El 6 de julio de 1885 se administró por primera vez una vacuna contra la rabia en una persona que había sido atacada por un perro con esta enfermedad. Fue Louis Pasteur, quien después de haber empezado a estudiar vacunas contra el cólera de aves o el ántrax bovino, desarrolló con éxito la vacuna contra la rabia, una enfermedad zoonótica. En conmemoración, el 6 de julio se celebra el Día Mundial de las Zoonosis, enfermedades de origen animal que pueden llegar a transmitirse a los humanos.
Se le define zoonosis a la enfermedad que se puede transmitir de manera natural entre los animales y las personas. Estas transmisiones pueden darse de diferentes maneras, y es importante conocer cuáles son los medios de transmisión más comunes para evitar posibles contagios. Pueden darse de forma directa, estando en contacto con saliva, sangre, orina, etc., de animales enfermos, incluyendo mordeduras y arañazos de animales. También puede haber transmisión de forma indirecta, como haber tenido acercamientos a zonas donde viven animales y estén contaminadas por gérmenes, como las granjas. Igualmente, puede haber vectores de transmisión como las garrapatas, que provocan la enfermedad conocida como Fiebre Hemorrágica de Crimea-Congo, para la cual aún no existe vacuna. Y, de igual manera, los alimentos y el agua también son medios de transmisión de enfermedades zoonóticas, ya que pueden estar contaminadas.
Las zoonosis suponen un riesgo para la salud humana y se ha demostrado a lo largo de la historia. La mayoría de las epidemias y pandemias que han acontecido han resultado ser zoonosis, como el brote de la "gripe española" de 1919, originaria de las aves. Pero no hace falta irse tan lejos para ver casos de zoonosis, como el del SARS-CoV-1, el MERS, la gripe aviar o el Ébola. Según datos de Animal Health Europe, actualmente, hay más de 200 enfermedades zoonóticas identificadas que representan una amenaza para la salud de las personas y la relación entre los animales y los seres humanos. Además, en los últimos 10 años, hasta el 75% de las nuevas enfermedades que afectan a las personas tienen origen animal, provocando que alrededor de 2,2 millones de personas mueran al año por zoonosis.
AGUJERO DE ZOONOSIS
La actual pandemia de la COVID-19, provocada por el virus SARS-CoV-2, es el caso más reciente que nos muestra, otra vez, el riesgo que supone para las personas las enfermedades zoonóticas. Esta crisis ha puesto de manifiesto la falta de un buen sistema sanitario que permita abordar y controlar la aparición de agentes biológicos de carácter zoonótico, como la ausencia de expertos veterinarios en la gestión de la crisis. Todo ello evidencia, una vez más, lo que se llama el agujero de zoonosis.
Según explican los expertos, este problema se debe a la falta de unificación de la Veterinaria de Salud Pública en un solo órgano de gestión, además de su falta de integración en el Sistema Nacional de Salud. Las competencias en materia de prevención de zoonosis se encuentran repartidas entre diferentes administraciones públicas, lo que supone un debilitamiento del sistema sanitario.
PROPUESTAS VETERINARIAS
Ante esta falta de voz y experiencia de profesionales veterinarios sanitarios en la gestión de la pandemia del coronavirus, muchos son los colectivos, como CEVE (Confederación Empresarial Veterinario Española), Socivesc (Sociedad Científica Veterinaria de Salud Pública y Comunitaria), Sivepa (Sindicato Veterinario Profesional de Asturias) y Fesvet (Federación Estatal de Sindicatos Veterinarios), que han hecho llegar a la Comisión para la Reconstrucción Social y Económica de la crisis del coronavirus, a través de los trámites de participación ciudadana, diferentes propuestas donde reclaman, principalmente, la falta de expertos veterinarios.
Por tanto, el 6 de julio, Día Mundial de las Zoonosis, tiene hoy en día más vigencia que nunca. En un contexto de pandemia generada por un virus zoonótico, reivindicar el papel del veterinario es fundamental ya que estos profesionales son expertos en microbiología, inmunología y zoonosis, además de conocer los métodos de prevención y contención de este tipo de enfermedades, son la primera barrera en la defensa de la Salud Pública.