La babesiosis felina es una enfermedad transmitida por garrapatas, es causada por hemoparásitos pertenecientes al género Babesia. Aunque se han identificado molecularmente más de diez especies y subespecies de Babesia en gatos domésticos, solo unas pocas se han asociado con enfermedades clínicas.
En este aspecto, Babesia felis es la especie más común causante de babesiosis en gatos, y se considera endémica en Sudáfrica. Los gatos infectados con B. felis suelen tolerar una parasitemia elevada antes de mostrar cualquier signo clínico, siendo la anorexia, el letargo y la debilidad, las más frecuentes, y ocasionalmente fiebre, esplenomegalia, ictericia, emesis y signos respiratorios. Los gatos con babesiosis complicada pueden desarrollar insuficiencia renal, edema pulmonar y alteraciones hepáticas y neurológicas.
Las infecciones por Babesia en gatos son esporádicas en países no africanos. En Europa, los gatos positivos para Babesia solo se han notificado en Francia, Alemania, Polonia, Portugal, España e Italia. No obstante, la información sobre la babesiosis felina en los países europeos es solo parcial, ya que el número de casos descritos que incluyen tanto la presentación clínica como la identificación molecular de las especies de Babesia involucradas son limitadas. Por lo tanto, la mayoría de estos animales positivos se detectaron en estudios epidemiológicos y no se dispone de datos detallados sobre signos clínicos.
Sobre ello, recientemente se ha publicado un reporte de un caso donde se aportan signos clínicos, datos epidemiológicos y resultados moleculares, lo que sugiere que es el primer reporte de un caso fatal de babesiosis felina causada por B. canis.
DETECTADO EN GALICIA
El 10 de marzo de 2021, una gata europea de pelo corto de seis meses de edad llegó a una clínica veterinaria ubicada en Meira, en Galicia, presentando anorexia, letargia, debilidad y dificultad respiratoria; el animal estaba severamente deprimido. Los propietarios informaron que el gato había mostrado anorexia y letargo durante tres días. Este animal vivía en una zona rural, con acceso a la calle, y no estaba vacunado ni tratado contra parásitos internos ni externos. Además, el gato no recibió ningún tratamiento antes de llegar a la clínica.
El análisis hematológico reveló anemia regenerativa hemolítica, trombocitopenia y leucocitosis. La presencia de piroplasmas se evaluó mediante una PCR dirigida al gen 18S rRNA de Babesia spp. y Theileria spp.; la muestra resultó positiva y se identificó B. canis mediante análisis de secuencia de ADN. La posible existencia de coinfecciones con otros patógenos transmitidos por vectores fue excluido por PCR.
Teniendo en cuenta los parámetros clínicos y hematológicos, el animal fue tratado por vía oral con doxiciclina a dosis de 5 mg/kg y prednisona a 0,5 mg/kg cada 12 h. Además, se administró fluidoterapia intravenosa. Luego, el paciente fue hospitalizado. Sin embargo, tras una ligera mejoría clínica, el estado de salud general del animal empeoró; el hematocrito fue del 6%. Los propietarios no accedieron a realizar una transfusión de sangre y el gato murió el 12 de marzo. No se realizó la necropsia.
Ante este caso, “nuestros resultados, junto con informes previos sobre infecciones por Babesia en gatos de Europa, sugieren que la babesiosis felina debe incluirse en el diagnóstico diferencial de animales con anemia, trombocitopenia, anorexia y letargo, especialmente en animales jóvenes o inmunocomprometidos de áreas endémicas de babesiosis canina”.