El trabajo en la clínica veterinaria puede conllevar situaciones estresantes que a veces es difícil manejar. Estas circunstancias pueden suponer al veterinario un aumento del estrés en su día a día. Para ayudar a manejar esta condición, el veterinario Alan Johnson, tras vivir lo que muchos veterinarios sufren en su día a día cuando comenzó a trabajar después de graduarse en 2018 en el Royal Veterinary College en Londres, ha querido compartir algunos consejos que le han ayudado a establecer buenos hábitos para mejorar su bienestar.
“Como veterinario, he aprendido que todos podemos tener días en los que podemos sentirnos completamente agotados, con exceso de trabajo y poco apreciados por los clientes y nuestros compañeros. Ya sea que se trate de tener mucho que hacer en muy poco tiempo, tratar de manejar casos difíciles en los que existen preocupaciones sobre los costes, o simplemente no nos sentimos al 100 %, puede afectarnos”.
Si bien es poco probable que se puedan eliminar por completo muchas situaciones de estrés y tensión propias del trabajo, “hay varias cosas que podemos hacer para reducir el impacto de las situaciones estresantes que mejorarán nuestra salud mental y nos ayudarán a estar en un plano mental para abordar los desafíos que se nos presenten, como, por ejemplo, la creación de hábitos saludables”.
La propia definición de la palabra "hábito" significa "una tendencia o práctica regular a la que es difícil renunciar". Los seres humanos establecen hábitos innatos para sentirse seguros y tener el control cuando repetidamente hacen algo una y otra vez.
Es la pérdida de control en algunas situaciones dentro de la profesión lo que, en opinión de Johnson, contribuye significativamente al estrés del trabajo. “Desafortunadamente, que nuestros pacientes lleguen por sorpresa es algo inevitable, pero si comenzamos a construir una rutina y buenos hábitos cuando podemos tener el control, es mucho más probable que seamos capaces de manejar las situaciones inciertas que se nos presenten”.
Según explica el veterinario, establecer unos buenos hábitos es fundamental para el bienestar del profesional. “Me levanto a las 05:00 todos los días de la semana. Me tomo un café, salgo a correr o voy al gimnasio, vuelvo a casa a pasear a mi perro, me ducho y luego estoy en el trabajo para las 08:30”.
Johnson asegura que realizar estas rutinas antes de comenzar la jornada laboral resulta mucho más beneficioso. “Sería fácil dejarlo para más tarde, al final de la jornada laboral, pero a menudo puede ser lo último que te apetezca hacer después de un largo día de trabajo”.
No obstante, lo más importante que destaca es la inversión de tiempo en el ocio personal de cada uno, independientemente de la hora a la que se realice. “Todos necesitamos encontrar algo de tiempo para nosotros, todos los días si es posible, ya sean 30 minutos para ti mismo sin que te molesten, tiempo para practicar yoga, leer libros o el periódico, ver las noticias, pasear a tu perro, lo que sea que quieras hacer, te sorprenderá lo mejor que te sientes por ello”.
Pero desarrollar estos buenos hábitos requiere disciplina y autocontrol. Por lo tanto, para desarrollar hábitos a largo plazo, “considero importante recompensarme regularmente por mantenerlos”. Según explica, recompensarse a uno mismo por el mantenimiento de estos hábitos resulta imprescindible, ya que este “refuerzo positivo” afianza estas conductas de bienestar. “En mi casa, este refuerzo se consigue con una buena cena y un mojito. Puede sonar extremo, pero mi recompensa del viernes por la noche realmente me ayuda a pasar la semana”.
“Creo que, si todos tuviéramos algo que esperar con regularidad, podría ayudarnos a superar algunos momentos realmente difíciles, porque no importa cómo de mala haya sido la semana, cuántos intercambios frustrantes hemos encontrado, si al final tenemos una recompensa”.