Si bien nadie duda de que la calidad del aire es uno factores determinantes a la hora de medir los niveles de salubridad de una ciudad y el enorme impacto sobre la salud de los ciudadanos que tiene a día de hoy la contaminación atmosférica, no es menor la amenaza que ejerce en este mismo sentido el riesgo de zoonosis -enfermedades propias de los animales que son transmitidas al ser humano, ya sea mediante contacto directo, fluido corporal o un vector transmisor-.
Así lo afirma con contundencia el director general de la Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental, Jorge Galván: “las ciudades son a día de hoy el principal foco de riesgo de zoonosis con potencial pandémico. Este riesgo de zoonosis constituye por tanto una de las mayores amenazas sobre la salud ya no solo en las propias ciudades sino prácticamente a nivel mundial, si tenemos en cuenta que hoy por hoy dos tercios de la población de todo el mundo vive en núcleos urbanos”.
Son multitud la cantidad de animales que cohabitan en las ciudades: desde animales domésticos que se están asilvestrando, hasta animales silvestres que son mantenidos como animales de compañía, pasando por otros que viven libres en espacios públicos: gatos, murciélagos, roedores, aves, anfibios… y grandes mamíferos que, cada vez con más asiduidad, hacen incursiones en zonas habitadas, como es el caso de zorros, jabalís o lobos.
Todos ellos conforman una compleja red de relaciones, además de generación de virus, bacterias y parásitos que, “si tenemos en cuenta además la existencia de las denominadas especies plaga -mosquitos, garrapatas, roedores…- constituye el caldo de cultivo perfecto para que se produzcan brotes graves de multitud de enfermedades zoonóticas”. Por si fuera poco, “el calentamiento global está originando un aumento de insectos (autóctonos e invasores) en las zonas verdes y humedales urbanos, muchos de ellos vectores de enfermedades tropicales como el Dengue, el Chikungunya, la malaria, la fiebre amarilla, la fiebre del Nilo Occidental, la enfermedad hemorrágica de Crimea-Congo y un largo etcétera.”, tal y como se detalla en el documento de trabajo ‘Habitabilidad y salud en la ciudad: recursos para una mirada con enfoque One Health’, editado por la Fundación Conama y realizado por el Comité Técnico CT-26, al que pertenece Jorge Galván, director general de Anecpla.
Entre las guías y manuales que se citan en este documento está la “Guía para la prevención de plagas a través del diseño en la edificación. Ciudades sostenibles y edificios saludables” de Anecpla. Esta guía técnico-sanitaria está destinada a establecer los principios y las soluciones técnicas más eficientes en materia de gestión de plagas en los edificios públicos, viviendas y proyectos urbanísticos, en todas las fases de la vida del edificio: diseño-proyecto, ejecución de obra, funcionamiento, restauración y/o rehabilitación.
EL ENFOQUE ONE HEALTH CONTRA LAS ZOONOSIS
“Nos encontramos en un momento histórico”, explica Galván, “tenemos que aprovechar la sensibilidad a este tema que nos ha dado desgraciadamente el haber transitado recientemente una pandemia a consecuencia de una zoonosis como la que se presupone que ha sido la COVID-19 para ser conscientes de los riesgos que implica esta situación y poner todas las medidas de prevención que sean necesarias”.
Para ello, desde Anecpla reclaman que resulta imprescindible que las administraciones locales incorporen y desarrollen sus políticas desde un enfoque One Health (Una Sola Salud) que impregne todas sus acciones de forma transversal.
El enfoque “One Health” considera que la salud humana, la salud animal y la protección del medio ambiente se encuentran estrechamente interrelacionadas y conforman un espacio común.