La listeriosis es una enfermedad causada por el bacilo Gram positivo Listeria monocytogenes, que se caracteriza por ser relativamente resistente al medio ácido y a altas concentraciones de sal, y por crecer a bajas temperaturas, incluso de refrigeración.
El principal reservorio lo constituyen el suelo, el forraje y los ensilados, y por ello la incidencia es alta en animales de ganadería, que también actúan como reservorios. Su capacidad para formar biopelículas en diferentes superficies le permite sobrevivir largos periodos de tiempo en las instalaciones de la industria alimentaria. La listeriosis suele cursar de forma leve o asintomática, aunque puede producir enfermedad grave, especialmente en personas con enfermedades de base y en las etapas extremas de la vida (neonatos y ancianos), por lo que suele aparecer en forma de casos esporádicos. En los últimos años se han producido algunos brotes importantes de transmisión alimentaria.
El principal modo de transmisión es a través del consumo de alimentos contaminados, como leche cruda, quesos frescos o de pasta blanda elaborados con leche no sometida a un tratamiento térmico bactericida como la pasterización, alimentos preparados como patés que requieren conservación en frío, productos cárnicos en lonchas, vegetales contaminados o productos de la pesca ahumados. Otra vía de transmisión es la vertical (de madre a hijo). También se han producido pequeños brotes nosocomiales que podrían estar asociados a contaminación cruzada (fómites, equipos, manos, etc) y casos esporádicos de infección cutánea en veterinarios y granjeros.
En el informe epidemiológico sobre la situación de la listeriosis en España del año 2022 se han analizado los casos de listeriosis notificados el pasado año a la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica.
En 2022, se notificaron 460 casos, de los que uno fue importado y en 113 (24,6 %) se desconocía esta información. Se confirmaron 450 casos y 9 fueron probables; la incidencia acumulada (IA) fue de 0,99 casos/100.000 habitantes.
Las CCAA con IA más elevadas fueron Cantabria (IA de 2,56 casos por 100.000 habitantes), Navarra (IA de 2,27), Asturias (IA de 1,79) y Galicia (IA de 1,78). Las CCAA con IA más bajas fueron las ciudades autónomas (que no notificaron ningún caso) y Extremadura (con una IA de 0,29).
En 2022 se notificaron 458 casos (99%) con información sobre edad y sexo. La mayoría de casos de listeriosis ocurren, explica el informe, en los grupos de edad extremos de la vida, de tal forma que las mayores IA se encuentran en los menores de un año, concretamente los recién nacidos, “descendiendo a continuación drásticamente para volver a ascender conforme aumenta la edad, de forma notable a partir de los 64 años”.
En el año 2022 las mayores IA se encontraron en los niños menores de un año, seguido de los hombres mayores de 75 años y las niñas menores de 1 año. La razón hombre-mujer global fue de 1,4; sin embargo, en el grupo de adultos en edad fértil (15-44 años) las IA fueron superiores en mujeres respecto a los hombres, siendo la razón de tasas hombre/mujer de 0,2.
Asimismo, el informe documenta 67 defunciones en el año 2022. Los grupos de edad con mayor número de defunciones fueron el de mayores de 84 años (20 defunciones, siendo la letalidad para este grupo de edad del 31,2%), seguido del grupo de 75-84 años (19 defunciones; letalidad del 15,7%) y el de 65-74 años (16 defunciones; letalidad del 16,0%). No se notificó ninguna defunción en el grupo de menores de 1 año.
En resumen, el texto concluye que en 2022 se produjo un aumento de la IA de la listeriosis con respecto al año previo. “La enfermedad mostró el mismo patrón epidemiológico que en años anteriores, afectando principalmente a los grupos de población más vulnerables, como son los menores de 1 año (principalmente recién nacidos), y los mayores de 65 años, siendo estos últimos los que presentaron mayor letalidad”, explica.