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Veterinarios voluntarios ayudan a animales de personas sin hogar en el norte de España
EDICIÓN

Veterinarios voluntarios ayudan a animales de personas sin hogar en el norte de España

​El año pasado, en su primera edición, participaron cerca de 33 personas y se atendieron 56 animales de compañía
CARTEL  BETILAGUN
"La salud para los animales a la vez es salud para los humanos".

Betilagun, que significa amigo para siempre en euskera, nació hace poco más de un año, en el corazón de San Sebastián, como un programa sociosanitario basado en la intervención social y en la educación para la salud de las personas sin hogar a través de la atención veterinaria de sus mascotas. El objetivo del programa es proporcionar una repuesta adecuada a las necesidades de las personas sin hogar con animales en el ámbito de la promoción de la salud y la reducción de riesgos y daños.


La iniciativa tiene su origen en un programa de intervención ciudadana de Lotura Giza Garapena, una pequeña cooperativa de iniciativa social que trabaja en colaboración con el ayuntamiento de la capital guipuzcoana y la Diputación Foral de Guipúzcoa. “Intentábamos investigar y hacer un cambio de mirada detrás de esa postal turística por antonomasia que es la barandilla de la Concha de Donosti, y hacer ver que existe otra realidad social más allá”, explica Nadia Favo Andrés, coordinadora del programa, en declaraciones a Diario Veterinario.


Este primer programa, al que Nadia se refiere como el “germen” de Betilagun, tenía como objetivo acercar a las personas mayores a la realidad del sinhogarismo. Por grupos trabajaban y analizaban las diferentes necesidades de estas personas en situación de exclusión residencial para poder darles una respuesta. “Uno de los grupos se dio cuenta de que muchas de estas personas iban acompañadas por animales, en su mayoría perros, y dijimos, podemos ayudar a estas personas a través del cuidado de sus animales”.


Betilagun es un proyecto de innovación social que a su vez nació de la participación ciudadana, algo que no suele ser habitual. “Normalmente a los ciudadanos de a pie no se les da la oportunidad de crear respuestas que lleguen a la administración, ahí es donde entra el engranaje de Lotura, que puede vehiculizar una idea de la ciudadanía y la presenta ante las autoridades”, cuenta Nadia.


CREACIÓN DE LA RED VETERINARIA


Entre los participantes de atender a las personas sin hogar se encontraba “una persona que se pone en contacto con un amigo suyo que es veterinario, y le propone la posibilidad de que ellos atiendan voluntariamente a estos animales”, relata la coordinadora del programa Betilagun.


"Cuando Lotura Giza Garapena se puso en contacto conmigo y Nadia me contó el proyecto, me impliqué inmediatamente como enlace con el mundo veterinario, al que ellos no tenían acceso", comenta Mikel Crespo Saenz, veterinario del Colegio de Veterinarios de Guipúzcoa. 


"Para los veterinarios ha sido relativamente fácil de gestionar", agrega, ya que la única reticencia que tuvieron al principio fue la posibilidad de que alguna de esas personas sin hogar se pudieran presentar en las clínicas en cualquier momento, exigiendo que tratasen de forma gratuita a sus mascotas sin ningún control. "Nadia nos aseguró que iba a haber una persona de enlace y eso lo facilitó todo".


En principio se planteó un convenio con unas “líneas rojas” de actuación para ver qué tipos de acciones iba a aglutinar el programa: microchip, desparasitación, esterilizaciones y castraciones, y a partir de ahí ha habido otras urgencias que no entraban dentro de esas líneas rojas y que algunos veterinarios han asumido: "si viene un perrito al que hay que hacer una desparasitación y al examinarlo, ves que tiene otitis, pues le tratas la otitis".


"Para que esos animales estuvieran relativamente sanos y no fueran un peligro para las personas a las que acompañan u otros animales, de base acordamos ponerles la vacuna pentavalente y la vacuna contra la rabia", apunta Mikel.


Actualmente cuentan con 14 clínicas veterinarias repartidas por todo el territorio, abarcando un total de 8 municipios (San Sebastián, Hernani, Hondarribia, Irun, Oiartzun, Tolosa, Usurbil y Zarautz), y la creación de esa red les ha llevado a tejer una buena relación con el Departamento de Bienestar Animal del Ayuntamiento de San Sebastián.


FUNCIONAMIENTO DEL PROGRAMA


Nadir Gutiérrez Loayza, responsable del programa, es la que acompaña a las personas sin hogar a las clínicas veterinarias. El perfil de las personas a las que atienden se corresponde, principalmente, con gente que se encuentra en exclusión residencial grave: “pues gente que vive en una casa ocupa, en la calle, en un albergue, un centro municipal, que carece de una vivienda estable y digna”.


“Nos hemos encontrado con que la gran parte de los recursos que hay, como los albergues, prohíben el acceso de entrada con animales de compañía”, destaca Nadir. Si bien, manifiesta que ahora, por primera vez, se va a efectuar una actualización y regularización de los requisitos de entrada a estos lugares.


El año pasado, en su primera edición, participaron cerca de 33 personas y se atendieron 56 animales de compañía. “No olvidemos el punto de vista de salud pública, por eso también se intenta trabajar con el cuidado veterinario del animal”.


"La salud para los animales a la vez es salud para los humanos", insiste el veterinario, quien además, añade, "si podemos poner nuestro granito de arena y ser agradecidos a las circunstancias y a la vida, esta es una forma bastante buena para la sociedad".


Después de “testearlo” durante un año, Nadia explica que le han dado una “vuelta de cocción al programa” al crear, a su vez, otras redes, por ejemplo de casas de acogida. Además, han conseguido un convenio con una incineradora de la ciudad para ofrecer también una respuesta cuando los animales fallecen.


“Es un proyecto muy humilde pero que poco a poco y sin querer va a empezar a brillar cuando menos lo esperemos”, asegura Nadia.

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