Como todo propietario de un gato sabe, llevar a su amigo felino a visitar al veterinario puede ser un reto, pero las revisiones veterinarias periódicas son una de las labores más importantes que se puede hacer para mantener a un gato feliz y sano.
Para ayudar a que este proceso sea menos estresante tanto para el dueño como para el gato, Paula Plummer, veterinaria del Hospital Veterinario de Texas, ofrece algunos consejos para preparar la visita a la clínica veterinaria.
Una de las primeras preguntas que se hacen los propietarios de mascotas es con qué frecuencia deben llevar a su gato al veterinario. "Cuando son pequeños, necesitarán revisiones mensuales mientras pasan por el proceso de vacunación", comenta Plummer. "A medida que su gato madura, es posible que sólo sea necesaria una visita anual. Su veterinario puede cambiar sus recomendaciones en función de las necesidades de su gato, así que lo mejor es seguir sus consejos".
Tanto si se lleva a un gato nuevo a su primera cita como si se comprueba la salud de un gato mayor, es útil crear una lista de preguntas con antelación para que no se olvide nada durante la cita.
"Si busca atención veterinaria porque ha adoptado un nuevo gato, debe preguntar sobre la nutrición, el enriquecimiento ambiental, las vacunas, la prevención de pulgas, garrapatas, parásitos y la información sobre los cuidados generales", señala la experta. "En el caso de querer conocer cómo mejorar alguna dolencia, pregunte sobre la propia patología, medicamentos, opciones de tratamiento y cualquier cambio en el estilo de vida que pueda ocurrir".
Si lleva a su mascota a un nuevo veterinario por primera vez, es importante proporcionar al médico un registro completo del historial médico de su gato. Los antecedentes médicos pueden llevarse consigo o enviarse por correo electrónico al veterinario con antelación. Estos registros pueden incluir, entre otros, la medicación actual, radiografías y otras imágenes, análisis de laboratorio y resultados de pruebas. En el caso de los gatos recién adoptados, los propietarios deben llevar toda la documentación que hayan recibido de la adopción. Conocer bien las marcas de alimentos que come su gato, junto con la cantidad, también ayudará a su veterinario a familiarizarse con su animal.
EL CAMINO AL VETERINARIO, UNO DE LOS MOMENTOS DE ESTRÉS
Para estos animales, la parte más difícil de una visita al veterinario puede no ocurrir en el centro, sino en el viaje en coche hasta allí. Para los gatos con poca experiencia en transporte, un viaje largo en coche puede causarles mucho estrés. Para ayudar a aliviar la ansiedad del viaje en coche, recomienda entrenar al gato en el transportín desde la etapa de gatito.
"Cuando elija un transportín para su gato, tenga en cuenta al equipo veterinario y su capacidad para sacar de él con seguridad a su querido miembro de la familia felina cuando esté en el hospital", explica. "El transportín más seguro tanto para su gato como para el equipo es uno de lados duros con una cama suave y acogedora dentro".
Para que su gato se familiarice con el transportín, Plummer sugiere "dejar el transportín en la casa para que su mascota se acostumbre a él". Dado que los gatos son sensibles al olfato, si sigue dudando al acercarse al transportín, los propietarios pueden intentar incorporar olores reconfortantes para ayudar a proporcionar una sensación de familiaridad. Esto puede incluir el uso de ropa de cama o ropa vieja cubierta con el olor de su dueño dentro del transportín o rociar una feromona felina sintética.
Por encima de todo, los propietarios que lleven a sus animales en vehículos deben recordar que un veterinario que conozca personalmente a su animal será el que mejor le aconseje para tratar las ansiedades relacionadas con los viajes.
"Los veterinarios y el resto del personal trabajan para comprender las necesidades individuales de cada gato mediante la interpretación de su lenguaje corporal y sus reacciones faciales", afirma la veterinaria. "Ser capaces de evaluar los niveles de ansiedad de un gato permite a los miembros del personal ayudar a aliviar el estrés de la revisión veterinaria y hacer que la experiencia sea agradable tanto para el propietario como para su gato". Por ello, "siempre es mejor pedir consejo al veterinario para que le dé recomendaciones específicas sobre cómo aliviar su ansiedad y la de su querido miembro de la familia felina".
Aprender a cuidar de los amigos felinos comienza con las visitas rutinarias al veterinario para asegurarse de que se satisfacen las necesidades de salud individuales del gato. Teniendo en cuenta los niveles de ansiedad y las zonas de confort de los gatos, los propietarios pueden ayudar a transformar una revisión potencialmente angustiosa en una aventura sin estrés.