“Cambio climático y cooperación sanitaria: una mirada crítica”, este ha sido el título de la cuarta mesa del IV Congreso De Cooperación Internacional, un coloquio moderado por la Dra. Rosa Arroyo, vicesecretaria de la Fundación para la Cooperación Internacional de la OMC (FCOMCI), en el que se han dado cita expertos del nivel del Dr. Fernando Fariñas, director del Instituto de Inmunología Clínica y Enfermedades Infecciosas; Dr. Santiago Vega, catedrático de Salud Animal de la Facultad de Veterinaria de la Universidad CEU Cardenal Herrera y el Dr. Fernando Valladares, profesor de Investigación CSIC y Doctor en Ciencias Biológicas por la Universidad Complutense de Madrid.
En ella, los distintos expertos han manifestado la necesidad de introducir el enfoque One Health en todas las políticas, así como en reforzar los sistemas de vigilancia epidemiológica del mundo. Para los participantes, la última pandemia puso en evidencia la necesidad de contar con un sistema de vigilancia proactivo y no reactivo que vele por la seguridad de todos los habitantes del planeta y que cuente con la máxima transparencia por parte de todos los gobiernos nacionales para mitigar el cambio climático reduciendo la pérdida de biodiversidad y las distintas formas de contaminación.
Fernando Valladares ha hecho hincapié en la necesidad de llevar a cambio un cambio profundo de mentalidad como sociedad donde se priorice la prevención en lugar de la curación, un cambio que “es una tarea de todos y cada uno los que formamos parte de la sociedad para no extinguirnos”.
Valladares ha alertado del riesgo de que se disparen efectos en cascada por la temperatura, una de las grandes amenazas vividas en la actualidad. En su opinión, “nuestra salud está afectada en casi todos los aspectos referidos al ámbito físico y mental. Evitar que la gente enferme no es un negocio”, ha manifestado. En este sentido, ha puesto en relieve que hoy en día “no hay héroes de la prevención”, sin embargo, si los hay de la salvación, y que “detrás de ellos hay compañías y dinero que son quienes se benefician de evitar ese paso”, y como sociedad “tenemos que dar paso hacia un enfoque prevencionista, una tarea que nos implica a todos porque vamos a ganar más si prevenimos. Esto supondrá un cambio paradigmático crucial”, ha explicado.
En su opinión es necesario cambiar el modelo socio económico y de civilización por una cuestión funcional. “Parece que homo sapiens tiene prisa por extinguirse, este tipo de sociedad está acelerando la extinción. Tenemos indicadores que bajan en temas de bienestar y felicidad que además reflejan que cuanto más dinero se tiene peores índices de felicidad y bienestar alcanzamos. Ahora mismo esto va de millones de personas que mueren o no mueren, enferman o no enferman” y se preguntó: “¿Qué va primero, los derechos humanos o los negocios?”.
Respecto a la manera de convencer y comunicar sobre los graves efectos del cambio climático en la salud ha asegurado que “debe de ser una actitud y una comunicación basada en el optimismo porque éste tiene un mayor efecto que el alarmismo. Es mejor encontrar ejemplos de todo lo que se puede ganar, de buenas prácticas, es importante construir un buen relato”. Esto combatirá mensajes como el de la “soga verde” difundido por los sectores de “extrema derecha”.
Finalmente ha reivindicado que la ciencia y los científicos tengan un peso vinculante allá donde estén, “debemos de dejar de ser meros asesores para comenzar a cambiar cosas, pero para ello, insisto, es necesario ese cambio de paradigma hacia una sociedad que actué en favor de la prevención y el bien común”.
Mesa de debate ‘Cambio climático y cooperación sanitaria: una mirada crítica’
“ONE HEALTH ES ABSOLUTAMENTE TODO”
Por otra parte, Santiago Vega ha insistido en la importancia de introducir el enfoque One health en todo porque “One Health es absolutamente todo y tenemos que ser conscientes de ello”.
Vega ha manifestado la necesidad de hacer más visible el problema al que nos enfrentamos porque debemos de ser todos conscientes de lo que suceda para poder formar a la gente y así abordarlo con determinación y conocimiento “Estamos rompiendo la biodiversidad, hemos abierto la puerta para que salgan o para entrar nosotros en esos entornos naturales que antes se mantenían a salvo. A esto hay que sumar la globalización, la migración y los cambios en alimentación respecto a los animales silvestres. Solo ha salido un 1% de los virus que están escondidos, esto es un gran riesgo”, ha recalcado.
En línea con los otros ponentes ha enfatizado que “somo nosotros los que tenemos que exigir a la administración que actúe, la sociedad civil es quién tiene que apretar y presionar, es responsabilidad de todos los que estamos aquí”. También se alineó con Fernando Valladares en lo que respecta a la importancia de la prevención y reclamó asumir ese enfoque porque protege vidas y es más barato”.
SOLO HAY UNA MEDICINA Y UNA SOLA SALUD”
El director del Instituto de Inmunología Clínica y Enfermedades Infecciosas ha resaltado también la importancia del enfoque transversal de One Health y de llevar a cabo un abordaje multidisciplinar y activo para conseguir acciones efectivas. En este sentido ha reclamado más atención por parte de las administraciones y los políticos “quienes no quieren oír hablar de One Health” y ha reiterado la importancia de escuchar a los veterinarios porque “en este tema son los que más aportan, sin ellos no hablamos de One Health sino de my Health”.
