El pasado 9 de febrero, la Ley de Protección de los Derechos y el Bienestar de los Animales y la reforma del Código Penal en materia de maltrato animal fueron aprobadas en el Pleno del Congreso de los Diputados tras una agitada tramitación en la Cámara Baja por la división entre el Gobierno de coalición del PSOE y Podemos, debido principalmente a la negativa de los primeros de incluir a los perros de caza en el nuevo ordenamiento.
Tras ello, el 2 de marzo se celebró la Comisión de Derechos Sociales, en la que se votaron los vetos de cuatro formaciones políticas para que la norma volviese al Ejecutivo, pero no hubo modificaciones, pues la Comisión rechazó todos los vetos a la ley y a la reforma del Código Penal en maltrato animal.
De esta forma continuaba su trámite parlamentario y, por el procedimiento de urgencia, el Senado aprobaba la Ley de Protección de los Derechos y el Bienestar de los Animales el pasado 8 de marzo.
El trámite ha concluido hoy jueves con el debate y votación de las enmiendas aprobadas por el Senado al proyecto de ley.
Al comienzo de la intervención, Ana María Oramas González-Moro, del grupo parlamentario mixto, ha lamentado la falta de criterio científico ya que protege a los gatos y hurones asilvestrados en la región de Canarias, poniendo en peligro a la fauna local.
Por su parte, Joseba Andoni Agirretxea Urresti, del PNV, ha sentenciado que “es una chapuza de ley en todos los ámbitos”, y ha manifestado su descontento con texto y espera que, con las enmiendas, “se pueda arreglar este desaguisado”.
Guillermo Diaz Gómez, de Ciudadanos, ha sentenciado que la reforma del código penal en materia del maltrato animal es demasiado laxa. En cuanto a la Ley de Bienestar animal, considera que “es una ley de autoayuda”, y son leyes “que no se pueden cumplir”. Además, considera que “hiper burocratiza” la tenencia de animales de compañía.
Asimismo, Néstor Rego, del Grupo Parlamentario Plural, ha comentado que es “una ley que tiene luces y sombras”, y coincide con Diaz Gómez en la laxitud del código penal en maltrato animal. También ha querido criticar la exclusión de la tauromaquia en el texto.
Del mismo grupo, Inés Sabanés, lamenta que, en la ley, “finalmente e incomprensiblemente” quedan fuera los perros de caza, los toros, el tiro al pichón, los delfines de los acuarios, entre otros. Además, ha reclamado “menos cesiones a los lobbys, especialmente al lobby de la caza”.
Genís Boadella, del Grupo Parlamentario Plural, ha indicado que “no estamos en contra del avance” para frenar el maltrato animal, pero considera que la Ley de Bienestar Animal “invade competencias autonómicas”.
En su turno, Joan Capdevila i Esteve, de Esquerra Republicana de Catalunya, ha puesto de manifiesto la participación de su grupo en la redacción de enmiendas en ambos textos, pero lamenta “que apenas hemos podido dar algunos pasos”, y considera que “quien maltrata, seguirá haciéndolo”. También criticó la burocratización de la tenencia de mascotas, y que “no han podido con la presión del lobby de la caza”.
“SE HAN INVENTADO BULOS”
De Unidas Podemos, Juan Antonio López de Uralde Garmendia, ha demandado la falta de debate sobre varios aspectos, como el abandono animal o la importación ilegal de cachorros, y critica a este respecto que “se han inventado bulos”, para entorpecer “el debate democrático”, lo que ha desviado la finalidad de la ley.
Entre los bulos destacados por el diputado, han sido la legalización de la zoofilia, o la imposibilidad de poder matar a una rata, entre otros, y considera que “son una absoluta falsedad”, y una “falta de respeto”. No obstante, a pesar de los obstáculos, el diputado concluye explicando que, “seguiremos reclamando nuevos derechos para los animales”.
Por su parte, Ángel López, de Vox, ha sido especialmente crítico, y ha sentenciado que la ley tiene “un objetivo macabro de ser un instrumento de destrucción masiva”, que “pretende destruir nuestras tradiciones y nuestra identidad”, y lo considera un “engendro normativo”. El diputado considera que el texto penaliza “matar a un ratón”, o “matar una gallina para hacer caldo”.
Milagros Marcos, del PP, indica que “no estamos de lado de los maltratadores”, “estamos del lado de los dueños mascotas” a los que esta ley deja en “inseguridad jurídica”. También ha apuntado que el texto, respecto al tratamiento de la colonia de los gatos, puede repercutir en la sanidad pública y en la protección de la fauna salvaje. “Nos hubiera gustado una ley basada en la evidencia científica”, concluye.
Del PSOE, Begoña Nasarre, ha iniciado su turno aseverando que “esta ley garantizará los derechos de los animales”, y ha criticado “el ruido” creado por la oposición durante la tramitación del texto.
Del mismo grupo, Gemma Araujo, ha definido los trámites parlamentarios como “la modificación legislativa del bulo”, y explica que, a este respecto, la oposición, o “no han leído la ley”, o “mienten deliberadamente con el único animo de atacar a este gobierno”. Del mismo modo que López de Uralde Garmendia, ha repasado los “bulos” generados por la oposición, como la despenalización de la zoofilia.
Finalmente, el pleno del Congreso ha aprobado una decena de las casi veinte enmiendas incorporadas al texto en el Senado que se incluirán a la nueva ley debatida por última vez en el Congreso.