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Aspectos a tener en cuenta a la hora de jugar con un gato
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Aspectos a tener en cuenta a la hora de jugar con un gato

​El juego contribuye al bienestar mental y físico de cualquier gato siempre que se ajuste a sus capacidades y limitaciones
Juego gato
Los gatos muestran interés en los objetos que se mueven con rapidez desde las cuatro semanas de edad.

El juego contribuye al bienestar del gato ayudando a mejorar su forma física y ayudando a prevenir el aburrimiento cuando no tienen acceso al exterior. Los gatos comienzan a mostrar interacción social con otros gatos de la camada y sus madres entre las dos y las tres semanas de edad, y el juego social alcanza su punto álgido entre las nueve y las catorce semanas. La experiencia de juego no es absolutamente necesaria para que los gatitos desarrollen sus habilidades de caza, pero puede servir para mejorar sus habilidades depredadoras.


Sobre este asunto, la veterinaria Yaiza Gómez-Mejías, experta en medicina felina, ha publicado un artículo a través del Grupo de Especialidad en Medicina del Comportamiento Animal de Avepa (GEMCA).


La experta explica que las carreras, los saltos y las persecuciones consumen calorías y ayudan a mantener una condición corporal saludable. “Jugar ayuda a desarrollar la capacidad cognitiva, la habilidad para resolver problemas y la coordinación”, indica. Este punto, considera, es particularmente importante en gatos que no tienen acceso al exterior, donde generalmente la cantidad de estímulos es mayor. Ofreciendo cierta variedad de juguetes, objetos y estructuras, “se puede crear un entorno estimulante y atractivo, que evite el aburrimiento y promueva el comportamiento natural de la especie”.


También apunta que permite reducir el estrés y la ansiedad, expresar conductas naturales de caza y reducir el aburrimiento, lo que puede disminuir el riesgo de actividades no deseadas, como la destrucción de muebles.


TIPOS DE JUEGO


Los gatos muestran interés en los objetos que se mueven con rapidez desde las cuatro semanas de edad. El juego dirigido a objetos continúa a lo largo de toda la vida del animal. El juego social puede incluir persecuciones, búsqueda, comportamientos de caza, lucha y otros tipos de interacción. Los gatos también disfrutan “luchando” con otros gatos o con sus juguetes.


La experta explica que a veces es difícil diferenciar la lucha del juego impetuoso, y en caso de duda “debe buscarse ayuda profesional”. Durante una misma sesión de juego pueden observarse interacciones, por ejemplo, cuando un gato quiere terminar una sesión de juego, pero el otro intenta continuar.


Gómez-Mejías detalla como cuando la actitud de lucha se observa en ambos gatos es más probable que el juego sea amistoso. Por el contrario, “la vocalización y la persecución suelen estar asociadas a interacciones agonistas”. Las interacciones afiliativas prolongadas pueden terminar de forma agonista, aunque esto, más que una ruptura de la relación generalmente representa “solo un desacuerdo a corto plazo”.

Muchos gatos disfrutan jugando con sus tutores, buscando y trayendo objetos, o simplemente corriendo y persiguiendo. Diferentes individuos tienen preferencias distintas, por lo que es importante, expone, observar su comportamiento e identificar los juegos que les gustan más.


CÓMO PROMOVER EL JUEGO APROPIADO


Los gatos muestran una tolerancia muy variable a la interacción con las personas, dependiendo de su genética y sus experiencias. Algunos se asustan fácilmente, lo cual puede dificultar las interacciones.


La veterinaria escribe que es preferible que éstas sean cortas y frecuentes, “lo que difiere de lo hacemos con perros o niños, quienes generalmente prefieren una interacción de mayor intensidad y duración”. La observación de alguno de los siguientes comportamientos sugiere la necesidad de un descanso: el gato se queda quieto o enlentece mucho sus movimientos, empieza a acicalarse súbitamente, sacude la cabeza, el pelaje del lomo “se ondula” o tiembla, gira la cabeza hacia otro lado o para mirar la mano de la persona fijamente, se aleja, se lame la nariz, agita la cola o aplana las orejas hacia atrás. “Todos estos comportamientos pueden ser indicios de que necesitamos interrumpir la actividad y quizás reanudarla más tarde”, añade.


