Exento de tuberculosis. Condición de laque ganaderos, administraciones y veterinarios vascos, podemos presumir, por el trabajo realizado estos últimos cuarenta años, aunque haya costado dinero, esfuerzo, lágrimas y sudor.
La tuberculosis o TB es una zoonosis causada por un grupo de bacterias agrupadas en el complejo Mycobacterium tuberculosis que afectan a los pulmones, pero también pueden hacerlo a otros órganos, como los riñones, la columna vertebral y el cerebro. No todos los mamíferos infectados por estas bacterias enferman, ni presentan lesiones visibles. Existe la infección latente. Si no se trata, puede ser mortal.
La tuberculosis humana ha discurrido en paralelo con la de los bóvidos, desde siempre. Era normal que una persona enferma en el caserío la transmitiera a su ganado y viceversa.
Las bacterias se transmiten de un paciente a otro por el aire y afecta a los que se encuentran alrededor o por ingestión de la leche cruda. Está presente en las personas, bóvidos, caprinos, cérvidos, camélidos y bisontes. Los jabalíes no la padecen, pero son reservorios y la transmiten, siendo, junto con los cérvidos, un peligro potencial para los rebaños en régimen extensivo.
Cuando se contempló en 1965, iniciar la campaña de saneamiento ganadero para erradicar la enfermedad animal en España, la mayor parte de Europa occidental –Dinamarca, Finlandia, Gran Bretaña, Luxemburgo, Noruega, Suecia, Holanda y Suiza- llevaba cinco años con la tuberculosis erradicada y otros muchos países estaban en disposición de erradicarla.
En 1980, se inició la campaña de saneamiento en Euskadi en colaboración con los profesionales directamente implicados, ganaderos y veterinarios. Un equipo integrado por un veterinario y dos ganaderos de la comarca que actuaban como ayudantes, visitaban cada caserío, realizaban la inoculación intradérmica a todas las reses y regresaban a los tres días a comprobar la reacción. En el caso de ser positiva, se marcaba al animal con una «T» en la oreja y el ganadero disponía de tres meses para ser conducido, únicamente, al matadero. Salvo contadas excepciones, la carne siempre es apta para el consumo.
El problema surgía cuando en el matadero, no se apreciaban las lesiones típicas, por lo demás, algo bastante frecuente, pero incomprensible para los ganaderos, que les exigía un acto de fe, que no siempre estaban dispuestos a realizar y surgían las discusiones. Todos los veterinarios clínicos de la época, perdimos clientes y en ocasiones, algunos ganaderos dejaron de saludarnos. Cosas que pasan. Limpiadas y desinfectadas las instalaciones, se procedía a introducir ganado nuevo, sano y genéticamente mejorado para la producción lechera, subvencionado en parte, por las instituciones.
Por razones que no entraremos a valorar. Otras comunidades autónomas van mucho más retrasadas. Si al veterinario le niegan el saludo, es fácil pensar que al político de turno le nieguen el voto, detalle que se debe valorar con serenidad, antes de comenzar una iniciativa de este tipo, que, además, será sostenida en el tiempo, porque no se trata de la «purga de Benito».
Vitigudino. En Castilla y León, donde predomina la ganadería extensiva, Burgos, León y Valladolid están declaradas oficialmente libres de tuberculosis bovina y los rebaños de Palencia, Segovia, Soria y Zamora tienen menos del 1 %. Sin embargo, Salamanca, la provincia donde el censo ganadero y los movimientos comerciales son más numerosos, tiene la mayor prevalencia de tuberculosis bovina y los datos indican que va en aumento. Cerró 2022 con un 4,47 %, cuando en 2021 era del 2,53 %. Los expertos achacan esta circunstancia a la convivencia del ganado en libertad con jabalíes y cérvidos, reservorios de la enfermedad, que contagian a los vacunos. No les falta razón.
Insisto, todo el ganado que ofrezca resultado positivo, debe ser conducido al matadero y así lo disponía la legislación de aquella época y lo mantiene la normativa europea y el plan nacional aprobado por la Comisión en 2021, pero los ganaderos charros, reunidos en Vitiguidino, exigieron medidas de flexibilización de la normativa a las que, el vicepresidente del Gobierno regional, Juan García-Gallardo (VOX), en fechas previas a las elecciones, accedió mediante una resolución que contempla el traslado del ganado con ciertas condiciones, a determinados cebaderos «sucios», según informaba Susana Magdaleno en La Gaceta Regional de Salamanca.
El ministerio ya ha recurrido la resolución y ha requerido su retirada; los nueve jefes de Sanidad Animal de la comunidad autónoma, funcionarios de carrera, se declaran en rebeldía y se niegan a aplicarla por tratarse de una infracción manifiesta del ordenamiento jurídico, donde no cabe «la obediencia debida» y apelando a la deontología profesional, llaman la atención sobre el peligro para la sanidad animal y humana, a lo que Gallardo, en otra asamblea multitudinaria de la Unión Ganadera celebrada con ocasión del mercado semanal de la bonita localidad salmantina, anunció que obligará a los jefes de Sanidad Animal y veterinarios a cumplir la resolución de tuberculosis. Eso es lo que hace falta, mano dura, afirmaban los ganaderos, mientras valoraban la iniciativa de hacer un escrache al jefe de Sanidad Animal salmantino.