¿En qué situación se encuentra actualmente la telemedicina veterinaria?

La telemedicina veterinaria es una práctica extendida en países anglosajones y Estados Unidos, pero que en España no está permitida, debido a que los veterinarios no pueden realizar diagnósticos de los animales a distancia.

Con el objetivo de conocer más acerca de ella, la veterinaria Cecilia Henríquez ofreció recientemente una conferencia titulada: ‘Telemedicina: legalidad actual, puesta en práctica y cómo cobrar el servicio’. Actualmente no cuenta con una definición clara, pese a contar con más de 20 años de uso, “los conceptos antiguos siguen usándose”, según Henríquez, quien relató que “la primera palabra y concepto general de cualquier atención o servicio a distancia se llamó telemedicina, y desde entonces no ha cambiado mucho”.

La experta contó que hace más de 20 años que en medicina veterinaria se ha ido desarrollando a través de las nuevas tecnologías lo que denominó “el ecosistema de la E-salud animal”, que involucra “robots, aplicaciones, inteligencia artificial, telemedicina, chatbot, realidad virtual...”. En este sentido, la experta asegura que “todas las semanas recibo notificaciones de nuevas tecnologías que se utilizan para los animales”, sin embargo, “son muy pocas las personas que se han preocupado por aplicarlas y desarrollarlas”. “Usamos la tecnología a diario, pero no necesariamente la integramos en nuestra práctica veterinaria”, puntualizó.

Henríquez englobó el concepto “E-salud animal” en “todo aquello que tiene que ver con prevenir, informar, transmitir, tratar e identificar” a través de la tecnología “aplicado a la medicina veterinaria”. Además, afirmó que hay otros conceptos conocidos, como la “telesalud”, que también se basan en la utilización de la tecnología en la práctica profesional, sin embargo, este último solo “tiene el objetivo de informar y educar a los clientes”.

Y es dentro del concepto de la telesalud donde encontramos a la telemedicina, según la ponente, quien profundizó en otras formas de atención veterinaria a distancia de animales con las que a veces se confunde la práctica de la telemedicina.

“Es importante saber que ésta es una práctica veterinaria. Hay muchos especialistas que se dedican exclusivamente a este tema. Se estudia en las universidades, entonces no solo es un concepto”. “Lo que es clave es que el intercambio de información es médico”, a diferencia de la telesalud, “en la que no se comparten datos fisiológicos ni vitales de mis pacientes. Es el médico veterinario el único que puede prescribir un servicio de telemedicina”, argumentó.

SERVICIOS DE TELEMEDICINA

La veterinaria destacó que cuando hablamos de telemedicina o de “nuevas tecnologías aplicadas a la medicina veterinaria” existen dos tipos: “uno, de veterinario a veterinario, o de veterinario a profesional de la salud veterinaria, incluyendo equipos como los Ayudantes Técnicos Veterinarios (ATV); y también, un modelo de veterinarios o ATV hacia los dueños de los animales”.

La atención veterinaria a distancia o telemedicina se realiza actualmente a través de diferentes formas, como pueden ser: “teleconsulta, teleconsejo, teletriaje, telemonitoreo, teleinterconsulta o teleasistencia”.

Henríquez afirmó que prácticas como la teleconsulta pueden realizarse “desde a un elefante en la sabana a un mono en Borneo”. El teleconsejo, por ejemplo, “es un simple consejo”, “nada que tenga que ver con medicina”, explicó. Asimismo, añadió que “existen teléfonos dedicados exclusivamente para urgencias de animales” (esto tiene que ver con el teletriaje); Por otro lado, el telemonitoreo tiene que ver la medición a distancia de parámetros concretos de los animales. Éstos pueden monitorearse mediante sus comederos o collares, entre otras herramientas; la teleinterconsulta tendría que ver con la comunicación entre médicos, veterinarios y especialistas, y con los casos en los que un paciente es derivado a un especialista; por último, la teleasistencia es un método a distancia que permite que los veterinarios intercambien información para asistirse entre ellos.

La experta enumeró detalles de cada uno de los servicios de telemedicina y quiso evidenciar durante la charla que existen muchas formas de atención veterinaria a distancia, y que hay otras dentro de ella en las que no tienen que compartirse datos médicos, pues éstos son sensibles.

TELECONSULTA

Dentro de la telemedicina, es la teleconsulta la herramienta más efectiva con la que trabajan los veterinarios a distancia, sobre todo en países anglosajones y Estados Unidos. Henríquez puntualizó que aún así, se trata de un “diagnóstico virtual, incompleto y limitado”, nunca definitivo, que está basado en la interpretación de datos mediante una videollamada con el propietario del paciente, en la que el profesional le da un prediagnóstico.

Esta forma de atención y diagnóstico, según explicó la veterinaria, debe cumplir varios aspectos, como son la buena calidad de imagen para que los datos puedan ser interpretados correctamente, y la buena conexión a Internet, para que los datos puedan ser interpretados correctamente, además del correcto manejo de la cámara o móvil desde donde se comunique el dueño del animal.

Asimismo, la ponente destacó que no se le puede hacer una teleconsulta a un paciente que nunca se ha visto, y que, de lo contrario, la última vez que visitó la clínica debería haber sido antes de los 12 meses de antigüedad. Por ello, Henríquez hizo hincapié en la “responsabilidad” del profesional “por el ejercicio veterinario”, aunque admitió conocer solo una demanda a un veterinario estadounidense. 

Por último, expuso varias recomendaciones para propietarios de animales. Apuntó que no se debe tratar a pacientes mediante teleconsulta cuando presenten: vómitos o diarreas crónicas; heridas abiertas sangrantes, profundas o extensas; lesiones traumáticas o fracturas; dolor severo; convulsiones, colapso o desmayo; pérdida de visión; mucosas pálidas y extremidades frías; envenenamiento; abdomen hinchado; problemas urinarios; o dificultades de parto, entre otros.

TELEMEDICINA EN ESPAÑA

La práctica que la experta presentó en su ponencia no está del todo permitida en España. De hecho, el Marco Legal Español sobre Telemedicina (2018), que viene a ser como un código deontológico veterinario, apunta en el artículo 8 que no se deberá “prescribir tratamientos u otros procedimientos sin haber realizado un examen directo y previo al paciente”.

Hizo referencia a la postura del Colegio de Veterinarios de Madrid, el cual expone que “no está permitido el diagnóstico online”,  “ni por otros medios que no sean el examen directo del animal”. Es decir, no habilita la teleconsulta.

Sin embargo, sí que defiende otras formas de atención a distancia, como pueden ser el teleseguimiento o la teleprescripción. Estas últimas estarían permitidas siempre y cuando “ya se conozca al animal y haya sido examinado o diagnosticado en un centro veterinario”, pudiéndose “hacer un seguimiento e incluso prescribir tratamiento sin necesidad de presencia física”. Además, también informa que el asesoramiento online (como puede ser un teleconsejo) y las consultas entre veterinarios sí son posibles, pues se trata “de una relación entre profesionales en la que no se estaría diagnosticando y prescribiendo online directamente al cliente”.