Un estudio dirigido por un científico canino de la Universidad de Nottingham Trent (Reino Unido) ha analizado el impacto potencial de tirar de la correa y la presión relacionada en el cuello, utilizando una variedad de tipos y estilos de collar. Los collares y correas se probaron en un modelo de cuello de cilindro canino con un sensor de presión.
Se aplicó un rango de fuerzas a la correa que representa diferentes interacciones: un tirón firme (40 Newtons), un tirón fuerte (70N) y una sacudida (141N), con el área de contacto del collar y la presión sobre el cuello que se registra.
El estudio, que también involucró a la Universidad de Nottingham, encontró que con todos los tipos y estilos de collar probados, incluso aquellos que estaban acolchados o tenían un ajuste ancho, la presión ejercida sobre el cuello modelo sería suficiente para arriesgarse a dañar al perro.
Los investigadores descubrieron que ningún collar individual probado proporcionó una presión considerada lo suficientemente baja como para reducir el riesgo de lesiones al tirar de la correa.
Así, argumentan que, dado que todos los tipos de collar presentarán algún riesgo, los perros deben ser entrenados para caminar con un cable suelto sin que sea necesario tirar, o caminar con un arnés que no ejerza presión sobre el cuello.
“Todos los tipos de collar para perros tienen el potencial de causar daño cuando el perro tira de la correa”, apunta Anne Carter, investigadora de la Facultad de Ciencias Animales, Rurales y Ambientales de la Universidad de Nottingham Trent.
“Incluso el mejor tipo de collar está ejerciendo demasiada presión sobre el cuello del perro si tira de la correa y esto conlleva el riesgo de lesiones. Sugerimos que los collares se usen para mostrar etiquetas de identificación y los perros caminen con un arnés o un cable suelto que evite cualquier presión en el cuello”, añade.
En este sentido, la experta no recomienda que los collares “se usen como un medio de control para cualquier perro que pueda tirar de la correa”.
La coautora del estudio, Amanda Roshier, de la Facultad de Medicina y Ciencia Veterinaria de la Universidad de Nottingham, señala que “usando herramientas de ingeniería sofisticadas, simulamos presiones de collar a las que los perros pueden estar expuestos y cómo esto varía con los diferentes modelos de collar y la fuerza ejercida por un manejador. Nuestras pruebas tenían como objetivo dar una idea práctica de cómo la elección del collar y su uso afecta el bienestar de los perros”.
Rachel Casey, directora de Comportamiento e investigación canina, afirma que “es un problema común para los propietarios que su perro tire de la correa cuando está emocionado por salir a caminar. Los resultados de esta investigación resaltan la medida en que todos los collares ejercen presión sobre los tejidos sensibles del cuello de los perros cuando hay tensión en la correa. Es por esta razón que recomendamos que los propietarios conecten una correa a un arnés bien ajustado, particularmente si es probable que su perro tire de la correa durante una caminata”.