Bélgica ordenó el confinamiento de sus aves de corral a partir de este lunes después de detectar un caso de gripe aviar en un pato salvaje, extendiendo las medidas de cuarentena aviar ya vigentes en los países vecinos.
Las autoridades están tratando de evitar que las aves de granja entren en contacto con las aves migratorias para evitar la propagación del virus H5N1.
El pato salvaje enfermo fue encontrado en Schilde, una ciudad en las afueras del este de Amberes, la segunda aglomeración urbana más grande de Bélgica.
Las vecinas Francia y los Países Bajos han impuesto cierres de aves de corral similares durante las últimas tres semanas tras detectar brotes en sus territorios.
Las restricciones de Bélgica requieren que los criadores de aves de corral y los aficionados mantengan a sus aves encerradas y se aseguren de que no beban del agua accesible para las aves silvestres.
También se instó al público a notificar a las autoridades sobre cualquier ave muerta encontrada.
"Queremos evitar que esta enfermedad infecte a nuestras aves de corral y evitar el daño que el sector ha sufrido en el pasado", señaló el ministro de Agricultura, David Clarinval.
La Agencia Nacional de Seguridad Alimentaria recordó que "el virus que se transmite actualmente no es peligroso para los humanos". Así, hizo hincapié en que la carne y los huevos de aves de corral se pueden seguir comprando en Bélgica.
El Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades apunta que el H5N1 "ha demostrado ser capaz de transmitirse a los humanos", pero que tales infecciones de aves son raras.