La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (European Centre for Disease Prevention and Control) y la Unión Europea de Laboratorios para la Influencia Aviar (European Union Reference Laboratory for Avian Influencia) publicaron un informe con la actualidad del virus de la gripe aviar en los países de Europa entre el 16 de febrero y el 15 de mayo del 2020.
Durante este período se notificaron en Europa 290 brotes de virus de la influenza aviar altamente patógena (HPAI) A (H5) en aves de corral (287), en aves cautivas (2) y aves silvestres (1), en los países de Bulgaria, Chequia, Alemania, Hungría y Polonia; y, además, hay 2 brotes de gripe aviar de baja patogenicidad (LPAI) A (H7N1) que se notificaron en aves de corral de Italia. También de los 287 brotes detectados en Europa, 528 fueron brotes secundarios, lo que puede sugerir que la mayoría de los casos no fueron propagados por aves silvestres.
Todos los brotes de la HPAI fueron de tipo A (H5N8), excepto los 3 que se informaron de tipo A (H5N2) provenientes de Bulgaria. El análisis genético realizado al virus HPAI A (H5N8) de los países de Europa oriental y central muestra que este es un reordenamiento de los virus HPAI A (H5N8) de África y los virus LPAI de Eurasia. Asimismo, se han identificado dos subtipos distintivos en Bulgaria desde 2016, un reordenamiento tipo A (H5N2) y otro tipo A (H5N8).
Solo se han detectado pocos casos de la HPAI en aves silvestres en esta temporada 2019-2020 y establecen que un mejor conocimiento de los movimientos de aves silvestres y la interacción virus-huésped podría ayudar a comprender las razones de la deficiente detección de aves silvestres infectadas. Si se compara con el último informe, se informó un número decreciente de brotes y países afectados por el virus desde fuera de Europa. No obstante, existe una incertidumbre con respecto a la situación actual en muchos países fuera de Europa, ya que solo se han detectados 4 casos en humanos durante este período en China.
CONCLUSIONES
En primer lugar, se ha observado que el riesgo de transmisión de esta enfermedad zoonótica a la población general sigue siendo muy bajo. A pesar de que el virus es capaz de mutar y reordenarse, no se ha observado ninguna transmisión a humanos en Europa en los últimos meses. No obstante, debe ser vigilado.
En segundo lugar, se sabe que el primer brote se notificó en aves de corral el 30 de diciembre del 2019, pero estuvo localizado en algunos países de Europa central y oriental. Algunas especulaciones para esta ola epidémica localizada son la introducción tardía de virus, una posible ruta diferentes de propagación de virus, un invierno tardío y la migración en primavera.
También apuntan que solo 5 de los 263 brotes en ave de corral detectados en Hungría fueron de carácter primario, lo que sugiere que la transmisión del virus se debió principalmente a la propagación secundaria y no a la transmisión por aves silvestres.
En tercer lugar, el análisis genético de los virus HPAI a (H5n8) que se ha detectado en Polonia, Chequia, Alemania, Rumania y Eslovaquia desde diciembre del 2019 muestra que el virus es un reordenamiento del HPAI A (H5N8) de África y el tipo LPAI de Eurasia.
Del mismo modo, el análisis genético de los virus HPAI A (H5N2) y A (H5N8) detectados en Bulgaria muestra una persistencia del virus en el país desde el año 2016, en vez de haber sido introducido a través de aves silvestres migratorias.
Por otro lado, la persistencia del virus en varios países puede suponer un riesgo para la aparición de nuevos virus reagrupados y, además, ser una fuente de propagación del virus a las aves silvestres o domésticas en la Unión Europea.
En cuarto lugar, se han registrado un número muy bajo de casos de gripe aviar en aves silvestres en la temporada 2019-2020. Se observan varias causas, como las temperaturas altas que pueden haber determinado cambios en el movimiento migratorio, el esfuerzo de las actividades de vigilancia pasiva podría no ser suficiente para detectar aves silvestres infectadas, una reducción de la vigilancia debido a la pandemia del COVID-19, una posible mayor resistencia contra la enfermedad debido a una inmunidad de las aves silvestres después de exposiciones a la tipo A (H5), y como última causa posible, la dificultad del sistema de vigilancia para identificar aves migratorias que pasan por rutas migratorias inusuales. En todo caso, aclaran en el documento, se necesita más tiempo y más estudios para confirmar estas hipótesis.
No obstante, aunque los brotes son cada vez menores y los países afectados también, existe una considerable incertidumbre respecto a la distribución real del virus.
Por último, establecen que la vigilancia continua del virus de la gripe aviar en aves domésticas y silvestres en Europa y el mundo, combinada con las secuencias del genoma viral y el intercambio de datos entre países europeos y entre los sectores de la salud animal y humana, son esenciales para poder detectar y responder de manera rápida a las amenazas que son importantes para la salud animal y humana.