La enfermedad nodular contagiosa bovina (LSD, por sus siglas en inglés) es una enfermedad viral infecciosa causada por el virus LSD, y está catalogada como una enfermedad de notificación obligatoria por la Organización Mundial de Sanidad Animal.
El LSDV comparte similitudes antigénicas con los virus de la viruela ovina y caprina. Sin embargo, no se puede distinguir mediante pruebas serológicas de rutina. Además, el LSDV es altamente específico del huésped y solo infecta y causa enfermedades en bóvidos (principalmente bovinos y búfalos) en condiciones naturales, y no se han informado infecciones humanas.
Los signos iniciales de infección en el ganado incluyen fiebre, apatía, pérdida de apetito, salivación excesiva y ganglios linfáticos notablemente agrandados en la superficie del cuerpo. Poco después del inicio de la fiebre, aparecen extensos nódulos cutáneos en la cabeza, el cuello, las extremidades, las ubres, los genitales y el perineo del ganado afectado, que cubren gradualmente todo el cuerpo a medida que avanza la enfermedad.
Los nódulos cutáneos, por su parte, aparecen como elevaciones firmes, restringidas y redondeadas, a veces con lesiones en el tejido subcutáneo e incluso en el músculo. Por otra parte, la morbilidad y mortalidad en el ganado causada por LSD están altamente correlacionadas con la cepa del virus, la raza del ganado y la inmunización. Aun así, por lo general, la mortalidad es relativamente baja (1 a 5 %).
Conviene destacar que el LSD provoca una reducción en la calidad y cantidad de la producción de leche, daño a la piel, debilidad y pérdida de peso, infertilidad y abortos, lo que resulta en pérdidas económicas significativas para la industria ganadera.
Hay que mencionar que la principal fuente de infección por LSD es el ganado infectado. Sin embargo, la transmisión del virus LSD del ganado infectado no se comprende completamente. El contacto directo con animales infectados y la transmisión por insectos chupadores de sangre (p. ej., mosquitos, moscas y garrapatas) se han sugerido durante mucho tiempo como rutas importantes para la transmisión de la enfermedad.
El LSD se descubrió por primera vez en Zambia en 1929 y ha mostrado ser endémico principalmente en África, incluidos el Sahara y Madagascar. Posteriormente, la enfermedad se propagó a la mayoría de los países africanos, seguido de Oriente Medio en 1986, y al sureste y noreste de Europa desde 2014, afectando a los países del Cáucaso, Kazajstán, Rusia, Grecia, Armenia, Bulgaria y la República de Macedonia. La enfermedad se expandió a Asia desde 2019, con brotes en India, Bangladesh, Nepal, Bután, Vietnam y Myanmar. A medida que la epidemia se propaga, la enfermedad amenaza gradualmente a otros países europeos y asiáticos.
Un estudio reciente se ha propuesto analizar la futura distribución a nivel mundial de la enfermedad nodular contagiosa bovina con el fin de proporcionar información útil para que las administraciones desarrollen herramientas y asignen recursos para la detección y control de la enfermedad.
Para investigar las características de distribución de la enfermedad, se generaron mapas predictivos globales para evaluar la probabilidad de aparición de LSD y la distribución potencial de los dos vectores de LSD, Stomoxys calcitrans y Aedes aegypti.
ALTO RIESGO EN EL SUR DE EUROPA
Este estudio predijo que las regiones este y noroeste de América del Norte, las regiones este y norte de América del Sur, las regiones central y sur de África, la región sur de Europa, las regiones noroeste y sureste de Asia y la región este de Australia proporcionarían condiciones ambientales adecuadas para la aparición de LSD. En este sentido, la densidad de ganado y la densidad de búfalos se identificaron como variables clave para la aparición de LSD. Además, las áreas de alto riesgo se concentraron en la parte sur de Europa y las partes noroeste y sureste de Asia.
Asimismo, el mapa de riesgo sugirió que los países sin antecedentes de LSD o con algunos casos, como Colombia, Italia, España, Francia, Portugal, Eslovenia, Eslovaquia, Hungría, Croacia, Bosnia y Herzegovina, Rumania, Moldavia, Georgia, Armenia, Azerbaiyán, Tayikistán, Pakistán, China y Myanmar “se encontraban en regiones de alto riesgo de aparición de LSD, por lo que estos países deben estar en alerta por la importación y el posible brote de la enfermedad”.
En conclusión, los autores consideran que “los hallazgos de este estudio pueden ser útiles para las autoridades en el desarrollo e implementación de medidas preventivas de LSD para proteger la salud del ganado y la industria ganadera”, y estos hallazgos “podrían usarse para promover patrones de vigilancia basados en el riesgo que se centren selectivamente en áreas de alto riesgo de aparición de la enfermedad nodular contagiosa bovina”.
VETERINARIA ESPAÑOLA QUE ESTUDIA LA DERMATOSIS NODULAR CONTAGIOSA
Por otra parte, los científicos del Instituto Pirbright han estudiado por primera vez el riesgo de que diferentes especies de insectos transmitan el virus de la dermatosis nodular contagiosa (LSDV, por sus siglas en inglés).
La investigación de Pirbright muestra que es poco probable que los insectos adquieran el virus si pican al ganado infectado que no muestra signos clínicos, lo que significa que estos animales presentan un riesgo limitado de transmisión de enfermedades. Esta información llena un vacío de conocimiento crítico y podría cambiar el diseño de los programas de control destinados a manejar los brotes de LSDV.
Los hallazgos publicados revelan que los insectos que se alimentan de animales subclínicos tienen un 97 % menos de probabilidades de adquirir LSDV que los que se alimentan de animales clínicamente infectados. Además, los insectos tampoco pudieron adquirir el virus del ganado en los siete días anteriores al desarrollo de los signos clínicos (animales preclínicos).
La veterinaria española y autora principal del estudio, Beatriz Sanz-Bernardo, comenta que “al combinar la experiencia y los recursos únicos disponibles en Pirbright, pudimos crear modelos de transmisión con un detalle sin precedentes. Los datos que hemos obtenido mediante el estudio de la transmisión en modelos de animales vivos y el uso de modelos matemáticos han respondido preguntas cruciales que ahora pueden generar un impacto en el mundo real.
En conjunto, esta información establece el riesgo de propagación de enfermedades que plantean las interacciones de diferentes insectos con ganado en distintas etapas del ciclo de la enfermedad. Este conocimiento se puede utilizar para dar forma a políticas de control de LSD basadas en evidencia, particularmente en países de ingresos bajos y medianos donde las campañas de vacunación son difíciles de establecer y los medios de vida de las personas dependen en gran medida de los animales de su rebaño.