección para los tumores mamarios en perros es la cirugía, excepto en el caso del carcinoma inflamatorio, donde se prefiere el tratamiento médico paliativo y la quimioterapia”.

En este punto, también matizan que un beneficio adicional de la resección quirúrgica de tumores mamarios es que “permite el examen histopatológico del tejido, lo que se ha asociado con un aumento del tiempo de supervivencia y calidad de vida de los pacientes”.

Por su parte, la quimioterapia como terapia adyuvante o paliativa, o en casos de enfermedad metastásica, se utiliza de forma rutinaria en mujeres con cáncer de mama y se ha demostrado que mejora la supervivencia. En medicina veterinaria, “se han utilizado varios protocolos de quimioterapia en perros con tumores mamarios malignos, pero se requieren estudios prospectivos adicionales para verificar su beneficio en la supervivencia de pacientes con carcinoma de mama”.

DESAFÍOS Y PERSPECTIVAS

Los perros, comentan los investigadores, “son un gran ejemplo de oncología comparada” (es decir, el uso de cánceres que se desarrollan naturalmente en animales como modelos para el estudio de neoplasias humanas), ya que “desarrollan tumores mamarios espontáneos que comparten un alto grado de similitud con los cánceres de mama humanos”. Varias características moleculares del carcinoma mamario canino son muy similares a las observadas en los humanos.

Además, la corta esperanza de vida de los perros “permite evaluar la respuesta al tratamiento y obtener resultados en ensayos clínicos en un plazo más corto”.

Aunque se han realizado varios esfuerzos para describir las características moleculares e histopatológicas de los tumores mamarios caninos, aún existe falta de acuerdo en los resultados obtenidos. Existe, por lo tanto, “la necesidad de estudios clínicos de cáncer de mama canino que utilicen procedimientos estandarizados, marcadores caninos específicos (p. ej., anticuerpos) y cohortes de pacientes más grandes y homogéneas para validar aún más los resultados obtenidos hasta ahora”.

Otro desafío citado es la epidemiología en gran medida indeterminada del cáncer de mama canino en muchos países. “Hay muy pocos estudios disponibles a nivel mundial y muchos no se realizaron en el mismo período de tiempo (además, algunos no son muy recientes); por lo tanto, no se pueden hacer comparaciones directas”.

En resumen, se han demostrado similitudes y diferencias entre el cáncer de mama en mujeres y caninos a nivel molecular. Estos podrían servir de base “para una mejor comprensión de la patología del cáncer de mama, el desarrollo de nuevas terapias y herramientas de diagnóstico, el establecimiento de clasificaciones y el cumplimiento del concepto del enfoque One Health en beneficio de ambas especies”.

Sin embargo, “la información epidemiológica en caninos es limitada, ya que pocos países (y ciudades) han logrado documentar adecuadamente las características clínicas, patológicas y epidemiológicas del cáncer de mama en caninos”.

Por ello consideran que “promover la publicación de investigaciones sobre diferentes aspectos del cáncer de mama, establecer una red de colaboración entre diferentes países y determinar las características de las poblaciones caninas favorecerá una mejor comprensión de la enfermedad”.

Además, “es necesario estandarizar los procedimientos quirúrgicos y quimioterapéuticos para mejorar las tasas de respuesta y la supervivencia de las pacientes con cáncer de mama”.