Desde el día 31 de diciembre del 2019 hasta el 31 de enero de 2020 han sido notificados un total de 34 focos de Influenza Aviar de Alta Patogenicidad (IAAP) en países de Centroeuropa: 20 en aves de corral y 1 en aves silvestres en Polonia, 3 focos en aves de corral y 1 focos en aves cautivas en Eslovaquia, 4 focos en aves de corral en Hungría, 2 focos en aves de corral en Rumanía,1 foco en aves de corral en República Checa, 1 foco en aves de corral en Ucrania y 1 foco en aves silvestres en Alemania.
Paralelamente, Dinamarca ha notificado 1 foco de Influenza Aviar de Baja Patogenicidad (IABP) en aves de corral subtipo H5N1.
Hasta el momento se han visto afectadas por el brote de IAAP explotaciones de aves de corral en 6 países de la región, que incluyen explotaciones comerciales de pavos, ocas, gansos, patos, ponedoras, codornices y explotaciones de traspatio. Igualmente, se han detectado dos focos en aves silvestres: el primero en un halcón en Polonia en una región en la que durante este periodo se han reportado otros 6 focos en aves domésticas, y el segundo un caso de una focha común en Alemania.
Además, se ha notificado un foco en aves cautivas en un zoo de Eslovaquia. Excepto el reciente foco declarado por Dinamarca en el que se ha detectado un subtipo IABP H5N1, en el resto de casos en los que se ha podido tipar el virus detectado se ha comprobado que se trataba de un virus de IAAP H5N8.
Mapa 1: Localización de los focos de IA declarados en ADNS (31/01/2020).
La información epidemiológica de los focos declarados sugiere un papel importante de las aves silvestres en la incursión y diseminación en los países afectados hasta el momento, teoría apoyada por el hecho de que, por ejemplo, los focos en Eslovaquia se han dado en explotaciones de traspatio que no tienen relación con el canal de explotaciones comerciales. El incremento de las temperaturas medias invernales, cada vez menos extremas en toda Europa, hace que se esté produciendo una alteración de las rutas migratorias tradicionales, lo cual se traduce en comportamientos migratorios anormales en muchas especies de aves silvestres, algunas de las cuales pueden ser portadoras del virus influenza. Esto, unido a la emergencia/re-emergencia de cepas altamente patógenas, como es el caso de la cepa H5N8, da lugar al aumento del riesgo de infección por parte de estas cepas para las aves de corral en países como es el caso de España, que puede pasar de ser país de paso de aves migratorias a ser país de destino de poblaciones de aves silvestres que tendían a migrar tradicionalmente al continente africano. El contacto entre aves silvestres y domésticas es muy probable si no se garantiza una separación física adecuada entre ambas poblaciones a través de la aplicación de correctas medidas de bioseguridad.
Ante la detección de los focos en aves domésticas, los Estados Miembros están aplicando las medidas previstas en la Directiva 2005/94/EC para garantizar el rápido y efectivo control de los focos declarados, entre ellas el sacrificio de todas las aves de las explotaciones afectadas y el establecimiento de las respectivas zonas de protección y de vigilancia alrededor de los focos, con restricción de movimiento de aves y de sus productos. Por su parte, la detección del subtipo H5N8 del virus de la IAAP en aves silvestres no implica adoptar medidas de restricción de movimientos de aves y de sus productos.
NO EXISTE RIESGO PARA ESPAÑA
Por otro lado, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) ha confirmado que no existen movimientos de riesgo de aves vivas desde las explotaciones afectadas con destino España.
Asimismo, hay que señalar que no se ha detectado ningún caso de transmisión a humano causado por este subtipo hasta el momento, siendo considerada una cepa de reducido potencial zoonótico.
Dada la actual situación de circulación expansiva del subtipo H5N8 en Centroeuropa, desde el MAPA recuerdan la necesidad de reforzar las medidas de bioseguridad en las explotaciones avícolas, especialmente aquellas medidas destinadas a evitar el contacto directo e indirecto con aves silvestres, así como reforzar la vigilancia pasiva tanto en explotaciones avícolas como en aves silvestres, notificando a los servicios veterinarios oficiales cualquier sospecha de enfermedad de forma inmediata. Además, se debe incrementar la sensibilización de ganaderos, veterinarios de explotación, cazadores y toda la población en general sobre la influenza aviar altamente patógena, las medidas de precaución y los mecanismos de notificación de aves enfermas o muertas.