Los miembros de la Red de Investigación de Sanidad Animal están implicados de manera directa en la lucha contra la epidemia de la COVID-19, colaborando estrechamente con las autoridades sanitarias. La principal actividad de colaboración de los socios es la prestación de material, personal técnico e incluso la adaptación de sus laboratorios para realizar pruebas de diagnóstico PCR. Por otro lado, los socios también han cedido material de equipos de protección individual al personal sanitario. Además, algunos centros están directamente implicados en nuevos proyectos de investigación para desarrollar una vacuna y un tratamiento, además de formalizar nuevas colaboraciones. Otros miembros de la red RISA, expertos en coronavirus, han elaborado material de divulgación sobre el virus SARS-CoV-2 y la enfermedad COVID-19 y participan en comités de expertos.
La crisis que estamos atravesando a nivel mundial deja patente la necesidad de trabajar en colaboración con la salud pública y la salud animal con una aproximación de “Una Sola Salud” o One Health. El enfoque One Health reconoce que la salud humana, animal y ambiental están interrelacionadas y, por tanto, la comunicación y colaboración entre los distintos sectores permite obtener mejores resultados tanto en salud pública, sanidad animal y medioambiental.
Los miembros de la Red se han unido en un esfuerzo conjunto para poner en valor el trabajo que desde la sanidad animal se realiza en relación con la premisa One Health y el apoyo que dan desde sus centros a temas de gran repercusión sanitaria, como es el caso de la pandemia provocada por la COVID-19 que estamos viviendo en la actualidad.
MATERIAL DE PROTECCIÓN Y PRUEBAS DE DIAGNÓSTICO PCR
La mayoría de los miembros de la red RISA están colaborando en distintas actividades que ayudan a todo el personal implicado en la lucha frente a la COVID-19. Una de las principales preocupaciones de esta crisis sanitaria ha sido la falta de recursos y equipos de protección individual (EPI) en los diferentes centros sanitarios como hospitales, residencias de ancianos, centros de educación especial y centros de atención primaria. Es por ello que la mayoría de los miembros de la red RISA han cedido material de protección individual a estos colectivos, como mascarillas tanto quirúrgicas como de FFP2 y FFP3, batas de un solo uso y monos Tyvek.
Otra de las demandas emergentes de la crisis es la necesidad de conocer los infectados con el virus. Como muchos centros de investigación de España, todos los miembros de la red RISA que han tenido la posibilidad de ofrecer este servicio han cedido sus laboratorios, material y personal para realizar pruebas de diagnóstico PCR ante la alta demanda de realizar tests de diagnóstico a la población, sobre todo a las personas que trabajan en sectores designados como esenciales o de primera línea durante el Estado de Alarma. También, en el Centro de Investigación en Sanidad Animal (INIA-CISA) se están realizando estudios de validación de pruebas de diagnóstico serológico de COVID-19.
INVESTIGACIÓN Y DIVULGACIÓN
A raíz de esta crisis, algunos socios han readaptado su actividad científica para centrarse en investigar el nuevo coronavirus y se han creado nuevas iniciativas y consorcios de investigación. Por un lado, el Instituto Vasco de Investigación y Desarrollo Agrario (NEIKER) participa en un consorcio junto con otras instituciones de la Comunidad Autónoma del País Vasco y la empresa SOMAprobes para desarrollar un test rápido en formato de tira reactiva, dirigida a la detección del virus, el cual podría servir de cribado previo al análisis por PCR. Por otro lado, los dos centros de investigación de sanidad de España que están catalogados como ICTS (Infraestructura Científica y Técnica Singular), que son el INIA-CISA y el IRTA-CReSA, han puesto en marcha varios estudios para desarrollar tanto tratamientos para combatir el virus como vacunas para prevenir la enfermedad. Las Unidades de Alta Biocontención de estos dos centros permiten realizar experimentos in vivo e in vitro con grandes y pequeños animales que permite testar las diferentes fases del desarrollo de vacunas y fármacos con patógenos de nivel de peligrosidad 3 como el SARS-CoV-2.
Otros socios como la Estación Biológica de Doñana del CSIC están estableciendo colaboraciones con grupos internacionales para investigar y determinar las diferencias en la respuesta inmune que provoca el virus en humanos y en murciélagos, que es el grupo animal considerado como fuente original del virus. Desde el Instituto Universitario de Sanidad Animal y Seguridad Alimentaria (IUSA) de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) también se está valorando la posibilidad de realizar diagnóstico, tratamiento o prevención en la Vigilancia Sanitaria de Fauna salvaje y en animales de compañía. Asimismo, desde el Centro de Encefalopatías y Enfermedades Transmisibles Emergentes (Universidad de Zaragoza, IA2), que dispone de nivel de biocontención BSL3, se han establecido colaboraciones con grupos nacionales a través del Instituto de Investigación Sanitaria Aragón de la Fundación Agencia Aragonesa para la Investigación y el Desarrollo (ARAID) y colaboraciones internacionales para la investigación de la eficiencia de posibles terapias antivirales.
Algunos miembros de la red RISA expertos en coronavirus como la Sociedad Española de Virología (SEV) y el Centro de Vigilancia Sanitaria Veterinaria (VISAVET) han elaborado material de divulgación sobre el virus SARS-CoV-2 y la enfermedad COVID-19 y el papel de los animales en la transmisión de esta zoonosis. Además, muchos de los socios están participando en varios comités de expertos y están realizando charlas virtuales en distintas comunidades y colegios del sector veterinario, ganadero, farmacéutico y de salud pública, además de transferir la experiencia y el conocimiento sobre el coronavirus a otros centros de investigación.