El nombre Streptococcus canis se utilizó por primera vez en 1937 para identificar los estreptococos implicados en la infección en perros. Solo a fines de la década de 1980 se atribuyó formalmente el nombre a una especie bacteriana con características fenotípicas definidas, cuando se describió como una bacteria tipo coco, grampositivo, que podía infectar a perros y ganado. Se informaron numerosos rasgos bioquímicos y fisiológicos de las especies recién identificadas.
Inicialmente, se pensó que Streptococcus canis era únicamente un patógeno canino y bovino, pero desde entonces se ha aislado de una variedad de mamíferos, incluidos gatos, ratas, conejos, visones, zorros, perros mapaches japoneses, focas, lobos marinos, nutrias, tejones y humanos. Es posible que S. canis sea capaz de causar enfermedades en todas las especies mencionadas anteriormente, lo que lo convierte en uno de los patógenos estreptocócicos con la gama de huéspedes más amplia. A pesar de su amplio tropismo de huésped, S. canis no ha recibido la misma atención que otros estreptococos y esto probablemente se deba al número limitado de casos confirmados de infección en humanos. Sin embargo, dado que la mayoría de los aislamientos de estreptococos de muestras humanas no se identifican a nivel de especie, la verdadera carga de enfermedad de S. canis en humanos es difícil de estimar.
El conocimiento sobre la epidemiología de S. canis en medicina humana y veterinaria se basa en un número restringido de estudios. No está claro cómo y en qué medida se produce la transmisión entre especies, así como qué factores de riesgo predisponen a los humanos a la enfermedad. Aunque ahora se acepta ampliamente el potencial zoonótico de S. canis, la evidencia científica sigue siendo limitada. Los mecanismos de virulencia, la estructura de la población y los determinantes de la resistencia a los antimicrobianos (RAM) también están pobremente caracterizados en S. canis.
Ante este panorama, un estudio reciente ha propuesto recopilar todo el conocimiento disponible sobre S. canis para contextualizar algunas de las preguntas sin respuesta que rodean a este patógeno multihuésped.
Tras la revisión, han expuesto que “históricamente considerado un patógeno canino, ahora se sabe que S. canis causa enfermedades en una variedad de mamíferos, incluidos los humanos”. No obstante, los perros parecen ser el huésped principal y se considera que esta bacteria forma parte del microbiota de piel y mucosas de individuos sanos.
UN PATÓGENO CON MÚLTIPLES HOSPEDADORES
Por otra parte, las manifestaciones clínicas de la infección por S. canis van desde una inflamación superficial leve hasta una enfermedad invasiva grave en perros y gatos. En el ganado, S. canis es responsable de mastitis subclínicas, que pueden tener un impacto importante en la productividad y el bienestar animal.
Asimismo, en humanos la mayoría de los casos involucran a personas de edad avanzada con comorbilidades. Se cree que la interacción directa con los perros, en particular a través de mordeduras y arañazos, es un importante impulsor de la infección en humanos, pero actualmente la evidencia que respalda esta hipótesis es limitada.
En este aspecto, en opinión de los autores, “la transmisión directa de cepas de S. canis de una especie huésped a otra parece probable, aunque solo se ha demostrado parcialmente y requiere confirmación a través de métodos de genotipificación altamente discriminatorios”. Además, remarcan que este aspecto “es importante dada la prevalencia relativamente alta de colonización asintomática de S. canis en perros”.
Asimismo, comentan que, si bien las infecciones por S. canis son raras en humanos en comparación con las causadas por otras bacterias, “su incidencia real puede estar subestimada por las limitaciones de los laboratorios de diagnóstico, donde las infecciones estreptocócicas rara vez se identifican a nivel de especie”.
Independientemente de su verdadera carga de morbilidad, las infecciones por S. canis pueden “poner en peligro la vida tanto de los seres humanos como de los animales de compañía y, dado que aún no se han respondido preguntas importantes sobre la transmisión, la importancia zoonótica y el potencial de resistencia a los antimicrobianos, este patógeno es un foco digno de investigación continua”, explican.
En conclusión, “Streptococcus canis puede considerarse como un patógeno desatendido, causante de problemas de salud en animales y humanos, y por ello, se necesita más investigación para conocer mejor el patógeno y poder controlarlo de forma eficaz”.