La babesiosis es una enfermedad emergente que afecta a los humanos. Es causada por un parásito intraeritrocitario que es transmitido principalmente por garrapatas Ixodes ricinus
Babesia divergens es el principal agente responsable de la babesiosis en humanos y animales en Europa. La infección sintomática causada por B. divergens es relativamente rara en humanos. Cuando se presenta provoca fiebre, anemia, ictericia, hemoglobinuria e insuficiencia renal.
No obstante, se ha notificado babesiosis grave causada por Babesia divergens en dos pacientes de Asturias, lo que sugiere un riesgo no detectado de la enfermedad.
Asturias cuenta con una de las mayores zonas forestales de España y constituye el entorno perfecto para enfermedades transmitidas por garrapatas, entre ellas la endémica enfermedad de Lyme causada por Borrelia burgdorferi.
Para analizar esta situación, un equipo del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) ha publicado en la revista Parasites & Vectors un estudio epidemiológico en el que analiza la seroprevalencia en Asturias de la babesiosis causada por Babesia divergens. Los autores de la investigación desvelan un mayor riesgo de babesiosis en personas que anteriormente han contraído la enfermedad de Lyme, también causada por la picadura de este artrópodo, lo que confirma la posibilidad de contraer ambas zoonosis de forma consecutiva o simultánea tras la exposición a las garrapatas en áreas geográficas donde las dos enfermedades son endémicas.
Estrella Montero y Luis Miguel González, del Laboratorio de Referencia de Investigación en Parasitología del Centro Nacional de Microbiología del ISCIII, son los autores principales del trabajo, en el que también han colaborado los médicos Víctor Asensi y Julio Collazos, así como los equipos científicos de diferentes hospitales de Asturias, el Hospital de Galdácano de Vizcaya y la Universidad de Helsinki, en Finlandia. Los resultados recuerdan la importancia de estudiar y vigilar enfermedades emergentes en zonas geográficas con poca prevalencia en infecciones zoonóticas, pero con riesgo de que estas puedan aumentar por causas diversas.
La seroprevalencia es el porcentaje de personas que, en una población global, tienen anticuerpos que indican que han estado expuestas a una infección. Los autores de este estudio han evaluado de forma retrospectiva la seroprevalencia de la babesiosis entre la población asturiana que había sido diagnosticada antes de enfermedad de Lyme. Se han analizado datos entre 2015 y 2017, periodo que abarca los años intermedios en los que se produjeron dos casos graves de babesiosis humana en Asturias. Los autores advierten de que la alta seroprevalencia de la babesiosis en estos pacientes anteriormente infectados con Lyme sugiere que Asturias "es una zona de riesgo emergente para la babesiosis, por lo que es recomendable aumentar la vigilancia".
Se realizaron ensayos para detectar anticuerpos IgG de B. divergens en 120 muestras de suero de pacientes asturianos infectados con Borrelia burgdorferi, una condición que indica la exposición a las picaduras de garrapatas.
Este estudio retrospectivo confirmó una tasa de seroprevalencia de B. divergens del 39,2 %. La incidencia de B. divergens fue de 7,14 casos/100.000 habitantes, superando las tasas de seroprevalencia notificadas anteriormente.
No se encontraron diferencias en la epidemiología y los factores de riesgo entre los pacientes infectados, pero “cabe destacar que el 66 % de los pacientes con babesiosis se agruparon en 20 concejos contiguos del centro de Asturias, un área amplia que incluye también los concejos donde se notificaron los dos casos graves de babesiosis humana”.
BROTES EN LOS PRÓXIMOS AÑOS
Ante estos hallazgos, los autores explican que los parásitos Babesia divergens circulan desde hace varios años en Asturias. La evidencia epidemiológica de la babesiosis “convierte a Asturias en un área de riesgo emergente para esta zoonosis”.
La babesiosis humana también podría ser relevante en otras regiones españolas y europeas afectadas por la borreliosis. Por lo tanto, “el riesgo potencial de babesiosis para la salud humana en Asturias y otras regiones forestales europeas debe ser abordado por las autoridades sanitarias”.
Dado que Asturias reúne las condiciones naturales para la transmisión de Babesia, los investigadores prevén la aparición de nuevos casos de babesiosis que van desde asintomáticos hasta infecciones graves en los próximos años. Además, “existen claras evidencias de que la población asturiana ha estado expuesta a B. divergens, lo que podría conllevar algunos riesgos para la salud de la comunidad y para la babesiosis transmisible por transfusión”.
PUBLICADO EN ESPAÑA EL PRIMER INFORME DE BABESIOSIS FATAL EN UN GATO
La babesiosis felina es una enfermedad transmitida por garrapatas, es causada por hemoparásitos pertenecientes al género Babesia. Aunque se han identificado molecularmente más de diez especies y subespecies de Babesia en gatos domésticos, solo unas pocas se han asociado con enfermedades clínicas.
Sobre ello, recientemente Diario Veterinario publicaba un reporte de un caso donde se aportan signos clínicos, datos epidemiológicos y resultados moleculares, lo que sugiere que es el primer reporte de un caso fatal de babesiosis felina causada por B. canis.
El 10 de marzo de 2021, una gata europea de pelo corto de seis meses de edad llegó a una clínica veterinaria ubicada en Meira, en Galicia, presentando anorexia, letargia, debilidad y dificultad respiratoria; el animal estaba severamente deprimido. Los propietarios informaron que el gato había mostrado anorexia y letargo durante tres días. Este animal vivía en una zona rural, con acceso a la calle, y no estaba vacunado ni tratado contra parásitos internos ni externos. Además, el gato no recibió ningún tratamiento antes de llegar a la clínica.
El análisis hematológico reveló anemia regenerativa hemolítica, trombocitopenia y leucocitosis. La presencia de piroplasmas se evaluó mediante una PCR dirigida al gen 18S rRNA de Babesia spp. y Theileria spp.; la muestra resultó positiva y se identificó B. canis mediante análisis de secuencia de ADN.
Ante este caso, “nuestros resultados, junto con informes previos sobre infecciones por Babesia en gatos de Europa, sugieren que la babesiosis felina debe incluirse en el diagnóstico diferencial de animales con anemia, trombocitopenia, anorexia y letargo, especialmente en animales jóvenes o inmunocomprometidos de áreas endémicas de babesiosis canina”.