El Departamento de Agricultura de EEUU está probando la eficacia varias vacunas contra la influenza aviar altamente patógena (HPAI) con la esperanza de detener la propagación del mayor brote de influenza aviar en la historia del país. Hasta ahora, el virus se ha informado en todos los estados menos uno, Hawái, y ha provocado la muerte de casi 60 millones de aves de corral.
Si bien cuatro vacunas están autorizadas para la influenza aviar (subtipo HA, H5N1, H5N3 y H5N9), ninguna está aprobada para la cepa más virulenta, H5N1 clade 2.3.4.4b, que se encuentra en el brote actual. Esta cepa probablemente se originó en las aves silvestres, más tarde alcanzó las operaciones avícolas comerciales y luego se extendió a los mamíferos no humanos, incluidos los pumas, los coyotes y los delfines nariz de botella, que han ingerido aves infectadas.
Las autoridades del país comenzaron a probar cuatro vacunas candidatas este abril, iniciando el programa con ensayos de dosis única. Se espera que los datos iniciales de los ensayos estén disponibles en mayo. Los investigadores esperan tener estudios de vacunas de dos dosis con resultados en junio.
Si estos ensayos tienen éxito, el siguiente paso es identificar a los fabricantes interesados en la producción de vacunas. Una vez que se identifican uno o más fabricantes, se deben completar más de una docena de etapas antes del suministro final de la vacuna.
Si bien los plazos típicos para el desarrollo y la aprobación de vacunas para animales son de dos años y medio a tres años, las autoridades señalaron que los fabricantes pueden acelerar el desarrollo en situaciones de emergencia, lo que resulta en un período de licencia más corto.
Aunque la vacunación puede reducir sustancialmente la mortalidad y cuenta con el apoyo de algunos sectores de la industria avícola, a otros les preocupa que las aves vacunadas aún puedan contraer la enfermedad y transmitirla, enmascarando de forma efectiva la propagación del virus y obstaculizando los esfuerzos de vigilancia. También existe preocupación por la rapidez con la que el virus puede mutar, lo que podría reducir la eficacia de una vacuna.
Dados los muchos desafíos del desarrollo y la aprobación de vacunas, el gobierno del país ha declarado que es fundamental que los propietarios de las aves analicen todo lo que pueden hacer de inmediato para proteger a sus animales.
“La bioseguridad es la mejor defensa contra la gripe aviar, y todos los propietarios de aves deben evaluar sus planes de bioseguridad y desarrollar una estrategia para prevenir cualquier exposición a las aves silvestres o sus excrementos”.
VACUNA DIFERENCIADA
Otro problema importante con la vacunación contra la influenza aviar es la posible pérdida de mercados de exportación, comentaba Karen Grogan, profesora de medicina aviar en la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad de Georgia.
Históricamente, las aves naturalmente infectadas no se pueden diferenciar de las aves vacunadas, por lo que los países imponen restricciones comerciales en lugar de poner en riesgo las parvadas de aves de corral domésticas.
“La forma de preservar el comercio es tener una vacuna que te permite hacer lo que se llama la estrategia DIVA, es decir, diferenciar los animales infectados de los vacunados”, explica "Un enfoque es crear una vacuna que use un tipo de neuraminidasa que sea diferente del virus circulante que podría analizarse serológicamente".
La neuraminidasa viral es una partícula que se encuentra en la superficie de los virus de la influenza y que permite que el virus se libere de la célula huésped.
También se podría aprobar una vacuna contra la influenza aviar para colecciones especiales de aves, como las que se exhiben en los zoológicos, agregó Grogan.