Los gatos pueden sufrir una variedad de enfermedades bucales, pero ninguna más compleja y debilitante que la gingivoestomatitis crónica felina (FCGS). Esta desagradable combinación de inflamación y úlceras que recubren la cavidad bucal tiene tratamientos limitados que solo abordan los síntomas y no la causa de la enfermedad. Actualmente, FCGS representa entre el 0,7 % y el 12 % de los casos felinos vistos en las consultas veterinarias.
Un equipo de investigadores de EEUU publicó recientemente un trabajo en el que encontraron un aumento en una sustancia química llamada interleucina-6 (IL-6) en gatos con FCGS, lo que consideran que “ofrece nuevas opciones terapéuticas”. La IL-6 se asocia con una respuesta inmune alterada y reducir sus niveles podría resolver muchos de los problemas clínicos que rodean la enfermedad.
"Esta enfermedad es muy devastadora para los gatos y no se comprende bien ya que no se sabe realmente qué desencadena la enfermedad, qué gatos individuales tienen mayor riesgo y cómo idealmente curarla", comentan los autores.
CÉLULAS INMUNES Y CIERTOS VIRUS
En estudios anteriores, se encontró que las células inmunes y ciertos virus estaban asociados con la enfermedad, pero sus conexiones directas no estaban claras. En particular, el calicivirus felino se ha relacionado con la FCGS durante unos 30 años, y los investigadores han pasado muchos años intentando comprender el papel del virus. "Inicialmente pensamos que si el virus desempeña un papel y es directamente responsable de algunas de las lesiones tisulares que vemos clínicamente, deberíamos poder encontrar el virus en los tejidos afectados".
Sorprendentemente, el equipo no observó calicivirus felino activo en ninguna muestra de tejido de gatos con FCGS. Sin embargo, descubrieron material genómico que no era nativo de los gatos y se originaba a partir de virus, lo que sugiere que los virus están presentes en los gatos afectados, pero es posible que no desempeñen un papel directo en las lesiones de FCGS. Basándose en estudios preliminares, el equipo planteó la hipótesis de que el calicivirus felino podría no estar desempeñando un papel directo en la FCGS y, en cambio, podría estar desencadenando respuestas inmunitarias en estos gatos.
El objetivo pasó entonces a identificar los genes asociados con la FCGS y, en particular, los asociados con la respuesta inmunitaria. Para ello, el equipo comparó los patrones de expresión genética en diferentes gatos: 20 a los que se les diagnosticó clínicamente FGCS, seis a los que se les diagnosticó una enfermedad bucal diferente y ocho que sirvieron como controles sanos.
GENES SOBREEXPRESADOS
Utilizando muestras de tejido oral, se analizó la respuesta inmune en estos tejidos usando RNA-seq, una técnica que secuencia el ARN. La comparación de la abundancia de ARN de diferentes genes en una muestra da una idea de qué genes están activados o desactivados y en qué medida.
Los investigadores descubrieron que el gen IL6, que codifica la proteína IL-6, estaba sobreexpresado en gatos con FCGS. Se sabe que la IL-6 provoca inflamación crónica y aumenta la susceptibilidad a infecciones virales cuando se expresa intensamente durante un período prolongado. Esta molécula puede influir en la mayoría de los mecanismos relacionados con la inflamación que se han encontrado previamente en gatos con FCGS y sugiere un desequilibrio inmunológico mayor. “La IL-6, que impulsa gran parte del proceso desregulado, explica clara e inmediatamente las manifestaciones clínicas de la enfermedad. Esto lo convierte en un candidato obvio para una mayor exploración”, explican. "Si estos gatos realmente tienen una incapacidad para expresar IL6 en niveles normales, potencialmente podemos inhibir la IL-6 para una intervención".
Gracias a este trabajo, los científicos están un paso más cerca de crear terapias que puedan atacar esta proteína y hacer que esta grave enfermedad felina sea cosa del pasado.