Episodios de lluvias torrenciales que, al escampar, dejan charcos y altas temperaturas que aumentan la sensación de bochorno causado por la humedad. Esa está siendo la tónica meteorológica de los últimos días en España, que constituye el mejor contexto imaginable para la proliferación de todo tipo de insectos, pero muy especialmente para la meteórica expansión de uno especialmente peligroso: el mosquito tigre. Y es que “el Aedes albopictus es uno de los principales transmisores de graves enfermedades como el Zika, el Dengue, el Chikungunya o la fiebre amarilla, por citar algunas de las más conocidas, una circunstancia que ha de colocar a las Administraciones Públicas en situación de alerta para que desplieguen de inmediato todas las medidas de prevención necesarias”, alerta el director general de la Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental (Anecpla), Jorge Galván.
“Es de vital importancia reforzar las medidas de control, tanto por parte de las Administraciones Públicas como de la población en general, a fin de intentar contener al máximo la presencia de esta especie y frenar su propagación”, redunda en la alerta el presidente de la Asociación, Sergio Monge. Un control que, en su opinión, “ha de implicar la coordinación entre los distintos agentes implicados y los tratamientos necesarios para una buena gestión medioambiental que evite la presencia del mosquito tigre y disminuya su población. En caso contrario, las consecuencias pueden llegar a ser muy graves”.
La hembra del mosquito tigre es la que pica y quien pone los huevos en la superficie de los denominados “imbornales”, que no son sino acumulaciones de agua: en charcos, macetas, neumáticos, ceniceros de terrazas, jardines y un largo etcétera. Para asegurarse de la proliferación y supervivencia de su prole, ésta diversifica los lugares en los que deposita los huevos, colocándolos en varias tandas en distintos espacios. Una hembra de mosquito tigre puede llegar a poner más de 400 huevos en toda su vida, durando su vida media entre 4 y 6 semanas. Son las hembras las que pican debido a que, para desarrollar sus huevos necesitan proteínas presentes en la sangre humana. Al contrario que otro tipo de mosquitos, éstas suelen picar varias veces. Desde que las larvas salen del huevo, apenas transcurren 6 días para que se conviertan en adultos, un periodo que se acorta progresivamente a medida que suben las temperaturas.
“Cuando las temperaturas se elevan, no sólo ocurre que el ciclo biológico del mosquito tigre se acorta, sino que además los virus que tienen capacidad de transmitir se desarrollan más rápidamente”, explica Galván. “Por eso es tremendamente importante que las Administraciones Públicas pongan en marcha cuanto antes los mecanismos de prevención necesarios para contener la proliferación de este tipo de mosquito cuyo riesgo para la salud pública es inversamente proporcional a su tamaño”.
RECOMENDACIONES PARA EVITAR LA PROPAGACIÓN DEL MOSQUITO TIGRE
Anecpla insta además a la colaboración ciudadana en este propósito, para lo cual ofrece una serie de recomendación a la población general.
Las recomendaciones, en línea con las de la Organización Mundial de la Salud (OMS), incluyen el control profesional de estos mosquitos unido a otras medidas cotidianas llevadas a cabo por parte de la población para evitar que el mosquito deposite sus huevos:
1. Vaciar el agua de los platos de las macetas.
2. Renovar el agua de las piscinas de plástico y cubrirlas cuando no se utilicen.
3. Mantener limpios canalones y desagües y evitar acumulaciones de agua.
4. Cambiar frecuentemente el agua de los bebederos de los animales domésticos.
5. Cubrir cualquier objeto que pueda acumular agua.