Los ministros de Agricultura de la Unión Europea (UE) han debatido esta mañana en Bruselas, con motivo del Consejo de Agricultura y Pesca, un documento presentado por Portugal que tiene como objetivo que se revise la legislación del transporte de animales.
María do Céu Antunes, ministra de la delegación portuguesa, ha mostrado su agradecimiento a los países que han sido “solidarios” con la propuesta y ha explicado que la importancia del tema reside en que el “transporte animal es una de las partes más visibles del proceso de producción animal” y que éste garantiza su comercialización en el “mercado único”. “Pensamos que debería adaptarse el reglamento a los avances tecnológicos de la sociedad para apoyar a nuestras comunidades agrícolas”. Asimismo, ha concluido su intervención sugiriendo la necesidad “promover otras alternativas”, como comercializar “material genético de carne”.
Respecto a la posición de España, el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, señaló que comparten la “necesidad de abordar la revisión y actualización normativa en materia de bienestar animal” y que así lo reflejan en las conclusiones del consejo sobre la estrategia “De la granja a la mesa”. “Consideramos que deben mejorarse los procesos y solo en situaciones muy justificadas y excepcionales prohibir el movimiento de animales. Es un tema muy sensible para nuestra ganadería y para países periféricos a la UE. Creemos que son necesarios enfoques proporcionados y no prohibitivos”, expresó Planas.
No obstante, algunos países han solicitado una revisión más ambiciosa, como el caso de los Países Bajos, que se han opuesto al documento y pidieron una prohibición directa de la exportación de animales vivos. Alemania, Austria, Dinamarca y Luxemburgo también se opusieron al documento.
Por último, la comisaria europea de Salud y Seguridad Alimentaria, Stella Kyriakides, comentó que la estrategia “De la granja a la mesa” exige una revisión de la actual legislación sobre bienestar animal, con el fin de “alinearla con la evidencia científica, ampliar su alcance, facilitar su aplicación, y en última instancia, garantizar un mayor nivel de bienestar animal”. Además, compartió la opinión de no centrar “la nueva legislación en las prohibiciones y limitaciones de ciertos tipos de transporte”.
“Debemos encontrar soluciones que brinden a los Estados miembros y a la industria los medios para adaptarse de manera adecuada y fluida, sin dejar de ser competitivos”, concluyó.