Fariñas ha matizado que “solo hay una Medicina y una salud” y que hay muchos factores que influyen en la salud de las personas por “nuestra influencia en la biodiversidad y la alteración de la naturaleza”. En esa línea ha puesto de manifiesto que existen diferentes pandemias como la falta de inmunidad, una pandemia que se ve agravada por circunstancias como la malnutrición que es “una de las causas de inmunodepresión mayor. Por ejemplo, a una persona malnutrida las vacunas no les hacen el miso efecto que a otras y eso pone en riesgo su vida, por ello, es absolutamente imprescindible una visión integradora, solo hay una Medicina y una sola salud y One Health es el pegamento que une todo”.
“No somos realmente conscientes de como alteramos la naturaleza y como perjudicamos la salud del planeta. Hoy los hongos matan más que la tuberculosis y hay casi 1,7 millones de virus potenciales, de los cuáles nos pueden infectar entre 600 000 y 800 000, a los cuáles les estamos dando la oportunidad de tener contacto con nosotros por esa invasión y destrucción de los biosistemas. Con la inacción actual frente al cambio climático estamos acelerando el curso de la aparición de nuevos agentes infecciosos con letalidad superior al 20% y os recuerdo que la tasa de letalidad del SARS CoV-2 es inferior al 2%, es decir, nos estamos asomando a un enorme riesgo”.
Los ponentes Santiago Vega, Rosa Arroyo, Fernando Valladares, y Fernando Fariñas.
DECÁLOGO PANDEMIAS Y ONE HEALTH
La mesa concluyó con un decálogo One Health para prevenir futuras pandemias y cuidar de la Salud Global. El primer punto destaca la relación estrecha entre el comercio internacional y las enfermedades emergentes, y considera que “tenemos que defender la consolidación de la idea de una sola salud global «One World, One Health» que proteja a la vez ecosistemas, fauna, flora y humanos”.
El según punto hablad de como el desarrollo económico de muchos países está haciendo que las personas invadan la vida silvestre. “A esto hay que sumar un elemento crucial, la cada vez más alta densidad de población humana y su movilidad sin precedentes que promueven infinidad de vías de contagio”.
“Las pandemias tienen lugar cuando abrimos brechas en la naturaleza de forma desbordada e incontrolada, como las que causan el comercio, la caza y el consumo de animales silvestres, la deforestación o la sobreexplotacion ganadera”, explican en el tercer apartado. Todo ello “rompe el efecto protector de la biodiversidad y favorece el trasvase de patógenos”.
El cuarto aspecto tratado considera que hay que cambiar el paradigma de actuación frente a las pandemias, “porque otras nuevas emergerán en el futuro”. Para ello “se requiere no solo más investigación en los laboratorios, sino también inventariar los potenciales virus emergentes y saber qué condiciones ambientales favorecen el salto de patógenos animales o vegetales a humanos”.
En quinto lugar, el decálogo apunta que la prevención de eventos de enfermedades, en lugar de simplemente reaccionar ante ellos, requiere la coordinación de los sectores de la vida silvestre, el medio ambiente, la salud humana, animal y vegetal. “La prevención siempre es preferible al control porque limita activamente el impacto de la enfermedad”.
El documento continúa explicando que “debemos reflexionar sobre qué gestión de los ecosistemas haremos para que el próximo agente infeccioso emerja lo más tarde posible, cómo fortaleceremos nuestros sistemas sanitarios y nuestra capacidad de reacción ante las pandemias del futuro y de qué forma abordaremos las crecientes desigualdades sociales y los efectos de la globalización y el cambio climático”.
El séptimo punto considera que hay que limitar la interacción entre especies domésticas y de éstas con el ser humano, sobre todo en ambientes estresantes (mercados de abasto, elevada densidad de animales, etc.) A su vez, “la adopción de estrictas medidas de bioseguridad en las explotaciones puede evitar el contacto directo entre los microorganismos que portan muchas especies domésticas y el propio ser humano”.
El octavo apartado, expone que se hace necesario cambiar hábitos y costumbres humanas. El consumo de productos como la sangre es tradicional en la gastronomía de los cinco continentes. El consumo de especies silvestres también “puede constituir un riesgo importante de contactar con agentes peligrosos, aunque el riesgo de generación de pandemias parece menor”. Por lo tanto, “debemos limitar o reducir el consumo de algunas especies o la preparación de determinados platos culinarios”.
El penúltimo apartado apela al establecimiento, mejora y refuerzo de los sistemas de vigilancia epidemiológica a nivel mundial. Las últimas pandemias “han puesto en evidencia la necesidad de contar con un sistema de vigilancia activa de agentes zoonóticos que vele por la seguridad de todos los habitantes del planeta y que cuente con la máxima transparencia por parte de todos los gobiernos nacionales”.
Es necesario pues, “una acción coordinada de la Organización Mundial de Salud (OMS), la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) y los gobiernos, al objeto de adoptar mejores mecanismos de vigilancia, diagnóstico, alerta y actuación ante la aparición de una posible enfermedad potencialmente pandémica”.
Por último, remarcan la importancia de “mantener el medio ambiente en buen estado (mitigando el cambio climático, reduciendo la pérdida de la biodiversidad y las distintas formas de contaminación) está entre las mejores inversiones q pueden hacerse en materia de salud. El presupuesto sanitario dedicarlo a un enfoque One Health debe aumentar significativamente”.