Científicos de la unidad conjunta de investigación de biología molecular e inmunología parasitaria del laboratorio de sanidad animal Maisons-Alfort, en colaboración con investigadores de España y Austria, han elaborado un estudio sobre un tipo de vacuna poco desarrollada, pero que podría modificar las estrategias de vacunación contra varias enfermedades animales y humanas.
Como ocurre con cualquier vacuna, el nuevo ensayo se basa en el reconocimiento, por parte del sistema inmunológico, de un agente infeccioso al que ya se ha enfrentado. La diferencia proviene del hecho de que “la molécula utilizada en esta vacuna para desencadenar la respuesta inmune protege, no solo contra una sola enfermedad, sino contra varias”, comentan los científicos.
Esta molécula es un carbohidrato presente en la membrana de las células de los organismos patógenos: galactosa-α-1,3-galactosa (α-gal). Cuando un animal se infecta con un organismo portador de α-gal, su sistema inmunológico produce anticuerpos específicos frente a esta molécula.
Los investigadores desarrollaron dos estudios experimentales, uno sobre pez cebra y otro sobre aves de corral. En el primero, el equipo fue capaz de demostrar que una vacuna basada en α-gal puede proteger al pez cebra contra la bacteria Mycobacterium marinum. Este patógeno causa una enfermedad crónica en los peces, y es similar al responsable de la tuberculosis en los seres humanos. Además del interés propio para la piscicultura, este resultado podría abrir perspectivas para la vacunación humana, en particular contra la tuberculosis y otras bacterias de la misma familia.
El segundo estudio se realizó sobre un hongo, Aspergillus fumigatus, que causa lesiones pulmonares, especialmente en aves de corral y en humanos inmunodeprimidos. Dado que la α-gal está presente de forma natural en la superficie de los microorganismos del sistema digestivo, los investigadores administraron a los animales de estudio una cepa de bacterias (Escherichia coli O86: B7) que produce una gran cantidad de este carbohidrato. Como resultado, los pavos que recibieron la cepa bacteriana resistieron la infección por el hongo y sus pulmones no resultaron dañados.
Este prototipo de vacuna, va en contra del enfoque tradicional que favorece soluciones específicas frente a un agente infeccioso concreto. “La posibilidad de obtener una respuesta inmunitaria eficaz frente a varios patógenos, mediante el consumo de bacterias ricas en α-gal es interesante e innovadora”, afirman los autores.
Asimismo, las vacunas de este tipo tienen un bajo coste de producción. Además, son fáciles de administrar en zonas con acceso limitado a los servicios de salud, ya que no es necesario mantenerlas frescas y basta con administrarlas junto a la comida. Por lo tanto, es probable que este enfoque tenga un impacto importante en términos de prevención y control de las principales enfermedades infecciosas y parasitarias de las aves de corral, los peces y los seres humanos.