Los títulos de anticuerpos son unas herramientas para evaluar la respuesta inmune de un paciente frente a la vacunación para ciertas enfermedades. A medida que las preocupaciones sobre la sobrevacunación y las lesiones asociadas a la vacuna han crecido en la medicina humana, estas mismas preocupaciones se han extendido a la medicina veterinaria y han llevado a los dueños de mascotas a cuestionar los protocolos de vacuna recomendados por su veterinario.
En este sentido, Richard Ford, experto en protocolos vacunales y miembro de la American Animal Hospital Association (AAHA), ha realizado ciertas consideraciones sobre el uso de pruebas de anticuerpos en los planes de vacunación de pequeños animales y ha alentado a los veterinarios a usarlas para evaluar la respuesta a las vacunas y adaptar los protocolos vacunales.
Para poder aplicar estos análisis, el experto realiza diversos apuntes sobre su interpretación. Respecto a la lectura de los resultados de las pruebas de titulación, resulta importante aclarar que no todos los títulos analizados son igualmente válidos ni tienen la misma significación, ya que “un resultado positivo puede tener diferentes significados dependiendo del título realizado”.
Por ejemplo, Ford apunta que “solo los títulos de anticuerpos positivos para el virus del moquillo canino, parvovirus, adenovirus y panleucopenia felina pueden interpretarse como protección activa”. En cambio, en el caso de la vacuna de la rabia, el experto considera que “un título positivo de anticuerpos contra la rabia solo puede interpretarse como exposición a la vacuna, no pueden considerarse como una inmunidad protectora”.
Ante estas particularidades sobre la relación entre los títulos de anticuerpos y la inmunidad frente a una determinada enfermedad, Ford advierte que hay que tener cuidado en las interpretaciones, ya que “un resultado positivo puede tener diferentes significados dependiendo del anticuerpo estudiado”.
“Cuando un título produce un resultado negativo para moquillo canino, parvovirus, adenovirus o panleucopenia felina, los veterinarios no deben asumir que un paciente adulto con antecedentes de vacunación previa es susceptible a la enfermedad”, señala el experto. “Con el tiempo, los niveles de anticuerpos que circulan en la sangre disminuirán en ausencia de exposición, pero el sistema inmune posee memoria que puede producir una respuesta inmune si se encuentra con la enfermedad”.
No obstante, la titulación de anticuerpos, siempre que sea correctamente interpretada, puede resultar de utilidad en casos de animales con historial de reacciones adversas a vacunas o problemas inmunomediados. El experto considera que, en estas situaciones, un título puede ayudar a guiar el manejo del paciente y personalizar el protocolo de vacunación.
En definitiva, Ford alentó a los veterinarios a “considerar los títulos como una herramienta que puede usarse para evaluar la respuesta de una mascota a la vacunación previa”. Para tal labor y con el fin de facilitar la interpretación de los resultados, el experto comenta que “las pautas de vacunas de la AAHA ofrecen información extensa sobre títulos de anticuerpos para enfermedades prevenibles por vacunación y pueden usarse como una guía para los profesionales sobre cuándo realizar los títulos y cómo interpretarlos”.