Primer caso del siglo XXI de dermatitis por Gasterophilus en España

Las larvas de las moscas del género Gasterophilus provocan miasis obligada en el sistema digestivo de los équidos. Los huevos de las moscas generalmente se depositan en los pelos del caballo durante los meses de verano en las regiones templadas. Las hembras de cada una de estas especies depositan sus huevos en diferentes zonas del cuerpo, desde la cara hasta las patas.

No obstante, la especie G. pecorum pone sus huevos en el suelo o sobre la vegetación. Al ser ingeridas, las larvas recién eclosionadas pasan de la boca al estómago, y pueden tardar alrededor de 10 meses en atravesar el tubo digestivo y ser expulsadas en las heces.

Sobre el ciclo biológico de los Gasterophilus, las larvas de primer estadio (L1) de este tipo de moscas eclosionan espontáneamente o en respuesta a estímulos físicos, y pueden ingresar a la cavidad oral a través de la migración cutánea o por absorción oral a través de lamidas o pastoreo. Dependiendo de cada especie, las larvas de segundo estadio (L2) se pueden encontrar en la boca, el estómago, la faringe o el duodeno, donde mudan a larvas de tercer estadio (L3). Finalmente, la forma L3 permanece en la faringe, el estómago, el intestino delgado o el recto durante varios meses antes de excretarse en las heces y convertirse en pupa en el suelo.

A pesar del tipo de lesiones que estas larvas pueden provocar en diferentes órganos, se piensa que tienen poco impacto en el huésped. Sin embargo, se ha visto que la migración de ciertas especies, causa dermatitis, que se observa fácilmente debido a la pérdida de cabello en los tractos que crean las larvas a medida que penetran en la epidermis.

Juan David Carbonell, Isabel Martínez Bartolomé y Aránzazu Meana, de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid, han publicado un caso clínico donde se consideró que la dermatitis por Gasterophilus fue la causante de ciertas lesiones cutáneas en dos caballos de una granja en España donde se había llevado a cabo un control selectivo de parásitos en los años anteriores.

El objetivo del informe fue resaltar el diagnóstico de esta condición como una parasitosis cutánea posiblemente reemergente en caballos, brindando descripciones de las lesiones dermatológicas a nivel macroscópico y microscópico, así como consejos sobre el tratamiento y seguimiento.

PRIMER INFORME DEL SIGLO XXI

En el verano de 2022, dos caballos mayores de 25 años que viven en campo abierto desarrollaron lesiones alopécicas no pruriginosas en la cara. Las lesiones adoptaron la forma de trayectos que se iniciaban en las regiones maxilar, y se extendieron a la boca y labios en un mes, características compatibles con Gasterophilus spp.

No se observaron anormalidades mediante el examen visual de cada caballo, aunque se detectaron muchos huevos de Gasterophilus en sus extremidades y región del pecho, y algunos en sus mejillas. De acuerdo con las referencias morfológicas, la forma de los huevos en las extremidades y el pecho era compatible con G. intestinalis, mientras que los pocos en la cara eran compatibles a G. inermis.

Ante este hallazgo, los caballos fueron tratados por vía oral con una dosis única de ivermectina (200 μg/kg) y se observó mejoría clínica a los 21 días, con desaparición de las lesiones faciales sin dejar cicatrices ni lesiones primarias evidentes. No se observaron reacciones adversas a las dosis de ivermectina administradas.

Según el conocimiento de los autores, “este es el primer caso de dermatitis por Gasterophilus inermis reportado en España y en Europa en ei siglo XXI, concretamente en una granja de caballos donde se realiza un control selectivo de parásitos”.

En resumen, el diagnóstico de la dermatitis gasterófila “debe basarse en la historia clínica y el examen físico de los animales, y con una demostración de larvas migratorias”.