Una nueva técnica de inteligencia artificial (IA) desarrollada por la Universidad de Surrey podría ayudar a los veterinarios a identificar rápidamente a los perros Cavalier King Charles Spaniel (CKCS) afectados por la malformación canina tipo Chiari (CM).
Los Cavalier King Charles Spaniel tienden a sufrir CM, una enfermedad que causa deformidad del cráneo, el cuello (vértebras cervicales craneales) y, en algunos casos extremos, conduce a un daño en la médula espinal llamado siringomielia (SM). Si bien SM es fácil de diagnosticar, el dolor asociado con CM es difícil de confirmar.
En un artículo publicado en el Journal of Veterinary Internal Medicine, investigadores la Universidad de Surrey detallan cómo utilizaron un método de mapeo de imágenes completamente automatizado para descubrir patrones en los datos de MRI (resonancia magnética) que podrían ayudar a los veterinarios a identificar perros que sufren de dolor asociado con CM.
La investigación ayudó a identificar rasgos que caracterizan las diferencias en las imágenes de resonancia magnética de perros con signos clínicos de dolor asociados con CM y aquellos con siringomielia de perros sanos. “La IA identificó el piso del tercer ventrículo y su tejido neural cercano, y la región en el hueso esfenoidal como biomarcadores para el dolor asociado con CM y el hueso presfenoide y la región entre el paladar blando y la lengua para SM”, explican.
Michaela Spiteri, autora principal del estudio, señala que “el éxito de nuestra técnica sugiere que el aprendizaje automático puede desarrollarse como una herramienta de diagnóstico para ayudar a tratar al Cavalier King Charles Spaniel que padece esta enfermedad enigmática y terrible. Creemos que la IA puede ser una herramienta útil para los veterinarios que cuidan a nuestros familiares de cuatro patas".
La identificación de estos biomarcadores inspiró un estudio adicional, también publicado en el Journal of Veterinary Internal Medicine, que encontró que los perros con dolor asociado a CM tenían más características braquicéfálicas (que tienen un cráneo relativamente ancho y corto) con reducción del tejido nasal.
Por su parte, Penny Knowler, autora también del estudio, indica que “este estudio sugiere que todo el cráneo, en lugar del cerebro posterior, debe analizarse en pruebas de diagnóstico. También impacta en cómo debemos interpretar la resonancia magnética de los perros afectados”.