El director general de la Producción Agrícola y Ganadera de la Consejería de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural de la Junta de Andalucía, Manuel Gómez Galera, junto a la delegada de Agricultura de la Junta de Andalucía en Granada, Celia Santiago, el jefe del Servicio de Sanidad Animal, Manuel Fernández Morente y miembros de la Oficina Comarcal Agraria se han reunido en Baza, Granada, con los ganaderos y ganaderas de la comarca afectada por el brote de viruela ovina-caprina. El director general y la delegada han explicado que esta reunión forma parte de la línea marcada por la Consejería de Ganadería del ejecutivo andaluz de conocer “de primera mano la opinión de los afectados y trasladarles cómo está la situación, los protocolos de seguridad y las medidas de prevención que se están llevando a cabo desde la detección del primero foco”.
Gómez Galera ha recordado que “la Consejería adoptó de forma inmediata las medidas de control contempladas en el Reglamento Delegado (UE) 2020/687 en lo referente a las normas relativas a la prevención y el control de determinadas enfermedades”. Medidas que incluyen el sacrificio de los animales, eliminación de los cadáveres en planta de trasformación, limpieza y desinfección oficial de la explotación, establecimiento de una zona de protección de 3 kilómetros y una de vigilancia de 10 kilómetros, con refuerzo de medidas de bioseguridad y vigilancia en las explotaciones. A lo que ha añadido que “en Andalucía, por prevención y seguridad animal, se mantiene activo el protocolo establecido en nuestra comunidad nada más detectarse el primer foco”.
En este sentido, Gómez Galera ha transmitido a los ganaderos “la importancia de cumplir la absoluta inmovilización del ganado para evitar contactos de explotación a explotación” y ha recordado que es “necesario evitar el pastoreo”. Asimismo, el director general ha recordado que “se trata de una enfermedad no zoonótica, que afecta exclusivamente a las especies ovina y caprina, sin que en ningún caso pueda transmitirse al ser humano, ni por contacto directo con los animales ni a través de productos de estos”. Y ha señalado “la importancia de aplicar unas adecuadas medidas de bioseguridad en las explotaciones de ovino y caprino, así como en el transporte animal”.