Las limitaciones que pretende establecer la Ley de Protección y Bienestar Animal en especies exóticas, sobre todo aves rapaces, de la familia de las psitácidas y también reptiles, "puede favorecer la proliferación del mercado negro en torno a este tipo de animales y un abandono masivo de ejemplares por parte de los actuales propietarios, hechos de los que ya existen precedentes en España", expone la Organización Colegial Veterinaria (OCV).
La Organización Colegial Veterinaria manifiesta de nuevo su inquietud por los efectos negativos que, "muy probablemente", va a generar la entrada en vigor de la citada normativa en este ámbito concreto de las especies exóticas, una cría que cuenta con una arraigada tradición en nuestro país, tanto en las rapaces como en las psitácidas.
De hecho, España exporta cada año muchos ejemplares al exterior perfectamente identificados y con un control sanitario y de bienestar animal supervisado por veterinarios especializados. Son animales procedentes de la cría en cautividad en núcleos zoológicos por parte de profesionales habilitados para ello, utilizados para cetrería, de compañía como loros y similares o reintroducción en el medio natural.
Además del perjuicio económico, destacan el trabajo riguroso de decenas de veterinarios que atienden este tipo de animales, a menudo muy delicados, que tienen unas exigencias determinadas en cuanto a alimentación, manejo, alojamiento y cuidados.
ANTECEDENTES DE LA TORTUGA MORA
"La exclusión de este tipo de aves del “listado positivo” que contempla la Ley, así como de reptiles, puede conllevar consecuencias indeseadas, ya sean por el aumento previsible de su tráfico ilegal –con el riesgo sanitario que supone carecer de control veterinario- y por un abandono generalizado de ejemplares, como sucedió en 2015 con la tortuga mora, cuando su tenencia pasó a considerarse delito en España", advierten.
Por todo ello, la OCV reitera que "el afán prohibicionista de la Ley va a tener efectos contrarios a los esperados, lo que obligará a dotar a las fuerzas de seguridad y a los veterinarios municipales –que cuentan con una plantilla muy escasa- de materiales y medios para poder efectuar un control efectivo sobre el comercio de estas especies".
Además, para poder prevenir el posible maltrato de estos animales de manejo complejo, hay que incluir la figura del perito veterinario, "en una normativa que aún no cuenta con medios económicos para su desarrollo efectivo".