Asimismo, evitar el castigo tanto verbal como físico es especialmente necesario en los gatos, porque estos muestran un menor despliegue de mecanismos de reconciliación que otras especies más gregarias. Además, el castigo debilita el vínculo gato-tutor.


Igualmente aconseja evitar el juego con las manos. “Si en un momento dado se detecta un comportamiento más brusco de lo habitual, la persona debe interrumpir la sesión y retirarse lentamente”.


EL ENTORNO Y EL MOMENTO


La experta recuerda que es importante buscar el tiempo para jugar y, a ser posible, elegir las horas durante las que esta especie se muestra naturalmente más activa, “como por la mañana temprano o al anochecer, aunque no justamente antes de dormir, para evitar que la sobreexcitación provoque comportamientos incompatibles con el ciclo de sueño de los tutores”.


“Es recomendable establecer una rutina predecible que le ayude a anticipar la sesión interactiva, aumentando así su sensación de control y seguridad. También es importante despejar la zona de juego, retirando objetos que puedan romperse o cables en los que las piernas puedan enredarse”, apunta.


Por otra parte, menciona que el refuerzo positivo es muy útil para animar al gato a jugar. “Dependiendo del individuo, distintos refuerzos como golosinas, un tono de voz afectuoso o una caricia pueden ser más o menos útiles. La adopción de un segundo o tercer gato puede ser o no una buena idea para favorecer el juego social, según el temperamento y las experiencias previas del animal”.


TIPOS DE JUGUETE


Para elegir el juguete ideal, “es importante tener en cuenta el estilo de juego preferido por el animal”. No obstante, recomienda cambiar los juguetes periódicamente ayuda a renovar el interés.


En este sentido, para favorecer el juego en solitario, “ciertos muebles, los túneles o una simple caja de cartón en los que el gato pueda esconderse pueden ser de utilidad. Los juguetes interactivos favorecen la participación activa”. Algunos ejemplos que expone son los comederos rompecabezas o aquellos en los que es necesario mover una pelota u otro objeto para liberar el alimento. Asimismo, aclara que las superficies de rascado no son juguetes, pero son indispensables en el hogar donde no existe acceso al exterior. “Estos objetos representan la oportunidad de dar salida al instinto natural de arañar, comportamiento natural que se piensa está relacionado con el marcaje, la actividad física y la liberación de energía en momentos de excitación”, señala.


Algunos juguetes sirven tanto para el juego en solitario como en el juego con personas: pelotas de goma pequeñas y ligeras; juguetes con hierba gatera pueden tener formas y tamaños muy variados, y la mayoría permiten renovar el contenido, que al cabo de un tiempo puede perder su atractivo; o una simple cuerda, o los juguetes con plumas adheridas en el extremo de un palo o una cuerda.


En el caso de los punteros láser, destaca que este tipo de juego puede generar frustración, que puede evitarse ofreciendo un objeto que pueda ser apresado y mordido en lugar del haz de luz tras la secuencia de comportamientos predatorios. “Es preferible no abusar del uso de estos punteros y otros emisores de luz, porque se puede incrementar la atención hacia otras fuentes de luz similares generadas sin supervisión sobre las que resulte imposible subsanar la frustración”. Por ello aboga por el uso de otros tipos de juguetes que presentan menores riesgos y pueden utilizarse en su lugar.


GATOS SÉNIOR O CON PROBLEMAS DE SALUD


En estos casos, lo recomendable es seguir los consejos de un profesional veterinario y elegir actividades de juego adecuadas a sus capacidades, evitar las actividades que puedan causar molestias o lesiones y centrarse en estilos de juego que estimulen el movimiento sin provocar esfuerzos excesivos.


En resumen, “la tolerancia a los diferentes tipos de interacción y las preferencias por distintos tipos de juego y juguetes varían entre individuos, pero el juego contribuye al bienestar mental y físico de cualquier gato siempre que se ajuste a sus capacidades y limitaciones”.

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