Antonio Arenas respondió a la llamada del Colegio de Veterinarios de Valencia (ICOVV) para repasar y valorar la enfermedad de la ‘viruela del mono’, de la que España ya era, a 30 de mayo, el segundo país con más casos (120) tras Reino Unido (179). Pero, dada la práctica inexistencia de enfermos sospechosos sin confirmar, Arenas confió en que el virus pueda controlarse “en breve”. Pero, según transmitió via online ante unos 80 colegiados, habrán más enfermos, “porque, seguramente, se está diagnosticando con retraso”.
Empezó por concretar el alcance de lo que se considera como enfermedad emergente -de nueva aparición, con amplio rango de hospedantes, expansión geográfica, incidencia y virulencia creciente- y continuó haciendo un repaso a lo vivido en los últimos tiempos. Efectivamente, 2008 fue el año del Dengue; 2009, el de la gripe aviar y así hasta llegar -como refleja el gráfico adjunto- a la Covid en 2020 o ahora el monkeypox. Y, según un ya popularizado amplio estudio de la Universidad de Edimburgo, un 75 % de estas enfermedades emergentes infecciosas eran zoonosis.
La irrupción del virus que ha generado tanta alarma no era del todo imprevisible. Como expuso el catedrático, el primer caso en humanos, en el Congo, data de1972; desde 2010 a 2019 se produjeron más de 19.000 en África central -la inmensa mayoría en el país citado-; en 2003, a raíz de la importación de una rata africana que contagió a perros de la pradera posteriormente acogidos por familias, se produjo un brote en 3 estados de EEUU. En 2017 se desencadenó otro en Nigeria, que aún genera casos. El clado del virus de este país es el mismo que hoy sufre Europa, que es menos letal que el del Congo. El primer caso en Inglaterra se dio en una persona que procedía de Nigeria.
La OIE, ahora OMSA, presentó a inicios de 2021 un informe para prevenir riesgos de enfermedades emergentes en el comercio de fauna silvestre, en el que llegó a poner a la viruela del mono como ejemplo a tener en especial consideración.
ZOONOSIS EN PRIMATES
El experto en enfermedades infecciosas repasó las principales zoonosis transmitidas por primates no humanos a éstos: tuberculosis, procesos entéricos, hepatitis B, retrovirus, parasitosis y, claro, al virus que ahora nos ocupa. El mono, pese a que lo padecen fundamentalmente sólo los grandes simios, dio nombre a este virus, tan similar a la viruela, porque fue descubierto en 1959 en Dinamarca en un centro que investigaba con estos animales. Pero su principal reservorio son los roedores en los que “la enfermedad es poco específica y pasa desapercibida”, aclaró.
Frente a la recomendación del ECDC de poner en cuarentena a las mascotas de los enfermos, consideró que la transmisión a éstos por parte de personas enfermas “es posible pero poco probable”.
Arenas detalló las vías de transmisión -transcutánea (heridas); por mucosas (oftálmica, nasal, oral, perineal) y por inhalación (gotícolas) o ingestión de carne afectada. Las fuentes de infección serían las excreciones, secreciones, o los contactos a partir de animales-reservorio. “La transmisión de persona a persona es limitada, mayormente por inhalación y tras una exposición prolongada”, matizó. El virus tiene un periodo de incubación de entre 7 y 17 días. Más allá de los problemas cutáneos bien conocidos, provoca antes -lo que. sin duda complica el diagnóstico precoz- síntomas tan comunes como fiebre, fatiga, o dolor de cabeza y de espalda.