La temperatura es una de las constantes vitales utilizadas para examinar objetivamente a un paciente veterinario, cuyos resultados pueden tener implicaciones significativas para el estado de salud de ese paciente. La termometría rectal es la forma más común utilizada en la clínica veterinaria, a pesar de los años de investigación sobre modalidades alternativas. La investigación sobre alternativas a la termometría rectal se ha centrado principalmente en correlacionar los valores de temperatura de estos métodos alternativos con las temperaturas rectales o con la temperatura corporal central.
Algunas de las motivaciones discutidas para identificar modalidades alternativas a la termometría rectal han sido la dificultad para obtener la temperatura rectal en animales que no cooperan o son agresivos, la influencia de las heces o los procesos de enfermedades perianales (es decir, fístulas, tumores, etc.) que falsifican los resultados.
La termometría rectal puede ser más estresante que las posibles alternativas. En los gatos, se ha observado que el estrés de la medición de la temperatura rectal por sí solo puede ser suficiente para elevar la temperatura rectal.
El estrés en el entorno clínico puede influir negativamente no solo en la visita actual, sino también en las visitas posteriores. Parte del estrés inherente puede deberse a las interacciones con los veterinarios en el entorno clínico; esto a menudo se denomina "efecto de bata blanca" y se ha descrito tanto en perros como en gatos.
Otro factor estresante potencial en el entorno clínico puede ser la duración de una cita. En medicina veterinaria, se considera ampliamente que minimizar la duración de un procedimiento ayuda a minimizar el estrés. A pesar de la importancia de minimizar la duración de la cita, el tiempo de manejo y el tiempo del procedimiento, no se ha investigado cómo el método de termometría afecta la duración de la consulta para perros y gatos.
En este sentido, un estudio realizado en EEUU ha comparado el tiempo asociado con el manejo, la inmovilización y el registro de la temperatura de pacientes caninos y felinos con un termómetro rectal digital y un termómetro axilar digital. La duración del instrumento se mantuvo constante para centrarse en el aspecto del procedimiento.
Los autores presumieron que habría una mayor duración de la contención del animal con la termometría rectal, lo que proporcionaría una explicación del mayor estrés informado entre temperatura rectal y termometría axilar.
GRUPO DE PERROS Y GATOS
Para realizar el experimento, el veterinario indicaría verbalmente que debía comenzar el cronometraje, y tanto el técnico como el veterinario se acercarían a la mascota. El técnico inmovilizaría al animal de la manera que le pareciera más apropiada dado el tamaño y el comportamiento del animal, y el veterinario realizaría la termometría (rectal o axilar). Tan pronto como se colocaba el termómetro, el veterinario señalaba verbalmente al cronómetro, y el tiempo se detendría. Esto se registró como un tiempo de temperatura previa (Pre-TempT).
Después de completar la termometría, el veterinario proporcionaría otra señal verbal indicando que se llevó a cabo. El registro comenzaría nuevamente, el termómetro se quitaría de su posición, el técnico devolvería la mascota al propietario y el veterinario acudiría al sistema de registro digital e ingresaría la temperatura en el registro. Una vez que se ingresaba el registro, nuevamente señalaban verbalmente que la grabación debía detenerse. Esto se registró como un tiempo posterior a la temperatura (Post-TempT).
En un escenario clínico evaluaron el tiempo Pre-TempT y Post-TempT de la termometría rectal y axilar en un grupo de pacientes caninos (n = 114) y felinos (n = 72).
Pre-TempT fue significativamente más corto en las pruebas de termometría axilar para mascotas caninas y felinas. No hubo diferencia en Post-TempT entre los métodos de termometría en pacientes caninos. Sin embargo, el Post-TempT fue más largo en felinos después de la termometría axilar.
Ningún otro parámetro probado (es decir, tamaño, forma del cuerpo, edad, peso, raza, tipo de pelaje u orden del procedimiento) desempeñó un papel significativo en estos resultados.
Es decir, la termometría axilar “fue más rápida que la termometría rectal en mascotas caninas y felinas, principalmente debido al tiempo asociado con la aproximación y sujeción del animal (Pre-TempT)”.
Estos resultados, exponen los autores, “tienen implicaciones para optimizar el flujo de trabajo de la clínica, la duración de las citas y el tiempo de manejo del paciente”.
Asimismo, “se desconoce hasta qué punto la variación en los métodos de termometría influye en el estrés animal. Sin embargo, dada la diferencia significativa en la duración entre los métodos de termometría, esta es un área de investigación futura que debe considerarse”, concluyen los autores.
NUEVOS MICROCHIPS CON BIOSENSOR DE TEMPERATURA
La temperatura es un indicador fundamental para conocer el estado de salud de las mascotas y la toma de temperatura es una acción necesaria en la práctica clínica diaria. Actualmente suele realizarse de manera rectal con termómetros digitales, lo que supone un momento estresante para la mascota y, por supuesto para las familias. Este estrés, además, puede alterar los resultados en la medición, pudiendo enmascarar posibles patologías.
Para evitar estos inconvenientes, MSD Animal Heallth presenta al mercado Thermochip® y Thermochip® Mini, una nueva generación de microchips para la identificación de mascotas con un biosensor de temperatura integrado que facilita la medición de este parámetro fundamental para la valoración del estado de salud de la mascota. Además, permite la lectura de forma simultánea tanto de la temperatura como del número de identificación con un mismo lector y en el mismo momento. La lectura se realiza gracias al lector SureSense® que obtiene el número de identificación y la temperatura de Thermochip®. Se trata de un lector universal compatible con todos los microchips que incluyan: FDX-A, FDX-B, Trovan y microchips encriptados AVID. Además, el número de identificación de Thermochip® puede leerse con cualquier otro modelo de lector.