El tétanos es una enfermedad zoonótica aguda y grave. Es producida por Clostridium tetani, una bacteria gram positiva y anaerobia. C. tetani tiene distribución mundial, afectando tanto a personas como animales, siendo especialmente susceptibles los équidos. No obstante, aunque sean menos susceptibles, la bacteria también puede afectar a los perros y producir en ellos un cuadro de enfermedad.
Un equipo de veterinarios alemanes ha realizado un trabajo para definir los factores asociados con la supervivencia en perros con tétanos. Para realizar el estudio, se revisaron retrospectivamente las historias clínicas de perros con diagnóstico clínico de tétanos respecto a los signos clínicos, los hallazgos clínicopatológicos al ingreso, las características de la herida (punto de entrada de la bacteria), las complicaciones, las medidas terapéuticas y la supervivencia al alta. Según los datos extraídos, los perros se clasificaron de acuerdo con un esquema de gravedad de 4 clases.
Un total de 42 perros cumplieron los criterios de inclusión, de los cuales 32 sobrevivieron. La mayoría de los que no sobrevivieron tenían menos de 2 años de edad, una duración más corta de los signos específicos del tétanos (tiempo desde el inicio de los signos típicos hasta la presentación final de la enfermedad), se les prescribieron antibióticos con menos frecuencia antes de la presentación, tuvieron un mayor grado de severidad del tétanos, recibieron más acepromazina y atropina, y presentaron con mayor frecuencia hipertermia y complicaciones respiratorias (neumonía, espasmo laríngeo).
Por otra parte, las características de la herida, el uso de alimentación por sonda, metronidazol, metocarbamol, magnesio y antitoxina no fueron significativamente diferentes entre los supervivientes y no supervivientes.
Ante este hallazgo, han concluido que “los perros jóvenes con una evolución rápida de la enfermedad grave tienen un pronóstico reservado”. No obstante, “se necesitan estudios multicéntricos prospectivos para aclarar la importancia pronóstica de la edad, el uso de sedantes y esquemas de clasificación del grado de enfermedad, incluida la presencia de complicaciones respiratorias”.