“El contexto laboral de los veterinarios predispone para tener un fuerte nivel de estrés”

En el sector veterinario cada vez son más los profesionales que advierten de los graves problemas de salud mental que sufren. Una reciente investigación australiana, dirigida por la doctora Nadine Hamilton, reveló que casi el 70 % de los veterinarios han perdido a un compañero por suicidio, y aproximadamente 6 de cada 10 han buscado ayuda profesional para su salud mental. En España, las cifras demuestran que, entre los sanitarios, el riesgo de suicidio se duplica con respecto a la media de la población. Dentro de los profesionales de la salud, los veterinarios sufren dos veces mayor riesgo de suicidio, encabezando el ránking del colectivo sanitario.

Aunque los problemas de salud mental se han incrementado mucho en los últimos años, “en el caso de los veterinarios no podemos negar el contexto que existe: muchas horas de trabajo, trato con los clientes, gestión de la clínica, casos complejos con pacientes… Todo esto son ingredientes para tener un fuerte nivel de estrés”, explica Iago Roel, doctor en Psicología por la Universidad de Santiago de Compostela, en declaraciones a Diario Veterinario.

La ansiedad y el estrés, añade el experto, son la principal causa de baja laboral en España. Cuando atiende a pacientes se interesa por cómo duermen y cómo van al baño: “hemos normalizado que es normal dormir pocas horas, estar cansados todo el día, tomar 5 cafés diarios o no ser regular en el baño. Todo eso no es normal, suelen ser signos de estrés”.

Para mejorar la salud de los veterinarios es importante que las “instituciones públicas y privadas hagan campañas informativas y formativas y desarrollen programas de ayuda a los profesionales”. Los veterinarios deben ser “cada vez más conscientes de la importancia de la salud mental y de la relevancia que tiene eso en su vida profesional y personal”. Pero cada profesional “también debe responsabilizarse en la medida de lo que pueda de su salud”, recuerda el psicólogo.

Para amortiguar el problema en las siguientes generaciones de profesionales, podría ayudar que durante la carrera los estudiantes “se preparen para saber llevar el estrés”, y también que “los colegios de veterinarios y las universidades hagan planes de prevención”, añade Roel.

El experto considera esencial “parar y reflexionar” sobre los hábitos diarios, y seguir algunas pautas personalizadas para estar mejor. Así, comparte seis acciones que pueden potenciar la salud física y mental, aunque recuerda que se debe mirar cada caso de forma individual: “hacer actividad física es vital”, como también lo es “descansar, dormir y tener días libres para desconectar”, y “relacionarse con otras personas para liberar oxitocina, la hormona que bloquea el cortisol”. También es importante “comer bien, meditar y priorizarse”.

Como conclusión, afirma que “hay un alto índice de nivel de estrés en la profesión veterinaria, pero cada vez se reconoce más y se pone el foco en ello”, no obstante incide en que “el primer paso para resolver un problema es reconocer que existe”.